Un año atrás...
—Mmm, ajem, a-ah, no, así no...— trataba de aclarar mi garganta pero mi voz salía temblorosa; aún le faltaba estabilidad —Agh, maldición, todavía me falta.Estaba saliendo de una infección fuerte en mi garganta, así que había dejado mis clases de canto por ya casi un mes, y esto que no se me pasaba comenzaba a ser frustrante.
—¿Quieres callarte?— una voz molesta me llamo
—¿Ah?— me volteé para contemplar a un muchachito rubio cenizo, delgado pero con músculos comenzando a hacer acto de presencia en sus brazos expuestos por su camiseta —¿Tú qué?— pregunte algo a la defensiva y me volví a concentrar en mi respiración y garganta, aclarandola.
—¡Llevas una maldita hora con ese fastidioso sonido! ¡No! ¡No cantas como angel! ¡Cantas como una perra pariendo!
—Las perras no cantan cuando dan a luz, ellas aúllan.— Expliqué haciéndome la tonta, y él al parecer se lo creyó.
Haste tonta y nadie se te querrá acercar, ni siquiera para molestarte, simplemente no le encuentran el chiste. Esa era mi treta para librarme de los bully's y gente grosera.
Su semblante en claro disgusto y su ceño tremendamente fruncido con esos peculiares ojos rojizos quedaron fijos en mí.
—¿Eres tonta o te haces?
—No te entiendo.— hablé haciéndome la confundida.
—Estúpida perra.— se giró y se acercó a algunas máquinas de ejercicio que había en aquel abandonado parque ecológico que era enorme y al cuál nadie venía porque mayormente habían vagabundos, que por cierto algunos eran mis amigos, así que había sido el lugar perfecto para mis ensayos, hasta que di con este rubio hace dos días.
¿Será qué apareció en el lapso del mes que pase en casa encerrada por mi estúpida gripe? Parece conocer bien la zona.
—¿Tienes un nuevo amigo?— me asustó una voz ronca y desganada, pero cuando di con esos ojos azules me calme
—¿Ah?— ¿se refería al rubio malhumorado? —No, éste es muy bruto.— vi como se sentó al otro extremo de la banca
—Tu eres bruta.— confesó sincero
—¿Qué quieres, Dabi?— pregunté queriendo regresar a mi afinación
—Entre a un bar a trabajar.
—Ser cliente frecuente para beber y fumar no es un trabajo, vagabundo.— lo vi algo fastidiada
Así es, este chico ojeroso con cara de drogadicto era uno de mis amigos vagabundos. Lo conocí cuando le ofrecí una torta para que desayunara, y al alzar su rostro note que no era un viejo, solo un chico que había decidido fugarse de casa y el cual vivía en el parque algunos días, y otros se iba a vivir con un amigo.
—Conseguí trabajo como guardia seguridad en un bar exclusivo, estúpida gorda.— apretó fuerte una mejilla mía con sus dedos largos que olían a cigarro
—¡Oye!— abofete su mano para que me soltará —¿Y eso a mí que?— sobe mi cachete rojizo mientras lo veía de malas
—Resulta que necesitan una cantante para los jueves y viernes, solo por esta vez. ¿Qué dices? ¿Te interesa?— me preguntó alzando una ceja con la tentadora oferta
—Mmm, ¿la marihuana te hizo olvidar que tengo 14?— entre cerré los ojos
—Ay, ¡vamos! Con tu cuerpo todos creen que tienes por lo menos 17, un poco de maquillaje pesado y creerán que tienes 20.
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❝Sabor A Chocolate❞ [Bakugō Katsuki × Chubby Oc] PAUSADA
Hayran Kurgu»Tienes unos ojos que me invitan a probarte... Piel de duraznillo, corazón de chocolate [...] ¿Qué cosa me diste? ¡Que no te he podido olvidar! « Necesitaba ayuda urgentemente, y para su sorpresa, Bakugō Katsuki resultó ser la persona que buscaba. N...