*Tercer Capítulo*
Terminamos la semana de clases todo había ido bien hasta el momento, no había llegado tarde a ninguna de mis clases o me había metido en problemas. La verdad es que era muy responsable con mis cosas, en especial si se trataba del instituto me desempeñaba mucho para sacar al menos una nota promedio. Luego de esa semana vendría mi fin de semana más lindo de todos, y no exagero...Adam me había invitado a la que sería nuestra 5 cita. La primera fue cuando decidimos que lo nuestro sea oficial. Recuerdo que fue en un restaurant muy fino, el había reservado anteriormente un lugar para los dos apartados de todo mundo, recuerdo que el mesero se llamaba Jack, fue muy amable. Recuerdo que aquel chico llevaba un pantalón formal que le queda un tanto apretado, y a decir verdad se le veía muy bien, eso hacia marcar sus piernas que se veían muy bien trabajado. Por otra parte una camisa blanca manga larga que hacía notar sus musculosos brazos y su abdomen trabajado. Por último un corbatín y zapatos, ambos negros que no le quedaban nada mal.
La cita fue perfecta.Las demás citas fueron algo parecidas y alguna que otra nos íbamos al parque de diversiones para cambiar la perspectiva.
Está vez no fue en un lujoso restaurante, fue casi fuera de la ciudad, Adam llevaba unos vaqueros negros con una camisa manga larga del mismo color y un saco más o menos elegante de color negro, incluso llegué a pensar que iríamos a un velorio y me reí para mis adentros. No me juzguen, estaba completamente de negro que esa idea loca se cruzó por mi mente. Yo en cambió, llevaba un vestido un tanto formal de color melón con unos tacos no tan altos de color negros, me gustaba como combinaban con el vestido así que decidí ponerme los para esa ocasión.
Adam y yo no habíamos pasado de besos y abrazos y alguna que otra acaricia un tanto excitante, pero a tener relaciones íntimas no.
Yo le había dicho que aún no estaba preparada y el me entendió perfectamente, y eso me pareció un poco extraño de su parte, pues era el Playboy y no logro entender como se resistió. Por otra parte me sentía muy feliz de que no me forzará a algo que no quería hacer, eso mostraba el amor que verdaderamente sentía hacia mi.El carro de Adam se iba adentrando a unos lugares llenos de árboles con montañas y aún no lograba entender hacia donde nos dirigíamos, ¿Es que nuestra segunda cita sería en arenales movedizas? Pensé.
*A veces que eres tan ingenua* Reprochó Sasha. ¿Que quien es Sasha? Pues Sasha es mi conciencia, y si ya lo sé, es raro ponerle nombre a mi conciencia, pero a la vez gracioso porque tenía a una cosita hablándome y reprochando me todo lo que hacía mal.
Bueno pensándolo bien no tan agradable.
*¡Oye!*
Ok, ok lo siento.Bueno como les decía, llegamos a un campo muy, pero muy alejado de la ciudad. El carro paro hay, Adam salió del carro y lo rodeo para abrirme la puerta, y cuando salí me abrace a mi misma porque hacía mucho frío y era el momento de arrepentirme por no haber llevado una chompa, pero ya estaba hay y no había remedio. Ni modo que le iba a decir a Adam que regresemos, eso sí que sería vergonzoso.
— Dónde estamos – Pregunté volteando a ver a Adam quien se había ido al maletero a ver no se que cosa. Cuando lo ví regresando con una canasta.
— Ya lo verás – Me dijo mirándome de la manera tan linda que solía hacerlo...
Caminamos un poco, y hubo silencio durante esa caminada. Lo bueno del caso es que no era un silencio incómodo, más bien era algo tranquilo y nada tenso, creo que porque ya estaba acostumbrada a Adam y no me molestaba estar en silencio si era con él.
Llegamos un lugar que no sabría cómo describirlo y Adam de adelanto a hablar. — Necesito vendarte los ojos – Dijo algo nervioso – Tómalo como una sorpresa – Cuando dijo eso sentí que me sonroje porque lo dijo de una manera encantadora y con su mano tocando la parte trasera de su cuello.
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¡MATE A MI SUEGRA!_ En proceso_#MAMS
Mistério / SuspenseCiertas veces tachan a las suegras como las serpientes venenosas o incluso hasta la igualan a Lucifer. Ridículo ¿Verdad? Si lo mismo pensaba yo, hasta que me tocó la peor suegra del mundo, una que ni a mis peores enemigos le desearía. No hay justifi...