Capítulo Tres.

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Comprobando que Christopher y Félix estuvieran cómodos en su cama, Fluke dejo la habitación.

Fluke no tenía problema en admitir que estaba nervioso. Hecho confirmado por el temblor de sus manos, y que su labio inferior se rompería en cualquier momento si seguía tirando de el con sus dientes

Aceptando la apariencia semi decente que pudo obtener Fluke sin que se notará que se arregló, inicio la videollamada.

Conectando...

Dioses, ¿en qué pensaba cuando le gritó al alfa que era un maleducado? Seguramente quería hacer la videollamada para saber cómo es y poder comérselo para la cena.

Revisando otra vez su cabello, suspiro. Lo hubiera pensado mejor. Claramente Fluke no seguía el lema: "primero pensar, luego actuar". Al contrario, siempre reaccionaba y luego aceptaba las consecuencias de sus actos. Ya sean positivas o negativas. Aunque solían ser en su gran cantidad, malas, tristemente para él.

–Quiero creer que ese suspiro no es por mí, Conejito.

Mientras Fluke estaba en sus tontas vacilaciones, Ohm acepto la llamada y lo estuvo mirando alrededor de 2 minutos, según él tiempo de conexión, sin que Fluke lo notará.

Fantástico.

Simplemente fantástico.

[SEPARADOR]

Ojos vibrantes de energía, con forma de almendras, color avellana, nariz respingada, cabello castaño con tonos dorados, rosados labios con forma de corazón y un rostro delgado y pequeño.

Fue la primera impresión que obtuvo Ohm, capturando todo a través de la pantalla de un distraído Fluke Natouch. Junto un ligero rubor que adornaba gran parte de su rostro al ser descubierto distraído.

Y le encantó.

–Yo... yo... -el conejito parecía estar atragantado con sus propias palabras. Teniendo piedad de él, Ohm cambio de tema.

–Un gusto conocer al conejito que salvó a mis hijos -sonrió y Fluke igual. Una bella sonrisa a su parecer. El rostro de Ohm se oscureció. –¿Cómo están ellos?¿Félix lloró?¿Christopher te contó lo que sucedió?¿algo?

A partir de ahí la conversación se torno más seria. Fluke le compartió todo lo que sucedió desde que los encontró en su garaje y lo que le contó Chris. Fluke también fue a dónde estaban durmiendo para que los pudiera ver.

Ohm se sentía muy orgullo por la inteligencia de su hijo. Pero aún así ardía de furia internamente por lo que tuvieron que pasar sus niños.

–Esta bien. Nos tomará alrededor de medio día llegar a tu hogar. Seguramente estaremos, mi manada y yo, para el anochecer. ¿Está bien?

–No hay drama. Los mantendré bien alimentados y entretenidos mientras tanto. Aunque seguramente cuando se despierten deberían llamarte para tranquilizarse.

–Por favor. Mantendré mi teléfono a mi lado en todo momento. Si necesitan cualquier cosa, solo llama. -Ohm no agrego que esa oferta también de aplicaba para el conejito.

Continuaron hablando cosas triviales en lo que la manada se preparaba para ir. Cuando la puerta de la oficina del alfa fue golpeada, significó que debían colgar.

Dos Cachorros y su Conejito »OhmFluke«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora