BreakFast «JIKOOK» ︴ Adap.

•˚• ¡Capítulo Siete!

El timbre sonó dando por culminadas las torturosas clases del día, el azabache se levantó de la silla guardando todos sus libros en su mochila y la colgó en uno de sus hombros una vez lista, acercándose a su compañera Whee~In, le revolvió el cabello en un acto de venganza.

Luego, buscando con su mirada a su lindo cachorro para irse juntos como todos los días lo encontró dándole un abrazo al alfa pelimenta; JiMin solo se limitó a rodar los ojos y golpear el piso con el pie como berrinche.

Dando un suspiro tratando controlarse para que el monstruo de los celos no brotara, dio media vuelta saliendo del salón dejando atrás a un castañito con las cejas arqueaditas y puchero sobresaliente.

El alfa iba refunfuñando por el pasillo hacia la salida del instituto todo hasta que sintió un pequeño peso extra sobre su espalda, un par de bracitos alrededor de su cuello y otro par de cortas piernas envueltas en sus caderas aferrándose tal cual como un koala.

──¡Minie malo, Minie malo!──lloriqueó y pataleó lo cual hizo que el mayor lo sujetara de las piernas rellenitas para evitar que cayera── ¡Me querías dejar solito! ¡Eres un mal Hyung!

Está bien, ahora se sentía como la peor persona al oír hablar con voz quebradiza a su menor.

──Lo sé, lo siento Kookie, ¿Puedes bajarte, cachorro? Para poder hablar bebé.

──Nuh uh no quiero, quiero quedarme así. ──le dijo el omega como un niño pequeño queriendo llorar, luego dejó que su cabeza cayera suavemente sobre la curvatura del cuello del hebras negras como apoyo.
El mayor de ambos comenzó a caminar porque el omega jamás aceptaría un no por respuesta.

──Eres todo un bebé mimado.

──¡Aigooo!──podía jurar que su carita era un completo tomatito por lo rojo que debía estar── Jiminie, vayamos a mi casita tienes tiempito de no ir y mis papis te extrañan.

──Tus padres me adoran y no los culpo, soy todo un galán.──recalcó sacándole una carcajada a Kook.

En el transcurso del camino hablaron de distintos temas por ejemplo ahora, JungKook le decía varias razones por las que JiMin debía dejarse crecer el cabello.

──...Y esa es la razón número 15 por la que creo fielmente deberías dejarte crecer el cabellito JiMinie.──el omega acercó su naricita en la hebras negras y movió de un lado a otro inhalando en el proceso, algunos traviesos mechones rozaron sus pómulos rositas que le hicieron soltar suaves risas por las cosquillitas.

A veces pensaba que JungKook era un niño.

──¿Una de tus razones puede ser que me veré mejor que ese cara de gato?

──No entiendo, ¿Por qué lo dices, JiMinie?

Indagó y asomó su cabecita para observar bien al alfa porque aún estando abrazado a la espalda de este, le impedía ver más allá que el perfil endurecido.
Park paró en seco.

──JungKookie. ¿É-el te gusta?──preguntó, con evidente aflicción en su hablar y expulsando feromonas de tristeza.

El menor se dio cuenta de ello y abrió sus ojitos sorprendido, se bajó con suavidad de la espalda contraria posteriormente se colocó frente a este quedando cara a cara.

O mejor dicho, pecho a cara por la notable y adorable diferencia de altura.

Y la escena que vio ante sus ojos no le agradó, a su JiMinie cabizbajo y un aura de pesadez a su alrededor, e hizo un puchero involuntario porque a él no le gustaba ver a su Hyung así, por lo que pensó en algo que pudiera verlo feliz.

Y como si de un bombillo inexistente sobre su cabeza se tratase una idea llegó a él, estaba muy segurito que el alfa de hebras pelinegras no iba a resistirse.

──Hyung, míreme.──hizo caso, viendolo con unos ojitos de bambi triste. Sin embargo los cerró porque su dongsaeng estaba muy pero muy cerca tanto que podía escuchar sus respiraciones.

──¡JiMinie, tienes que abrir los ojitos! ──el mayor solo medio abrió uno no obstante lo volvió a cerrar al ya saber lo que se aproximaba y no quería caer ante los encantos del omega── ¡No! Abre los ojos. ──
regañó, golpeando con su piecito el suelo.

──Bien──respondió.

JungKook respiró y comenzó a cantar:
──Uno más uno es un lindo pastel. ──posó sus deditos índice en cada uno de sus cachetitos mientras movía su cabeza de un lado a otro y acercándose más al rostro contrario── Dos más...──esta vez con dos deditos al aire hizo en forma de garritas.

Sin embargo fue interrumpido porque el azabache se echó hacia atrás y giró su mirada, su cara pintada de un rojo intenso.

──¡Miniie Hyung, no haga trampa! Debe mirarme a los ojos, acérquese. ──el más bajito acunó con sus palmas las mejillas del alfa.

Se puso de puntitas y acercó el rostro de JiMin lo suficiente como para que sus narices se rozaran ligeramente entre si posterior a ello implantó un besito en la punta de la nariz del alfa.

Finalmente el mayor dio a relucir su sonrisa de conejito porque su JungKookie era muy adorable sin siquiera intentarlo.

Por otro lado la pancita del menor ahora mismo era todo un enjambre de maripositas por ver a su Hyung feliz y ese era otro motivo por el que ayudaba a JiMin todas las mañanas con el desayuno, amaba ver sus dientecitos cada que sonreía cuando veía algo que JungKook preparaba y aún mas con su preciada leche de fresa.

Les importaba muy poco la escena que estaba protagonizando en media calle, algunas personas que pasaban por la zona los miraban con ternura otros con desagrado y otros simplemente hacian vista gorda. De igual forma eran solo ellos en su burbuja, solo ellos dos.

──Hyuuung~ no debe ponerse celoso de Yoongi-ssi. Yo solo lo quiero a usted.──sin más lo tomó de la mano y las entrelazó haciéndolo correr para llegar pronto a su casa.

Y quizá solo quizá JungKook no se dio cuenta de sus últimas palabras.

Pero JiMin si y nadie le podía quitar la felicidad que sentía en ese instante.

──Yo solo lo quiero a usted.