¡Estúpidos reglamentos!
"Es fin de semana, podré descansar." Suspiré sentandome en mi sillón con el control de la televisión en mano, antes de acomodarme en este había abierto las ventanas para tomar un poco de aire ya qur hacía muchísimo calor últimamente.
Después de un rato buscando que ver, encontré una serie la cual parecía interesante sobre juegos de mesa.
Me volví a levantar antes de iniciarla por unas botanas, aunque mi camino fue detenido al ver aquel mismo gato tranquilamente en el suelo dormido.
"¿En qué puto momento entró?" Susurre con enojo, cerrando mis ojos pensando que quizás yo estaba tan cansada que lo alucinaba. Esa idea fue descartada al volverlos a abrir y que estuviera ahí tan tranquilo descansando.
Lo último que quería era acercarme a él, así que me limite a tomar la comida y regresar a la sala. Quizás si lo dejaba ahí se iría por si solo.
"Miau." Como arte de magia llego al escuchar como abría la bolsa de papas que traje conmigo, ¡Es un descarado! Todavía que lo dejé quedarse un rato más, me pide de mi comida.
"Esta ni siquiera es tu casa, ¡Salté!" Ignorandome como la primera vez, se acercó rápidamente a mi tomando una de las papas en mi mano. "¡Hijo de puta!" Me levante lista para agarrar a ese ladrón de las orejas y sacarlo de aquí, pero ese animal era mucho más ágil y rápido que yo saliendo antes de que lo pudiese tomar.
A pesar que vivo en segundo piso ese gato se lanza como un experto, iría con la administración del edificio antes de volver a recibir una de sus visitas inesperadas.
"Buenas tardes, señorita Saotome." Salude a la amable encargada de la secretaría y tesorera de la administración, Sayaka. "¿Necesita algo?" Pregunto con el mismo tono de voz, desde que he llegado aquí ella de ha comparado de esa manera tan recatada y amable con todos.
"Hay un gato negro que se está metiendo a mi departamento, ¿Hay alguna forma para que no vuelva a entrar?" Mi queja quizás parecía ridícula, ya que en el reglamento se permite tener mascotas mientras no molesten a un tercero, en caso de incumplir las reglas se hablaría con la dueña y formarían un acuerdo. Sin embargo, al ser un animal callejero no podría aplicarse en este.
"Hablaré con la vigilancia para estar al tanto de tu caso, es extraño que nadie más lo haya reportado antes. ¿Es la primera vez que sucede esto?" Negué explicándole que ya había anteriormente, la pelinegra asintió escuchando atentamente mi queja con muchas maldiciones hacia el gato.
Espero no haberla ofendido hablando tan vulgarmente.
"La próxima vez que tenga un problema así puede llamarme directamente, en caso de no poder contactar conmigo le daré el número de las dueñas. Ellas tendrán más control si es que este le vuelve a molestar." Dándome una solución me pregunto si tenía donde anotar el número, registrandolo en mi celular ahora tenía dos contactos nuevos. Ya había hablado con una de ellas al adquirir el apartamento y también en una pequeña reunión con algunos vecinos a los dos días de mi llegada, desconocía que eran dos las que estaban a cargo.
Le di las gracias, al regresar empecé a estornudar por no haber limpiado antes.
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Allergy to you
FanfictionLos rumores sobre la mala suerte de los gatos negros eran totalmente ciertos, de no ser así no tiene explicación lo que me sucede desde que la conocí. ❝ Odio a ese jodido gato como nunca. ❞ [Au] ︰ Kakegurui [Artista]︰peanutnom