Adopción obligada (Novela#4 de la saga cigüeñas)

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Han pasado tres meses desde que llegue aquí a Miami y han sido los mejores.

Mi familia es sensacional, me apoyan al máximo y ayudan con los niños; trabajo en la sucursal de mi padre aquí como contadora y mantengo mi empresa de Londres vía online. Los niños se adaptaron rápido y adoran a toda la familia.

Mis familiares de Londres mantienen el contacto conmigo, evito a toda costa preguntarles sobre Yeison porque sinceramente no me interesa y adoro la paz mental que hasta ahora mantengo.

Justo en este momento me encuentro vistiendo a los gemelos que hoy cumplen su primer año y decidí celebrarselo aquí en Miami.

Les coloqué una braga negra que es tipo short junto a una camisa de cuadros mangas largas color blanco, negro y (la de nathan con azul y la de Isaac con verde) junto a unos converse negros y ambos con gorritas blancas. Los meto en sus andadores, ya que caminan y son muy traviesos; mientras me visto igual que ellos con la diferencia de que mi camisa es de cuadros blanco y negro y tengo una pañoleta negra en en mi largo cabello que hace un tiempo cambie el color por negro y plateado en las puntas, me aplico maquillaje y perfume y ya lista tomo el bolso de los niños salimos y vamos caminando a donde será su pequeña fiesta en el salón de fiestas de la urbanización.

La temática es de selva, ya que a los niños les gustan mucho los animales, han sido de gran ayuda mis tías y primas que les gusta mucho todo con respecto a fiestas y les encantan los niños.

-¡Bienvenidos!- Se escucha la voz de Bela por el altavoz que llega hasta donde estamos, a penas pasamos por la gran puerta que contiene plantas verdes y un gran arco de globos con una I y una N los niños gritan sin parar sonriendo, su emoción me llena tanto y añadiendo que está toda la familia aquí me siento como la mujer mas feliz del mundo.

Mi padre y Bela llegaron anoche a ayudarme con los niños cosa que agradezco enormemente.

Es un lugar de tamaño moderado, tiene grama artificial y es un ambiente completamente tropical; con globos y peluches de animales, plantas, un pequeño parque inflable, un área de animales donde hay conejos, un cerdito, un pato y un loro; un caballo a un lado de esta mini granja; una inmensa piscina de pelotas, cama elástica y una pequeña pista de baile.

He hecho hasta lo imposible por esta fiesta hoy, quería que viniera mi amiga pero por su gran embarazo no puede volar y solo vinieron los mencionados antes. Pero preferí celebrarlo aquí porque no quiero saber nada del padre de mis hijos, el cual, no dejo de escribirme por las redes sociales ya que cambié mi numero de teléfono.

Y no le respondí obviamente.

Olvidando ese tema...

Los niños la han pasado fenomenal, compartiéndo con todos los invitados; caminando de un lugar a otro, bailando, jugando, tanto que tuve que esperar a que despertaran de una corta siesta para poder culminar el cumpleaños.

-Eres la mejor madre del mundo hija- Mi padre me abraza y sonrío con Isaac dormido en mis brazos- Todo esto fue... Algo impresionante.

-Gracias padre, sabes te dije que todo por mis hijos- asiente.

-Como debe ser, sin necesitar de nadie- su semblante cambia de repente a uno serio y se que viene.

-Ellos no necesitan a nadie, tienen todo el amor justo y necesario.

-Lo se hija, pero no me parece justo que si quiera pasar un embarazo con una mujer a la cual te dijo que no amaba y sorpresivamente ahora si ama hasta con su alma.- Debo admitir que eso me impresionó, pero no tanto como la pequeña punzada que sentí en mi corazón y que disimulé muy bien.