De mi propiedad -Manjiro Sano-

18

"Akiko y Ken"

Manjiro se había ido por la noche a una reunión de la ToMan con Ken, el segundo te dijo que estuvieras lista, ya que al acabar iría para allá.

-Así que... Saliendo con Manjiro, ¿eh? -habló Akiko, mientras trataba de procesar que su hermana andaba con el jefe de una pandilla de ladrones.

-Sí

-Me llevará un tiempo aceptarlo, ya que con el trabajo estoy un poco estresado. Pero por suerte dentro de poco pasaré ya a las reuniones en casa de nuevo. -soltó un suspiro tirando su cabeza hacia atrás.

-¿Quieres un té? -le preguntó ella ya levantada.

-Si, si no te importa.

-Tranquilo. Oh y vendrá Ken en un rato para hacer una pijamada.

-¡Que! Pero haberlo dicho antes, va a venir y no me ha visto aún, yo no tengo el valor suficiente para hablarle. Me sigue dando un poco de miedo, ¿sabes? -este empezaba a caminar por la casa.

-Akiko, que te dé miedo de pequeño no significa que te siga dando miedo. Ahora estás más fuerte y él también ha cambiado. -ella intentó animarle un poco mientras le entregaba él té.

El soltó un suspiro, mientras hacía movimientos con las manos.

-Bien, creo que ya estoy mejor. Le diré que quiero que seamos amigos.

-¡Muy bien, Akiko! -ambos chocaron los cinco y el timbre sonó.

Entonces Akiko miro aterrorizado la puerta.

-¡Ay, no! ¡Abordamos misión, abordamos misión! -hacia las señas de tiempo muerto y no dejaba de suspirar.

-Solo dile que quieres ser su amigo y ya... -t/n no sabía qué hacer. Él era un hombre atractivo que parecía que no le temía a nada, pero solo ella conocía ese lado de él, aparte de Ken.

T/n se acercó a la puerta y la abrió dejando ver a un Ken cargando una mochila.

-¡Hola, t/n! -sonrió ampliamente .

-Hola, pasa.

Ambos hombres hicieron contacto visual.

-¿Akiko? -Ken se acercó a él y le miró de arriba a abajo y se dieron un abrazo, al separarse dijo- Vaya, te has vuelto fuerte, tendré que volver a hacer ejercicio. -soltó una risa.

-Tú has cambiado, Ken. Pero sigues dando miedo. -soltó una leve risa, se sentía nervioso.

-Vaya, tu lado gallina no ha cambiado nada. -carcajeó - No te librarás de mí fácilmente, Akiko.

Luego subió a la habitación y ella miró a su hermano que estaba estático.

"Nah, está bien".

Para luego subir a su cuarto y empezar a prepararlo todo.

Chasqueó su lengua.

-Tengo hambre. -dijo ella, molesta con su estómago.

-Pues levántate.

-Pero es que está tan cerca y tan lejos. -suspiró y se tiró a la cama.

-Mira que eres perezosa, t/n. -le dio la bolsa de patatas y ya estaba feliz de nuevo.

-¿Qué hora es?

-Las 3:48 de la madrugada. -siguió comiendo a puñados.

-Suerte que mañana no hay clases. -se echó hacia atrás.

-¡Pero si tú ni vas! -le tiro unas pocas patatas.

-¡Oye, los estudios me importan igual, eh! - le tiró la almohada provocando que todas las patatas cayeran al suelo y se rompieran en pedazos.

Eso cabreó a la chica.

-Lo siento, t/n.

-¿Sabes quien limpiará eso, no? Porque yo no. -sonrió de una manera un tanto terrorífica.

-Ya, ya, lo limpio yo. Después de tantos años y sigo sin entender cómo es que te gusta tanto la comida.

-La comida es una de las cosas que me motiva, esta tan buena, y solo quieres comer más. -río y empezó a abrir unas golosinas. -Oye, ¿te puedo peinar y pintar las uñas?

-No

-Porfa -puso ojos de cachorro. -Ken.

-Cállate, t/n. -y le dio sus manos para que las pintara.

Imajenes de Akiko.