Capítulo 19

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CAPÍTULO 19

SELENA

Ya era sábado. Me levanté a las 8 am para prepararle un buen desayuno a Luke. Ayer cuando veníamos hacia su casa en el coche pude ver a unas dos cuadras de esta un almacén al cual iría ahora para comprar algo de comida.

Ya con los alimentos me puse a preparar una gran torre de panqueques y unos huevos revueltos que sé que él ama. Luego preparé un poco de jugo de naranja y café. Coloqué todo en una bandeja y lo subí hasta su habitación.

Al entrar a la habitación dejé el desayuno en el escritorio y fui hasta él y lo intenté despertar con un beso

– buenos días – el aun con sus ojos cerrados sonrió.

Si de algo estaba segura es que él me hacía la mujer más feliz del mundo, y yo quería hacerlo sentir igual o mejor.

-buenos días nena – ya con sus ojos abiertos habló y me besó

- feliz cumpleaños – le dije al separar nuestros labios. Me paré y fui en busca del desayuno

- eres la mejor ¿sabías?

- puede que tengas razón – otra vez me besó

- oh casi lo olvido – fui hasta mi maleta y agarré una caja forrada en papel de regalo azul – su regalo señor Rose

- Dije que no quería nada Jones.

- pero yo sí quería regalarte algo, anda ábrelo – le dije. Cuando lo abrió quedó boquiabierto – es una cámara fotográfica, para que fotografíes todo lo que te gusta en tu vida y cada momento que quieras guardar.

- prepárate, esta cámara estará llena de fotos tuyas... desnuda más que nada

- ¡Luke! Que pervertido - no pudimos evitar reírnos

- Así te gusto - dijo para después besarme y subirse encima mio, aguantando su peso con los brazos para así no aplastarme.

........

Ya era casi el medio día y acababan de llegar la familia de Luke

Okey ya estoy poniéndome nerviosa, ¿y si no les caigo bien? Basta Sele, tranquila

Al entrar un grito muy alegre de un niño se escuchó - ¡tío Roosee! – okay ¿what?

- Hola monstruo ¿Cómo estas?

- muy bien, te extrañe muuchoo, feliz cumpleaños – le dijo el niño entregándole un papel, supuse que era un dibujo

- gracias, yo también te extrañé. Que hermoso ¿tú lo hiciste?

- Sii, aquí está tu auto rojo. Yo también quiero uno así

- cuando seas más grande podrás tener uno igual al mío

Y apuesto a que lo tendría. Su familia tiene dinero hasta para limpiarse el trasero.

- tío ¿ella quién es? – dijo el niño tratando de susurrar y señalándome

- ella es mi novia ¿quieres ir a saludarla?

Esperen, esperen ¿novia? ¿Desde cuándo soy su novia? Peroo está bien, sería complicado explicarle a un niño nuestra relación.

- Hola, me llamo Aiden ¿tú cómo te llamas? – me preguntó el niño ya en frente mío

- que hermoso nombre Aiden, me llamo Selena

- Oh, tu nombre se parece a Selene, la diosa de la Luna, ¿tú eres como ella?

- Lamentablemente solo soy una humana común, ¿te gustan los dioses griegos?

- ¡SI! ¿Sabías que el dios del sol se llama Helios? Seguro que sí, él sería el hermano de Selene ¿tú tienes hermanos?

Que chico tan charlatán. Mis padres siempre dicen que yo apenas hablaba cuando era pequeña, no es muy diferente a la actualidad.

- si tengo un hermano mayor y se llama Marcos.

- Hola querida, soy María la abuela de Luke, él me habló mucho de ti, espero que él haya hecho lo mismo.

¿Luke le habló a su abuela de mí?

- Oh tranquila, solo habló cosas buenas. – agregó supongo que al ver mi expresión - Es como si hubieses hipnotizado a mi nieto y te digo gracias por eso. Antes él se pasaba con chicas diferentes cada semana ¿Qué digo cada semana? Cada noche. Era un verdadero desastre.

- Gracias abuela, yo también te quiero.

Luego de eso, Lucía, la madre de Luke y su esposo se presentaron ante mí y la nombrada comenzó a preparar el almuerzo.

Ya almorzando todos juntos, Steve me miró fijamente y me preguntó:

- Y Selena, ¿a qué se dedican tus padres? ¿Dónde viven y en qué condiciones?

Nadie me dijo que venía a un interrogatorio – pensé

- Oh, mi madre es maestra y mi padre tiene un taller mecánico, cuenta con varios empleados, además mi hermano le da una mano. Vivo en un pequeño pueblo en Virginia, mi hogar está en un lugar muy lindo cerca del centro, no contamos con tantos lujos como ustedes pero vivimos perfectamente.

- ya veo... - comentó él con cara de asco - ¿Qué estás estudiando? – agregó.

- Licenciatura en letras, me gustaría ser escritora algún día.

- querida, ¿Luke te contó que yo tengo mis propios libros a la venta?

- ¿usted habla en serio? – miré a Luke sorprendida.

- creo que olvidé mencionarlo – dijo el entonces.

- no me volví muy famosa como podrás darte cuenta pero se darme cuenta cuando alguien tiene talento. Si gustas podrías darme alguno de tus escritos algún día.

-pues sí claro, ahora no tengo ninguno ya que no traje mi computadora pero cuando regresemos podría mandarle algunos.

- Sería un placer Selena.

Esa conversación empezó siendo muy incómoda por el trato que tuvo el padre de Luke conmigo pero terminó de una manera excelente gracias a su madre, ¿Cómo no me había dicho que su madre tenía su propio libro? qué idiota. - pensé.

....

LUKE

Ya era de tarde. Sele y Aiden estaban dibujando en el patio trasero de la casa. Se los veía muy felices a ambos.

La madre de Aiden no pasaba mucho tiempo en su casa y el padre nunca había dado la cara, menudo idiota. Aiden pasaba sus días con niñeras y la servidumbre que estaba a cargo de su casa, aunque también pasaba mucho tiempo en casa de mi madre.

La imagen de Sele cuidando y jugando con un niño era tan bella que no creo que salga nunca de mi cabeza.

Ella sería una excelente madre – pensé

Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no noté cuando Aiden estaba al lado mío mostrándome su dibujo.

- ¡tío Rosee mira mi dibujo! ¡Eres tú y Selena! Ella me ayudó a pintarlo.

- que hermoso monstruo, ¿me lo regalas? – el dibujo era horrible, el niño tenía cinco años y no sabía dibujar muy bien. Apenas se notaba que había dos humanos ahí pero su felicidad era muy contagiosa.

- Siiii - me respondió y luego dando saltos me preguntó - ¿quieres jugar con mis autos?

- Claro que sí – le dije.

- Selena ¿a ti te gustan los autos?

- Me encantan los autos.

- ¿tú también tienes un auto como el tío Luke?

- oh no, no tengo auto, no tengo dinero suficiente para comprarme uno – respondió ella y su sonrisa se borró por completo. Sabía cuánto ella amaba los autos pero eran muy caros así que ella siempre usaba el de su padre o el de su hermano, pero ahora que se había mudado los autos habían quedado en su antiguo hogar.   

.........

Cuatro mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora