Mentes Alteradas (TRADUCCIÓN)

fantasías secretas

"¿Crees que podrías apartarte de Lucius?" La voz de Severus se mofó y Harry sintió una risita insana burbujeando bajo la superficie, tratando de mantener la cara recta mientras se desprendía lentamente del rubio sonrojado. Un ruido de chasquido vergonzosamente resbaladizo resonó en la alcoba, Harry se negó a reprimir el sonido y levantó unos ojos desafiantes y sonrientes para mirar fijamente la negra mirada del antiguo maestro de pociones.

"¡Pequeña mierda!" La rica voz de Severus era profunda con una ira apenas contenida, Harry cuadró los hombros preparado para luchar contra el hombre, incluso desnudo si tenía que hacerlo. El tono molesto de Lucius cortó el ambiente, Severus bajó la cabeza ante las palabras.

"Severus... ¡basta, nos ofrecimos a ayudar a Harry así que madura!" giró sus fríos ojos grises para incluir a Harry en la reprimenda, Harry sintió que su rostro se fruncía y el rubio entrecerró los ojos: "Tú también".

Lucius se levantó tranquilamente de la cama, despreocupado por su estado de desnudez y recogió despreocupadamente su ropa, Harry encontró que su polla respondía una vez más a la musculosa carne del rubio. Levantó brevemente sus hipnotizados ojos verdes para contemplar la característica mueca de Snape, que prácticamente brillaba de rabia mientras se centraba en él. Sintiéndose descarado, Harry se limitó a encogerse de hombros en plan "¿y qué vas a hacer al respecto?", los ojos oscuros se entrecerraron aún más y en lugar de tener el efecto deseado en Harry tuvieron otro, Harry se sonrojó mientras su polla se endurecía bajo la mirada furiosa.

No, no voy a dejarme excitar por ese maldito bastardo.

Su polla parecía no tener ninguna de las cargas emocionales que llevaba su dueño y continuó excitándose ante la mirada del furioso maestro de pociones. Unos fríos y entrecerrados ojos negros contemplaron la visión y se apartaron con asco, murmurando sobre malditos adolescentes cachondos, y barrieron con fuerza la alcoba. Para Harry, el barrido de esas túnicas negras rompió el hechizo, cada desprecio pronunciado y cada comentario sarcástico pasaron por su mente. Reprendiéndose a sí mismo, sacudió la cabeza por haber considerado la idea de sentirse atraído por ese imbécil. Levantó la mirada para contemplar la mirada divertida y cómplice del rubio. Harry enarcó una ceja desafiando a Lucius a que se atreviera a hacer un comentario, se limitó a sonreír y a seguir a Severus.

"Estamos esperando Potter". La voz de Severus lo llamó y Harry sintió que se estremecía bajo los tonos. Un cosquilleo de placer perverso le subió por la espina dorsal al oír la rica voz de barítono, su mente acudió a un recuerdo que había reprimido durante mucho tiempo.

Flashback

El aula de pociones estaba desierta, Harry se apoyó en el escritorio de Snape y esperó a que Ginny se uniera a él. El corazón comenzaba a latir con fuerza ante la posibilidad de llegar más lejos con ella que los apresurados besos que habían disfrutado hasta el momento. Intentando ignorar la molesta voz en el fondo de su mente que seguía insistiendo en que no estaba disfrutando mucho de los besos de todos modos. Una lechuza marrón entró en la habitación, dejando caer una carta a los pies de Harry antes de ulular y salir volando. Al abrirla, Harry no se sorprendió al encontrar la pulcra letra de Ginny.

Harry,

Estoy atascado con muchos deberes y no puedo escaparme de la biblioteca en este momento.

Lo siento cariño, ya te compensaré xxxxxx

Te quiero mucho, muchos abrazos y besos Gin Xx

Suspirando con decepción, aunque su corazón no estaba en ello, Harry se sentó de nuevo en el escritorio, pateando las piernas de un lado a otro mientras reflexionaba sobre qué hacer. Respirando profundamente mientras pensaba, sus fosas nasales se llenaron del tentador aroma del sándalo y la bergamota. El aroma pareció cobrar vida propia al recorrer su cuerpo, sus sentidos se despertaron al inhalar el olor. Bajó de un salto del escritorio para rastrear la fuente del aroma, que se hizo más fuerte a medida que se acercaba al asiento de Snape. El corazón latía con fuerza y el pulso se aceleraba cuando Harry se dio cuenta de que estaba siguiendo el olor del maestro de pociones.