Mantuve el pequeño cacho de papel en mi mano por unos segundos, los suficientes como para que mi cabeza decidiera por mí. Rápidamente arrugue el pequeño papel en la palma de mi mano y lo deje caer al suelo cuando me levante de la silla del escritorio. Me tire sobre la cama y toque la pantalla de mi teléfono para no pensar demasiado en lo que acababa de hacer. Visto lo visto, era lo mejor. Yo no quería ser como mi hermana y aunque suene muy duro, tampoco quería acabar como ella.
— ¿Helena?
Parpadeé vagamente como si esa voz tan dulce proviniera de uno de mis mejores sueños.
— Cariño...
Al instante reconocí el tacto de la mano de mi madre acariciando una de mis mejillas. Abrí los ojos con dificultad sin abandonar mi pose fetal. Ella sonrió en cuanto mis ojos verdes se posaron sobre en ella.
— Hola, mamá.— Murmuré.
— ¿Qué ha pasado? Vuestro director me ha llamado...
Su gesto cambio, aunque seguía pareciendo igual de adorable que siempre.
— ¿Qué...? ¿Qué hora es?
Ignoré su pregunta y busqué mi teléfono en la mesilla. Cuando lo cogí pulse el botón central y lo único que pude leer fue: Cassie Allen; iMessage — antes que de mi madre me lo quitara de la mano.
— No ignores mi pregunta jovencita.—Su tono era serio.
Suspiré y me retorcí sobre mi cama, estirandome.
— Violet...
Al instante me arrepentí de haber pronunciado su nombre. La relación que mantenía con mi hermana no era del todo buena pero no me encontraba preparada para delatarla.
— Se encontraba mal.— Decidí finalizar.
Mi madre asentió.
— Y...
Su gesto delataba que sabía que estaba mintiendo así que supongo que sólo quería saber hasta donde podia llegar mi imaginación para mentirla.
— Vale, vale.— Moví mis manos en señal de que me rendía.— Se enfado con una de sus amigas y...
—Y... — Volvió a hacer el mismo gesto.
Un sudor frío se apodero de mi frente.
— Y se pelearon.— Concluí tras un par de segundos.
Ella bajo la cabeza y se toco la frente con varios de sus dedos, como si estuviera decepcionada. Yo solo esperaba que mi chivatazo no me trajera consecuencias.
— Ya esta la cena.— Dijo tras un par de segundos, tras levantarse de mi cama.
Volvió a depositar mi móvil sobre la mesilla de noche y se giró hacia la puerta. Cuando pensaba que estaba apunto de abandonar la habitación se giró otra vez en dirección a mi escritorio y cogió un pequeño papel arrugado del suelo.
— Por enésima vez, Helena: recoge tu habitación.— Dijo en un tono serio aunque no enfadado. Arrojo el papelito a la basura y salió del cuarto dejando la puerta entre abierta.
Por enésima vez, mamá: cierra la puerta al salir.— pensé al instante.
Volví a coger mi teléfono de la mesita de noche y miré la hora sorprendida por la frase de mi madre que anunciaba que íbamos a cenar. Las 21:30. ¿Cómo había podido dormir tanto?
Me incorporé de la cama ignorando el iMessage de Cassie en el que probablemente me habría puesto que su amigo, el de francés, estaba buenísimo una vez más. Suspiré y agarré mis rodillas sentada sobre la cama. Miré fijamente a la papelera y pensé en las posibilidades que tenía de que Matthew me contestara y fuera cordial conmigo, o mejor dicho, en que yo fuera cordial con él. Sinceramente, tenía ganas de hablar con él, y sinceramente, no sabía por qué.
Una vez más suspiré y esta vez hice que mi labio de abajo retumbara emitiendo un sonido un poco desagradable para mis oídos. Acaricié mi pelo y decidí posarlo entero sobre mi hombro izquierdo; baje mis brazos por debajo de mis piernas y las enlace; hice que mis pies tamborilearán arriba y abajo; mordí mi labio inferior y mi mirada seguía puesta en la papelera.
Tras un par de segundos deje de morder mi labio, deshice la unión de mis brazos y me abalance sobre el final de la cama para llegar hacia la papelera. Rescate el pequeño papel y deshice el burruño en el que lo había convertido. Me volví a sentar, esta vez con las piernas cruzadas, coloqué un cojín sobre ellas y apoyé mis codos encima. Agarré mi teléfono y comencé a marcar.
— ¿Sí? — Una voz femenina, de más o menos mi edad, sonó al quinto tono.
— Umm, perdón... Creo que me he equivocado.— Colgué.
Volví a marcar el número asegurandome de que cada número estaba bien.
— ¿Sí? — Contestó la misma voz femenina.
— ¿Matthew? — Contesté sin más.
— Ah, sí.— Exclamó la chica.— Está en la ducha. ¿Quieres dejarle un mensaje?
No sé porqué pero sentí como si la situación me estuviera desbordando.
— No, gracias.— Colgué.
Deje el teléfono sobre el cojín que tenía entre mis piernas y mi vista se fijo en un pequeño circulo oscuro que se poso justo a su lado. De repente a parecieron más, incluso uno cayó sobre la pantalla del teléfono. Estaba llorando y lo peor es que no sabía porqué.
Mi cabeza empezó a imaginar. Imagine a una rubia de ojos claros, a una Molly , y en como los labios rosados de Matthew besaban el cuello de su Molly. En como ella sonreiría, disfrutando del momento, y entonces Matthew uniría sus labios a los de ella, haciendo que encajaran a la perfección. En como ambos disfrutarían de ello y sus cuerpos se calentarian llenos de placer y lujuria, hasta el punto en el que Matt tendría que haber tomado una ducha para calmarse. La velocidad de las manchas oscuras sobre el cojín se multiplico, estallaban en la tela de este sin cesar.
Mi teléfono vibro. Pase uno de mis dedos por mi ojo derecho para lograr deslumbrar el nombre que parpadeaba en la pantalla. Era Cassie. No tenía ganas de hablar con ella. En realidad, no tenía ganas de hablar con nadie. Tampoco quería cenar, no tenía hambre. Sólo quería dormir, pero no quería hacerlo sola.
Me sorprendí estampando los nudillos de mi mano derecha contra la puerta de la habitación de mi hermana. No esperé a que contestara para pasar. Cuando lo hice la vi tal y como la había dejado, a diferencia de que ahora sí estaba despierta y se encontraba devorando un bol de helado de chocolate. Sólo me miro. Las lágrimas no dejaban de caer, ahora estampándose contra el suelo de madera de su habitación. Ninguna de las dos dijo nada. Ella paro de comer y dejo el bol vacío sobre su mesilla de noche. Entonces se hecho a un lado en su cama, dejándome espacio. Me aproxime y tumbe a su lado. Ahora era ella la que me estaba abrazando. Mi cabeza no dejaba de pensar y mis ojos no dejaban de empapar su almohada. Mi hermana susurro un pequeño te entiendo en mi oreja. Y entonces comprendí que yo no era la Violet de Matt, era su Molly.❆ ❆ ❆ ❆
¡¡HOLAAAAAA MIS AMOREEESSS!!
Sé que el capítulo no es muy largo pero creo que también es muy intenso. También sé que es tarde para subir un capítulo nuevo pero esta tarde entre a Wattpad y me di cuenta de que he llegado a las 1K vistas en Touch, o mejor dicho, hemos llegado porque nada de esto sería capaz de existir sino fuera por vosotras mis cielos. Os debo tanto, en serio❤
Pido que me disculpéis si veis alguna que otra falta de ortografía pero ya son casi las 12:30am y yo a estas horas suelo estar ya dormida bc no tengo vida gracias a mi trabajo y mis estudios jjajaja.
Espero que aunque sea cortito y con faltas de ortografía os haya gustado amores míos.
¡Muchas gracias por leer, votar y comentar cielos míos!❤
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Touch » Matthew Espinosa
FanfictionIrascible, testaruda, fría... - Estos son sólo algunos de los muchos adjetivos que podrían describir a la perfección la personalidad de Helena, una adolescente malhumorada no demasiado cariñosa con la gente que le rodea. Todo cambia cuando conoce a...