Cap. 17 Todo es parte de su juego.

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Me acerco lentamente a Alex en la mesa y con mirada desafiante tapo mi gran miedo.

- ¿A caso no sabes con quien te metes?

-Eva ¿entiendes que yo no te tengo miedo?

- No me importa lo que creas o lo que yo entienda, solo te digo que tengas  cuidado con lo que haces.

- Solo te digo yo a ti....  no estas tan digamos "acompañada" en estos momentos, yo tu y miro bien a quien tengo al lado.

-¿Que carajo dices Alex?

- Con el tiempo lo entenderás, quizas en muy poco.

Ignoro su ultimo comentario y me acomodo de nuevo en mi sitio devolviendo mi vista al mar.

Nos decidimos a no seguir hablando, al menos yo no sigo y el opta por hacer silencio, parece que se dio cuenta de que Diego nos estaba mirando mientras hablamos.

En unos minutos vuelve Diego y nos enseña el menú, yo sigo con ganas de probar sushi y ni me detengo a mirar el menú,  Alex en cambio lo mira pero sigue igual empecinado en comer sushi. Diego al terminar de recoger los menús nos mira a ambos y con voz tierna nos dice:

Al fin veo que se están empezando a llevar bien.

Eso intentamos realmente. - le lanzo una sonrisa comprometedora indicando que todo estará bien.

Alex en cambio sube la cabeza y sonríe en un suspiro mientras dice:

— No se como aguantas esta chica Diego.

Veo como poco a poco Diego se pone mas rojo que un tomate y la piel de sus brazos se ponen de gallina mientras vuelve a sonreír mira a Alex y dice:

— Cuando quieres a una persona de verdad hasta los malos hábitos se lo aguantas.

Esperen esperen Diego acaba de decirme que me quiere y se lo dijo a su hermano. Una sensación de extraña felicidad invade mi cuerpo y hace que mi corazón se acelere, pero trato de contenerme.

— Vuelvo en unos minutos.- dice Diego veo como se aleja caminando de una manera hermosa, no se que me pasa, pero me gusta sentirme así .

A ese paso te quedarás sin ojos Eva, no seas tan obvia. No estés segura nunca con nosotros. Y lo mejor es que si intentas decir algo de esto Diego no te creera .

Miro a Alex de reojo mientras dice todas sus babosadas, lo ignoro y giro la cabe a hacia la vista del mar. Unos instantes después se acerca Diego con los platillos.

Diego se sienta a mi lado para mostrarme como agarrar los palillos y como poder comer con ellos, Alex cambió por completo y se ha mostrado hostil hacia Diego quizás por como ve que me trata, pero ambos lo ignoramos y seguimos en mi clase de comer shusi...

Al cabo de unas horas de comer y pasear por el centro le pido a Diego que me lleve hacia la playa, el sin titubear me dice que sí, bajamos hasta el auto y nos vamos. Cuando llegamos la playa estaba despejada, era tan hermosa, el sonido de las olas me llamaban y me invitaban a unirme a ellas,dejo a Diego y a Alex atrás y me dirijo hasta el llamado desesperado de las olas, sentía como gritaban "Eva, Eva, te espero, date prisay mientras mas me acercaba mas fuerte era su llamado me sentía más que motivada y mi paso era lento entre la cálida arena blanca pero tan firme que no podía detenerme por nada.

La brisa era cálida y me abrasaba por completo, llevaba una coleta que se deshizo por el va y ven la brisa y mi vestido aprovechaba cualquier descuido para hacer de las suyas, no se porque, pero a medida que caminaba sentía a mi madre cerca y eso me emocionaba bastante, veia como mi pelo largo y color rojo ondeaba por el aire y me acordó al hermoso pelo de mi madre, en ese momento mientras caminaba me agarre el pelo y lo bese, como sinónimo de orgullo al tener un recuerdo latente de mi madre.

Una vez ya en la orilla del mar no puedo evitar llorar mientras me agarro el pelo y por alguna razón digo en voz baja "Mami ya estoy aquí "  y así mismo sigo caminando hasta ver que el agua me da casi por la altura del cuello ahí voy reaccionando y me di cuenta de que no sabía nadar, intentar volver a la orilla fue un fracaso, mis pies ya no alcanzaban el suelo y se me complicaba más, entre socorros ahogados por la salada agua del mar que me arrastra hasta el fondo de su corazon , veo como alguien a lo lejos recorre a mi ayuda pero creo que es tarde escucho a mi mama decirme "ya te tengo mi niña" no se si eran efectos de mi imaginación por la falta latente de oxígeno, pero solo podía entregarme a mi madre en ese momento.

Nada era mejor en estos momentos de desesperación que estar con ella, a pesar de los años transcurridos, me sigo imaginando mi vida si ella estuviera conmigo y ahí es cuando paralizo las actividades de mi cuerpo para tratar de subir a la superficie, y me dejo llevar por el va y ven del mar... es como si me dejara meser entre sus brazos y me entregara a la experiencia que habia olvidado.


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La sombra de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora