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Uno

Dalmi guardó los libros y cuadernos dentro de su casillero cuando la campana sonó. Tomó los libros de sociales para la siguiente clase y cerró el casillero.

Se guió hasta la sala y tomó asiento dónde siempre solía sentarse. A su lado, su amiga Leehi, la saludó animadamente cuando se sentó a su lado. De reojo pudo ver a los chicos de Neodream entrar al sala y mirar a todos como si ellos fueran los dueños de la ciudad.

Blanqueó sus ojos cuando vio cómo uno de ellos corría a un chico de su asiento con un empujón, tomándolo.

Malditos niños ricos. 

El profesor entró y todos se silenciaron, sacando sus cuadernos y preparándose para la clase.

"El ultimo trabajo de curso será un trabajo en pareja, donde deberán tratar sobre un tema que abarque a la sociedad" comentó y todos comenzaron a hablar entre ellos. "Pero yo armare los equipos" terminó de decir y luego se escucharon los abuchoneos.

Dalmi suspiró resignada. Su destino estaba en manos del universo para que su compañera fuera su amiga Leehi.

"Señorita Jung" nombró. Dalmi levantó la vista mirando al profesor. "Con el joven Zhong" escuchó y su mundo se derrumbó.

Oh no.

¿¡Zhong Chenle!? ¡No! Quiso gritar indignada.

Esto tenía que ser una broma.

Giró la vista a su costado y vio al chico mirarla con una sonrisa coqueta en sus labios, fastidiándola.

Se negaba rotundamente a compartir un trabajo con Chenle, no con ese idiota. Incluso podría hacerlo sola, pero con él.

"No habrá cambios, reprobaran si no lo presentan y no pueden hacerlo solos" dijo el profesor respondiendo a su duda cuando la chica levantó su mano. Con un bufido se escondió en su escritorio.

Mierda. Maldijo internamente.

"Tienen tres semanas" indicó por último luego de sentarse en su lugar.

Esto no podía estar pasando.

Dalmi se negaba a trabajar con Chenle. No con ese idiota rico y egocéntrico que creía tener todo a sus pies. No iba a hacerlo. 

No después de lo que él le había hecho. No podía mirarlo sin odiar su existencia. Sin recordar el día en que él se burló de ella luego de que le entregara una carta diciéndole sus sentimientos.

Se burló, la humilló y luego la pisoteó.

Solo tenía catorce años. Era una niña, pero a él no le importó en lo absoluto.

Solo era un niño rico y poderoso que se creía el centro del mundo.