Capítulo 6: Locura

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Maldita cosa alta que no sé qué eres. Déjame salir.

Podía pensarlo pero decirlo obviamente no, ¿que tal si se enojaba? Ja ja no voy a arriesgarme a ver esa cosa con patas largas enojarse.

—Para tu información mi nombre es Slenderman y aunque tengo unas ganas enormes de matarte, destrozarte cual pastelito cuyo sabor salió feo y luego colgar tu cabeza en mi sala de víctimas— hizo una pausa, se acercó inclinándose hasta estar muy cerca de mi rostro erizando mi piel —Pues no lo haré— susurró.

¿Qué? Estoy algo confundida, hace un instante dijo que me quería ver muerta y ¿ahora dice que no va a matarme? Ah claro, él no pero ¿y Toby?

No podía escapar de allí, por más que lo intentase los únicos que conocen como entrar y salir son solo ellos. Quedarme quieta era mi única solución, por el momento. Pero estaba demasiado ansiosa porque dijo eso y se fue. Desapareció del entorno, quedó un espacio vacío y volví a estar sola de nuevo.

¿Qué hago ahora?

No hay mucha luz aquí, apenas el foco que se aferra a su última tirada de luz y se funde. Luego hay mesas, dos exactamente, pegadas a las paredes izquierda y frente. Pero no tenían nada, solo polvo.

Seguí inspeccionando la habitación. Su color era un verde viejo y el piso era solo de cemento claramente no barrido. Todo estaba tan sucio, habían algunas manchas esparcidas que mejor no averiguar su procedencia.

Me di la vuelta a ver el hoyo de donde había entrado pero ya no estaba.

¿Estoy atrapada entre cuatro paredes sin una salida o entrada? ¿Cómo es eso posible?

Debe haber algo que me deje salir, tiene que haber una salida, quizás una puerta secreta, no sé...

No quiero tocar nada pero buscar es mejor que quedarse parada inmóvil esperando mi muerte.

Hay esquinas que están totalmente vacías, la única que no está así es la que está entre las dos mesas.

No creo que haya algo allí. Empecé a deslizar mis dedos entre la pared derecha y frente, no había nada diferente. Luego seguí a la pared de donde estaba el hoyo y toqué entre esa y la derecha. Tampoco había nada.

Me queda una, de nuevo la pared de donde vine y la izquierda. Si no es esta esquina entonces será la que está con las dos mesas.

Deslice mis dedos de arriba abajo, y llegando al suelo encontré lo que buscaba.

Traté de rasgar el papel que pintaban de verde esta habitación y ahí lo vi. Un interruptor, ¿abrirá las paredes y me mostrará la salida?

Deseaba que si. Sin embargo, algo tocarlo lo único que hizo fue prender y apagar la luz.

¿Es una broma? ¿Por qué pondrían el interruptor de la luz aquí?

Ajj, entre más tiempo permanezca en este lugar, más odio acumulo.

Por eso no me mataron, están jugando conmigo. Se divierten, soy su bufón momentáneamente.

Me senté en el suelo. Estoy cansada, mi cuerpo apenas tiene fuerzas. Si quiero sobrevivir pronto tendré que auto-comerme.

Es un plan ¿o solo eligen personas al azar para jugar con su mente?

¿Por qué yo?

Quizás casualmente me crucé en su camino y ahora estoy aquí.

Si no muero a mano de estos tipos, moriré de hambre.

Que grandiosa vida. Apoyé mis brazos sobre mis rodillas y bajé la cabeza. Si lloro gastare energía, y ¿de qué sirve llorar si no soluciona nada?

¿Qué estarán haciendo papá y mamá ahora?

Si ellos estuvieran aquí ¿qué harían?

Desde pequeña los vi como mis héroes. Trabajaban sin cesar día y noche. Me parecía grandioso lo que hacían, la dedicación que le ponían a su trabajo. Pero empezó a cansarme cuando ya no tenían tiempo para mi.

Empecé a ser su sombra, un fantasma, algo sin importancia que pasaba desapercibido.

Recuerdo que cuando perdieron sus trabajos en vez de estar feliz me aterre. Sus comportamientos cambiaron y solían echarme la culpa. ¿Por qué una niña de 9 años tendría la culpa de que los despidieran?

Empezaron a tomar, se envolvieron en un vicio de alcohol y quizás hasta drogas. Todo el dinero se fue allí. De noche todo era un caos total, pero de día la marea calmaba y mientras ellos dormían yo salía de aquel oscuro lugar.

Me escondía para evitar ser golpeada.

Eran dos contra uno, y ni siquiera era justo porque yo era pequeña ¿cómo esperan que me defienda?

El sonido de una puerta chillante me despertó de aquel recuerdo. Al levantar la cabeza lo vi. A un costado mío, del mismo lugar donde estaba el hoyo apareció una puerta y Ticci Toby entre medio de ella.

Por un momento no dijo nada, y yo no me moví. Fue solo unos segundos de mirar sus ojos y él los míos.

—Oh, veo que estuviste buscando una salida— señaló al otro lado mío.

—El interruptor de la luz— dije sin ganas mirando al frente.

—Pues no se puede salir, el cuarto es mágico— no dije nada y el silencio volvió a reinar en el lugar. Escuché que en un momento suspiró, tal vez de nuevo estaba debatiendo en su mente. Lo miré, parece tan normal y a la vez tan loco. Tenía un aura agradable en ocasiones, pero no es tan seguro. Explota y se vuelve una persona completamente diferente. Quien sabe que pasará en su mente.

—¿Tienes hambre?— que pregunta más rara —Digo... supongo que tienes hambre— no me miraba y el único gesto que hacía era tocar su nuca con la mano derecha.

—Si, tengo un poco de hambre— ahora me miró.

—Ven, sígueme— ¿qué tan seguro es esto? Me levanté dudosa y él salió de la habitación, antes de que aquella puerta desaparezca me apresure a salir. Ahora estaba en un pasillo extraño, nunca antes visto. —Sé que estas confundida, déjame aclararte las cosas— habló mientras seguía el camino, no estaba muy cerca de él por si acaso volvía a tener alguno de sus ataques. Miré hacia atrás, la puerta estaba allí.

Bien, mi lugar seguro y no tan seguro a la vez es ese cuarto.

Él siguió hablando, pero no prestaba atención a sus palabras. ¿El pasillo era otra clase de alucinación? ¿Toby era una alucinación? Ya no distingo lo real y lo que no.

¿Me estoy volviendo loca?

¿A donde íbamos?

¿Quién soy?

Maldito Estocolmo - Ticci TobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora