Capítulo 10: Pastillas

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Atrapó mis labios con tanta brusquedad que me asustó, una mano se posó en mi espalda presionandome contra él mientras que las mías se interpusieron entre ambos apoyadas sobre su pecho. Aquello me hacía sentir como una presa.

Y quizás me veía así. Una simple presa siendo devorada por un animal mucho mas enorme y astuto que yo.

¿Que iba a hacer ahora que él comenzó a mover sus labios?

No tendría que corresponder, pero ¿que es esta vibra corriendo por mi ser y se sumerge en lo más profundo de mi?

Su otra mano estaba en mi mentón levantando mi cabeza.

Me dejé llevar. Mis labios inconscientemente se movieron y mi mente quedó en total blanquedad.

Segundos después se separó de mi de manera lenta y delicada, sentí que en mis labios quedaba una sensación rara, como si quisieran de nuevo volver a encontrar los suyos, pero eso no iba a pasar. Me miró a los ojos con un porte serio y confuso, y seguramente yo estaba igual.

¿Qué estábamos haciendo?

Luego sus manos dejaron de tocar mi piel retirándose delicadamente sintiendo una extrañeza en los lugares donde antes estaban.

Al igual que mis labios, todo mi cuerpo se sentía raro.

Se dio la vuelta y me dejó allí, envuelta en la soledad de aquella fría habitación. Miles de preguntas daban vueltas por mi cabeza, pero no les presté atención y simplemente corrí detrás de él acortando los pocos pasos que había creado entre ambos, lo tomé de sorpresa dándole vuelta y finalmente, sin pensarlo, lo besé.

Sé que estaba confundido ante mi reacción y yo igual lo estaba, pero me negaba a abrir mis ojos y encontrarme con una expresión quizás molesta de su parte, sin embargo todo eso se esfumó cuando sentí de nuevo sus labios moverse al compás de los míos.

¿Por qué esta sensación es tan satisfactoria?

Sentía mi cuerpo casi desvanecer pero un agarre fuerte detrás de mi espalda baja me aseguró mi postura. Mi cuerpo pegado al suyo; mis manos dejaron de sostenerlo del brazo y subieron hacia su rostro, lo sostuve como si tuviera miedo de que se alejara.

Pero de pronto los besos ya no eran suficientes, necesitábamos más.

Simplemente me dejé llevar. Olvidando por completo quien soy, quien era él, mis razones, mis preguntas, mi escape, todo.

.....

Al abrir mis ojos, lo primero que observé fue el techo de la habitación. En ella podía ver que algunas arañas habían empezado a crear su tela y a esparcirla por ciertos lugares.

Suspire mientras me llevaba una mano a mi rostro. Sentí como cierto dolor en mi cabeza empezaba a ser presente.

Me sentía confundida, anoche... anoche ¿qué sucedió?

¿Cene?

Me incorporé sobre la cama sentandome y mi vista fue directa hacia la ventana cuya cortina estaba abierta dejando entrar una tenue luz.

Raro...

Me levanté y caminé unos pasos hacia ella. Los mismos árboles de todos los días estaban allí. La cerré y me di la vuelta, mis ojos navegaron por la habitación aún entre dormidos hasta llegar a la cama.

Una pequeña ola de confusión me llenó.

Eso... eso es ¿sangre?

Miré hacia atrás de mi cuerpo y toqué. ¿Mi periodo? Al parecer si.

Maldito Estocolmo - Ticci TobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora