Allergy to you

Intime

¡Tus celos son ridículos!

Desde la visita de Ririka, hemos seguido en contacto y me ha ayudado lo suficiente como para mantener en línea a la desastroza gata negra que adopte. Sin embargo, la consecuencia de ello es el extraño actuar de ella.

"¿Piensas no decirme qué tienes? Llevas días con la misma actitud, ¿Son tus hormonas?" Me recargue de lado en el sillón, fijando mi vista en el gato que aruñaba con molestia la alfombra. "Sabes que las cosas no son gratis, ¿Cierto?" Fruncí mis cejas, aunque en realidad no me preocupaba ya que podría comprar otra nueva. Yumeko se transformó de pronto, causando que me sonroje al instante por su desnudez. "¡Ve a cambiarte!"

"¿Por qué? Así es más cómodo."  Refutó mostrando la irritación con la que ha cargado estos días, deseando por dentro que no sea a causa de mis especulaciones. "Y no son mis hormonas, es tu culpa." Abrí mis ojos en sorpresa para reprocharle aquello, arrepintiendome al volver a guiar la mirada hacia su pecho descubierto.

Es una sin vergüenza.

"No me hagas reír, ¿Son celos? Te recuerdo que Momobami busca ayudarte, no es por alguna otra razón." Escuché un gruñido de su parte, claro que ella tenía otra idea completamente distinta de Ririka. ¿Qué podía hacer? Si seguía comportándose así se volvería más difícil enseñarle. "¿Qué puedo hacer para que dejes de estar así?"

Por segunda vez, ninguna respuesta en palabras, solo un ronroneo. Sus Manos se posaron en mis mejillas, obligándome a girar la cabeza en su dirección, sin poder evitarlo miré sus pechos al descubierto nuevamente.
¡Joder, son tan grandes! Repentinamente me sentí humillada, ¿Un gato estaba más dotada que yo? Era algo que cualquiera se podría burlar, totalmente lamentable.

"¿Te gustan? Puedes tocarlas." Aquel tono coqueto en su voz, tan molesto e irritante. La miré directamente a los ojos, claro que no caería en sus juegos idiotas.

"Solo dime que quieres, deja tus tonterías." Se acercó mucho a mi rostro, lo suficiente para rozar nuestras narices. Mi temperatura repentinamente subió, si seguía probandome así no podré mantener la compostura por más tiempo.

"Quiero mostrarte como vivía antes, Mary. Quiero que aprendas todo de mí." Aquella frase sonaba tan íntima, una extraña electricidad dentro mío me hizo temblar. No soy de las que les gusta profundizar con las personas, era dar un paso que nunca me he atrevido a dar.

No hay dudas, esto iría más lejos de lo esperado.