Capítulo 6

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Pensándolo bien, creo que Adrik tiene un complejo de animal demasiado extraño. No lo digo por el hecho de que me tiene encadenado como a un perro (ya hablaremos de eso después, es irrelevante) o porque el imbécil parece perro babeando cada vez que me ve sin camisa. No, lo digo porque el mafiosito acaba de llegar y no ha dejado de gruñir como perro rabioso. Y bien, no voy a ser el idiota que le pregunta a un hombre mucho más alto, fuerte y armado que yo por qué actúa como un puto cavernícola.

Tal vez estoy actuando como un cobarde, pero prefiero eso antes que ser insultado en ruso por alguien que desconozco. Bueno, ya no es un desconocido por completo…aunque si me refiriera a él como el mafioso ruso que se enamoró de mí y me mantiene cautivo cada vez que fuera necesario, estaría cansado durante todo el día.

Mientras Adrik está sentado ahí con una expresión rabiosa, yo simplemente me dedico a fingir que no me afecta su estado de violencia irracional. No me afecta para nada.

En absoluto.

Nada, nada.

No me afecta.

Ni siquiera estoy pensando en él.

Adrik Kozlov no va a meterse con mis pensamientos.

Nop.

Nada.

Maldita sea.

—¡¿Qué mierda te pasa hoy?!— finalmente exploté.

Adrik tuvo el descaro de fulminarme con la mirada al oír mi pregunta. Oh, maldito hijo de perra. Vas a caer.

—No te metas en mis asuntos.

Ja. Que no meta en sus asuntos. Maldito.

—No puedes decirme que no me meta en tus asuntos después de haberme secuestrado.

—Solo cállate, Carter.

Qué. Acaba. De. Decirme.

Bien. Si el bipolar soviético quiere portarse así, puede hacerlo solo.

Por el resto del día ignoré a Adrik. Al menos tanto como me fue posible teniendo en cuenta su inmensa estructura y el hecho de que no dejaba de soltar gruñidos. En serio creo que se cree animal.

Para distraerme del irritante ruso fulminando con la mirada al aire, terminé de ver una de las películas que Adrik me había traído al inicio de lo que yo llamo "mi estancia involuntaria en la mansión del mafioso". Realmente me perturba saber cómo, pero por alguna razón el tonto de Adrik solo trajo mis películas favoritas. Eso incluye muchas comedias, películas de terror y películas tristes que me hicieron llorar como a una bebé. Lamentablemente el imbécil se olvidó de traer mis animes. Maldita sea, los extraño mucho.

Tal vez piensen que lo hice para enojar a Adrik. Pero su presencia no tiene nada que ver con mi elección de película. Nop. Yo elegí ver Rocky porque me gusta, no por los muy claros estereotipos sobre rusos. ¡Adrik no se parece en nada a Dolph…a quién le importa su apellido!

Admito que lo mire de reojo cuando el ruso habló, pero si él no lo sabe entonces nadie puede probarlo. Pasé
horas viendo esa película, casualmente (mentira) volteando a ver a Adrik en caso de que se calmara. Ya que claramente no me importaba (soy un mentiroso) ignoré todos sus gruñidos y maldiciones susurradas.

—Adrik— llamé después de un largo silencio.

El ruso no me respondió, tan enfocado en cualquiera que sea su problema que ni siquiera reconocía mi presencia allí en la habitación. Una persona normal se habría tomado la molestia de preguntarle qué pasó o por qué estaba tan enojado. Yo, por el otro lado, voy a tomar su enojo como una intolerable falta de respeto hacia mi humilde persona. Noten que dije "intolerable", así que no voy a ignorarlo más.

¡Te Maldigo, Mafioso Descerebrado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora