•˚• ¡Capítulo Nueve!

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La luz filtrándose por las persianas hizo a JiMin despertar, pero nota a una cabellera castaña a su lado, sonríe con nostalgia porque, aunque fueran mejores amigos desde niños y momentos como estos, cuando dormían abrazados el uno al otro y se des...

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La luz filtrándose por las persianas hizo a JiMin despertar, pero nota a una cabellera castaña a su lado, sonríe con nostalgia porque, aunque fueran mejores amigos desde niños y momentos como estos, cuando dormían abrazados el uno al otro y se despertaban enredados en las extremidades del otro; eso siempre los confundía, a él y a su lobo siempre los ponía tristes y esperanzados.

Pero aquellos pensamientos fueron reemplazados cuando, la presión y el calor del otro cuerpo contra el suyo que los ayuda a relajarse, los ayuda a volver a dormir. Especialmente ese cuerpo suavecito y esponjocito que encaja a la perfección con el propio, como si ambos estuvieran diseñados para estar constantemente entrelazados.

Y más cuando ese cuerpo es de JungKook.

Cuando volvió a despertar esta vez el omega no se estaba ahí así que un poco desorientado se levantó de la cama.

Vio el reloj el cual marcaba las 9:26 AM creyendo que los padres del menor ya se encontraban en la casa por lo que, se dirigió hacia el baño para hacer su aseo personal, lavó su rostro y cepilló sus dientes, si, tenía uno en aquel baño del omega porque se volvió una necesidad después de dormir mucho con JungKook.

Luego que acabó caminó hacia la planta baja, y apunto de pisar el último escalón vio al castañito; sentado en forma de indio en la mitad del sofá vistiendo aún su adorable pijama de ositos.

La vista lo hubiese hecho suspirar como un tonto enamorado sino fuera porque entre las manitas del omega yacía la caja de galletas que Jisung le dijo que JungKook tenía prohibido tocar.

──¡Kookie! ¿Qué crees que haces? No puedes comer esas galletas, bebé

──Minie hyung, quería hacer el desayunito contigo, pero no lo quise despertar, pero mi pancita hacia
Rawr──colocó sus manitos en forma de garritas y en su boca se pudo apreciar unos colmillitos sobresalir.
Parecía un gatito.

──¡Por eso tome las galletitas! ¿Quieres una JiMinie? Son de chispitas de chocolate. ¡Tus favoritas!

Por más que quería caer ante la tentación, su lado beta le dio raciocinio para no ceder.

──Siii... creo que es mejor guardarlas.──se acercó al de hebras doradas que, viendo al alfa acercarse ahora con la intención de quitarle la caja, la abrazó con fuerza contra su pecho y negó varias veces──JungKook, dámela.

──¡No!

Saltó del sillón tratando de huir del mayor pero antes de lograr su cometido éste lo abrazó por la espalda quitando la caja de sus manos.

BreakFast «JIKOOK»  ︴ Adap.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora