El disparo de un rifle rompió la quietud de la mañana y sacudió a NamJoon de su sueño profundo. Sus ojos se abrieron cuando registró la proximidad del disparo. Se volteó automáticamente hacia Raina solo para sentir un espacio vacío a su lado.
Su sangre se heló.
Se tambaleó afuera de la cama y se puso el primer par de pantalones cortos que encontró. Corrió hacia la puerta y la abrió, moviéndose dentro del aire vigorizante. TaeHyung estaba apoyado en contra de su camioneta, levantando un rifle y enfocando un objeto distante. Cuando NamJoon siguió la dirección del cañón y vio a un guepardo acurrucado en el suelo, gritó y embistió a TaeHyung. Lo abordó en el momento en que TaeHyung se alistaba para otro disparo. El rifle salió volando cuando los dos hombres aterrizaron en un montón sobre el suelo.
—¿Qué carajo? NamJoon, ¿qué diablos estás haciendo? —gritó TaeHyung.
—Deja de hacer eso —gritó NamJoon mientras se levantaba rápidamente.
Corrió hacia el lugar donde había estado el guepardo, rezando para que TaeHyung hubiese fallado. A medida que se acercaba, vio que Raina ahora estaba desnuda en el suelo, temblando, curvada en una bola protectora. NamJoon cayó sobre sus rodillas, gritando su nombre. Pasó las manos sobre su cuerpo en busca de una herida, de sangre, algo. Cuando ella abrió los ojos y levantó la mirada hacia él, el alivio lo inundó. Le temblaban tanto las manos que ni siquiera podía hacer más que tocarla. TaeHyung podría haberla matado.
Finalmente logrando recobrar la compostura, levantó su cuerpo desnudo dentro de sus brazos y se dirigió hacia la cabaña. Ni siquiera le dirigió un vistazo a TaeHyung, quien estaba mirando a la mujer en los brazos de NamJoon con la miseria más absoluta. Ignorándolo, NamJoon entró en la cabaña y colocó a Raina en el sofá. Envolvió una manta a su alrededor y entonces la apretó en contra de su pecho.
—Estoy bien —ella murmuró.
Pero aún así, él no podía soltarla. Estaba reviviendo ese horrible momento cuando supo que TaeHyung iba a disparar, y no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto.
—¿Por qué estabas allí? —le preguntó con voz ronca—. Maldita sea, Raina, lo que hiciste fue una estupidez. ¿Estás tratando de conseguir que te maten?
Apretó los labios en contra de su cabello y cerró los ojos. Ella se meneó en su contra y se apartó. Lo miró directamente a los ojos.
—Fui a buscar una camisa en la camioneta. No tenía la intención de cambiar.
—¿Qué pasó? —le preguntó con suavidad.
Dios, no podía conseguir poner su ritmo cardíaco bajo control. Nunca había sentido tanto miedo en su vida.
—Escuché el ruido de la camioneta detenerse, y me escondí detrás de la puerta, pero luego él salió y vi que tenía una pistola, y me asusté. No lo pude controlar —le dijo en voz baja—. El guepardo se hizo cargo.
—¿Qué demonios está pasando? —TaeHyung espetó.
NamJoon levantó la vista para ver a TaeHyung en la puerta de la cabaña, rifle en mano, con una expresión feroz en el rostro.
—Baja el arma, TaeHyung. Ahora.
—No voy a bajarla una mierda hasta que me expliques qué demonios acaba de suceder allí afuera.
Contemplaba a Raina con una ostensible incredulidad y una profunda sospecha. Su mirada se disparaba de ida y vuelta entre ella y NamJoon, incluyendo a NamJoon con la desconfianza vacilando en sus ojos. El castaño suspiró, y se volvió de modo de proteger a Raina de TaeHyung. Ella deslizó la mano subiendo por su espalda, y pudo sentirla temblar. Le enfureció que sintiera miedo en el único lugar donde debería sentirse segura. Su casa.
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Savage
Fanfic𝐊𝐍𝐉| ❝ 𝙷𝚒𝚙𝚗𝚘𝚝𝚒𝚣𝚊𝚍𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊, 𝚌𝚊í 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚎𝚜𝚘𝚜 𝚖𝚊𝚐𝚗í𝚏𝚒𝚌𝚘𝚜 𝚘𝚓𝚘𝚜 𝚍𝚘𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜 ❞ Cuando el sheriff Kim NamJoon encuentra una hembra de guepardo herida en sus montañas, la lleva a su casa, determin...