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Llego temprano a mi trabajo luego de dejar a los niños en la casa de mi padre que ofrecieron ayudarme esta semana que me toco trabajar aún siendo de fiestas, hoy ha sido una corta mañana un poco caótica porque las calles están cerradas por la nieve; en mi oficina me encuentro armando unas citas para una exhibición que tenemos  este fin de semana.

Suena mi puerta.

-Pase- digo subiendo mis lentes a mi cabello un poco más largo que esta suelto, noto que es mi secretaria- Hermosura ¿Que necesitas?

-Llamaron de la casa de su padre, uno de los gemelos no para de llorar parece ser Nathan- dice arreglando su falda negra, asiento.

-Gracias linda, iré a buscarlo- le extiendo la mitad de los papeles que estoy organizando, se acerca y los toma- Ten, organiza estas citas mientras vuelvo, Ok?

-Cuente con eso, espero que el niño se encuentre bien.- y con esto se va.

Arreglo los papeles desordenados de mi escritorio, tomo mi bolso de mano y mi teléfono y salgo a toda la velocidad que mis tacones me lo permiten. Mientras bajo el en ascensor le marco a Bela que cuida a mis hijos. Al marcar noto que tengo vario mensajes y llamadas de ella y mi celular se encontraba en modo silencio, me siento como una mala madre.

-*Noa- responde después de dos timbres.
-Querida Bela perdón por la demora, no escuché el celular y he estado llena de trabajo.
-Tranquila hija- se escucha un llanto al fondo.
-¿Que sucede?- pregunto bajandome del asesor y caminando a mi auto.
-Nathan no para de llorar desde hace ... Una hora.
-¿Y has revisado todo?
-Si.
-Esta mañana estaba tranquilo- abro el auto, y coloco el bolso a un lado.- Me parece raro, ya voy para allá.
-Ok aquí esperamos.- cuelgo y enciendo el auto, voy lo mas rápido que puedo.

Luego de un rato llego y bajo de mi auto; toco el timbre.

-Bienvenida- abre una señora de servicio (que por cierto, si contrataron una después de tanto)

-Muchas gracias- entró y la observo.

-Están en el patio, el gemelo no para de llorar y doña Isabella esta muy preocupada.

-Gracias nuevamente- sonrió y voy directo allá, cuando me acerco a la puerta escuchó el llanto y parece ser de molestia.-¡LLEGO MAMIIII!- grito pasando por la puerta notando a Bela sentada en una silla mecedora con el y el coche a un lado donde debe estar Isaac.

-Mami llegó- Bela me observa con cara de preocupación y se levanta. Me entrega a Nathan que para de llorar y me observa con un puchero.

-¿Que pasa guapo? ¿Te duele algo o simple mamitis?- Solloza iniciando a llorar nuevamente, me levanto y lo acurruco, me saco el pecho y succiona sesando su llanto.

- No entiendo que le pasa, Isaac esta ahí tranquilo con un juguete y su chupete- veo hacia el coche y efectivamente, esta tan tranquilo que no ha notado mi presencia.

-Hola rey Isaac- me acerco a el y sonríe soltando el chupete.

-Maaa- balbucea sonriendo.

-Hola reyy estas igual de tranquilo que tu hermano ¿Cierto?- mi bebe sonríe como el gran galán que es- Dios que hermoso- con mi mano libre le acarició el cabello y este se mueve sin parar. Le coloco el chupete y le entregó el juguete antes de que quiera que lo cargue también.

-Que poder tienes con esos niños, Isaac no es tan pegado a ti pero si te ama como su reina- sonrió observando a mi osito pegado a mi pecho.

-No entiendo que le sucedió a Nathan la verdad- digo sentandome en la mecedora a ver si se duerme aunque lo dudo mucho.

Adopción obligada (Novela#4 de la saga cigüeñas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora