¡Te Maldigo, Mafioso Descerebrado!

Capítulo 8

—¡¿QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO?!

—¡Carter, agáchate!

—¡Con una mierda! ¡¿Por qué nos disparan?!

—¡Carter!

—¡Adrik Kozlov, voy a matarte si no me dices por qué estoy amarrado y por qué mierda nos persigue el puto elenco de John Wick!

—¿Quién es John Wick?

—¡Ignorante hijo de…!

Lamentablemente no pude terminar mi insulto porque nuestro auto chocó, y yo siendo yo, golpeé mi cabeza contra la puerta.

Claramente las superficies sólidas odian mi cabeza.

—¿Estás bien?

—¡¿Qué parte de todo ésto te parece que está bien?! ¡Siempre termino herido o drogado por tu culpa!

Adrik no volvió a a hablar después de eso. En otra situación, me preocuparía por haber herido sus sentimientos. Ahora no me interesa.

—Lo siento, pero voy a tener que dormirte.

—¿Qué?

Y el imbécil tuvo la audacia de sonreír antes de clavarme una aguja llena de anestesia en el cuello.

Inconsciencia, nos volvemos a encontrar.

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Creo que he pasado mucho tiempo despertando en lugares desconocidos. En serio es agotador hacerlo, pero en realidad no puedo ir en contra de lo que la autora quiere. Incluso si la perra no sabe qué hace (lo siento).

Ésta vez sé que Adrik va a estar allí antes de despertar. Ya es lo normal, creo, luego de estar tanto tiempo bajo su cuidado. Sí, soy una pobre víctima de secuestro que está empezando a desarrollar un fuerte caso de Síndrome de Estocolmo.

Mi primer instinto al despertar fue lanzarle una patada en el rostro a Adrik. No sé imaginan lo satisfactorio que fue oír cómo su nariz empezaba a sangrar. Pero mi sonrisa se desvaneció al ver que tenía varios moretones en el rostro y una gasa en el hombre. Mi preocupación es tan repentina que me pregunto si no me golpeé la cabeza con demasiada fuerza.

Adrik me sonríe a pesar de la sangre en su rostro.

—¡¿Qué te pasó en el rostro?!

—¿Te preocupas por mí, cariño?

Y ahí va otra lámpara hacia la cabeza de Adrik. Debería preocuparme por pagar todos los daños cuando Adrik me libere.

—¡Responde la pregunta, imbécil!

—Carter…

—No me vengas diciendo Carter con esa cara tan patética, Adrik Kozlov, o te mataré. Ni lo dudes.

Adrik me mira con una expresión que me hace dudar de mis habilidades para intimidar, aunque tampoco pienso prestarle mucha atención. Creo que él me ve como su linda y tímida esposa, lo que estará bien siempre que no intente pasarse de la raya.

Maldición. Acabo de darme cuenta. Sí soy la esposa tímida.

Después de lanzarle otra lámpara en la cabeza a Adrik, el imbécil finalmente explicó lo que sucedía. Claro que antes tuve que patear sus áreas privadas, pero eso fue más por diversión. Verlo retorcerse es increíble.

Al parecer uno de los subordinados de Adrik le dijo a su más grande enemigo que el mafioso ruso estaba manteniendo a un chico normal en una de sus casas seguras. Luego el subordinado idiota tuvo el descaro de repartir el rumor de que yo, Carter, soy pareja de Adrik. Ugh, que desagradable.