•Two•

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NamJoon se detuvo a descansar y recuperar el aliento. No es que arrastrar al felino fuera muy arduo, pero tener que agacharse mientras tiraba y caminaba por todas esas rocas y pendientes era un infierno para su espalda.

Mientras se inclinaba para tomar las mangas y continuar la caminata hacia su camioneta, escucho el chasquido de una rama al ser pisada por una persona.

Automáticamente tomo su rifle.

—Si yo fuera tú no haría eso.

NamJoon se volvió cautelosamente para ver, a unos diez metros de distancia, a unos cazadores furtivos apuntándole con el cañón de un rifle. Mierda. Su mirada descendió hasta el guepardo para comprobar que todavía estaba tranquilo, no sabía si durmiendo o inconsciente.

—Solo quiero al felino, coopera y no te lastimare.

NamJoon frunció el ceño, por lo menos su placa estaba en el bolsillo y no era visible. Ese pequeño pedazo de información probablemente habría hecho que le disparara en el acto.

—¿Esta es tu presa? —pregunto casualmente—. La encontré a una media milla de aquí. Me pregunto cómo llego un guepardo a estas montañas.

El hombre se rió ligeramente entre dientes.

—Eso no te incumbe. Y sí, ella es mi presa. Te agradecería que retrocedieras.

NamJoon mantuvo las manos en alto para indicar que no era una amenaza mientras daba varios pasos atrás. No valía la pena arriesgar su vida por un guepardo herido, pero el hecho de que ese idiota lo mantuviera a punta de pistola para reclamar su pellejo le molestaba en extremo.

El cazador se adelantó indicando a NamJoon que se girara y le diera la espalda.

NamJoon se quitó la correa del hombro, envolvió su mano alrededor de la culata y arrojo el arma, tan suavemente como pudo, hacia el monte.

—Ahora de rodillas. Manos en la espalda.

El hombre apretó los dientes, pero lo hizo.

Unos momentos más tarde, NamJoon sintió una cuerda quemar alrededor de sus muñecas cuando el cazador le ato las manos.

—Por si acaso tienes la idea de ir por tu arma —murmuro el hombre.

Hijo de puta. En que lio se había convertido todo esto. Y todo porque se sentía mal por un guepardo de mierda. Un gato que ni siquiera debería estar en sus montañas.

NamJoon tiro de las cuerdas que rodeaban sus muñecas mientras veía como el cazador regresaba hacia el guepardo. Él se detuvo y, cautelosamente, utilizo el cañón de su rifle para empujar al felino.

Al no obtener respuesta, el cazador se relajó. Después de un rápido vistazo en la dirección de NamJoon y decidiendo que aparentemente no era ninguna amenaza, el cazador se puso el rifle al hombro, se inclinó hacia el guepardo y le toco en la nuca con la mano.

El guepardo se abalanzo hacia arriba, golpeando al hombre y haciéndolo caer sobre su culo. No le dio tiempo a reaccionar. Se lanzo sobre él antes de que pudiera recuperar su arma.

Ella se aferró a su mano y sus gritos llenaron el aire.

NamJoon vio fascinado con horror como ella trataba al hombre como a su juguete para masticar. En un momento dado, el hombre se alejó, encogiéndose en una bola de protección.

El guepardo siseo y trazo un círculo a su alrededor, preparado para saltar de nuevo.

El hombre se puso de pie diciendo, evidentemente, que prefería morir corriendo.

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