Capítulo 14: ¿Dónde quedó tu maldad?

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—Suéltala—. ¿Toby?

—¿Eh? ¿Y tú que haces aquí?— Sí...¿Qué hace él aquí?

—Te lo vuelvo a repetir. Suéltala—. Ordenó firme mientras sacaba su hacha clavada en el marco de la puerta, la dirigió en dirección al otro tipo amenazandolo.

—¿Por qué debería hacerlo? Yo la atrape, es mía ahora—. Éste sacó un cuchillo que tenía escondido en su ropa y lo amenazó de la misma forma.

—No, ella es mía.

—¿Tuya?— Me miró por unos segundos. —Ja, ja, ja no me digas que esta es la rata que se les escapó.

—Eso no es asunto tuyo.

—Ay por favor—. Sonrió y bajó el cuchillo. —¿Te vas a poner así por una fugitiva?

Silencio. El silencio reinó por unos segundos, quizás para ellos un poco incómodo pero para mí todo era dolor y agonía.

Solté un quejido, mi cuerpo ya no daba más, estaba muriendo poco a poco y eso era lamentable. Toby me miró, pude sentir que le producía lástima. ¿Se reirá de mí al igual que el otro tipo? Solo faltaba eso, que ambos se aliaran para hacerme sufrir.

Aquel de sonrisa tallada soltó una carcajada que resonó hasta el más mínimo rincón del lugar.

—Oh por los demonios, Toby ¿en serio?— Le preguntó incrédulo. Yo ya no estaba al margen de la conversación, todo en mí daba vueltas y vueltas.

Por momentos mis ojos se cerraban y mis oídos carecían de sonido. ¿Era este mi fin? ¿Moriré colgada y mi cuerpo quedará expuesto como el de un animal?

No obstante, cuando ya todo estaba volviéndose oscuro una mano interrumpió mi visión del suelo. Con mis ojos a punto de cerrarse lo miré y luego atrás. ¿Qué pasó? Toby tenía cortes en todo su cuerpo mientras que el otro tipo yacía en el piso quizás muerto, aunque sangre no le saliera, tal vez solo cayó inconsciente.

—Tenemos que irnos de aquí antes que despierte—. Habló a la lejanía aunque estuviera a mi lado, me tomó de la cintura y sentí el dolor invadirme de nuevo. Solté otro quejido.

—B-basta, basta...— Todo dolía, absolutamente todo. —Solo déjame morir.

—¿De qué hablas, Tn?— Su tono de voz cambió a uno enojado. —No vine hasta aquí por nada.

Y volvió a tomarme de la cintura haciendo presión hacia arriba, cuando logró descolgarme y mis pies tocaron el suelo todo en mí se vino abajo. Toby al instante me sostuvo dejando que me apoyara sobre él, estaba muy débil y me temblaba todo.

Estuve unos segundos escuchando los latidos de su corazón hasta que se separó un poco para mirarme.

—Voy a tener que cargarte—. Y sin más me levantó entre sus brazos, solté otro quejido y las lágrimas amenazaron con regresar. Cerré mis ojos cuando pensé que era mi fin y dejé que mi alma se elevara hacia donde sea que pertenezco. El cielo o el infierno.

(...)

—¿Tn?— Aquella voz... Se oye tan serena y bonita. —Tn—. De pronto sentí punzadas en varias zonas de mi cuerpo, eso hizo que abriera mis ojos al instante.

¿Dónde estoy? Traté de incorporarme pero el dolor no me dejaba.

—Con cuidado—. Volteé a verlo. Sus manos se pusieron en mi espalda y en mi estómago ayudándome a sentarme. Miré a los alrededores ¿estoy en la cabaña? Luego mis ojos fueron a parar a mi cuerpo y mi corazón se descontroló al ver mi estado físico. Me sentí como una bolsa de boxeo.

Maldito Estocolmo - Ticci TobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora