Único

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Yugyeom corrió hacia su auto y se subió, corriendo de la escena que había provocado. Esta vez era diferente y lo sabía, no había escapatoria, lo único que pensaba era en huir lejos. Porque si no, la cagaría aún más.

— ¿Qué mierda pasó, Kim Yugyeom? —gritó Bambam, su mejor amigo—. ¡Te está buscando la policía!

— ¡Lo maté, Bambam, lo maté! —abrazó a su amigo y lloró por mucho tiempo, aferrándose a la camisa blanca del pelinegro—. No pude evitarlo... yo...

—Amigo, debes entregarte...

—No, no quiero... no puedo... voy a perderlo...

— ¿A quién? ¿A Jinyoung? —Bambam lo miró desde arriba, mientras Yugyeom se lanzaba al suelo con lágrimas en sus ojos—. Lo perdiste hace años, Yugy. Y ahora, para siempre.

3 años antes

Park Jinyoung y Yugyeom se conocieron en la sala de emergencias del hospital donde el mayor trabajaba, el gran Jinyoung era codiciado por todos. Incluyendo al menor. Con su cabello negro, sus sonrisa encantadora y esos bonitos labios color cereza, «Deberían hacerles un monumento a esos lindos labios», pensaba Yugyeom cada vez que lo veía pasar por su habitación.

Yugyeom había sido hospitalizado en el hospital por lanzarse del tercer piso. Su casa se incendiaba y no podía abrir la puerta, como estaba bajo los efectos del alcohol, no pensó en otra opción y solo se lanzó. Gracias a lo que sea que lo esté cuidando, solo se fracturó el pie y se rompió la mitad de un diente.

El doctor a cargo de su estado era el mejor amigo de Jinyoung, Mark Tuan. Un gran doctor y muy simpática persona.

—Buenos días, Yugyeom —le dijo el mayor, abriendo las cortinas de Yugyeom—. Veo que hoy amaneciste muy animado. Me alegra.

—Quería ver si existía la posibilidad de volver a casa...

—Aun te quedan unos días de recuperación. Tu estado era critico y verte así me alegra mucho, solo espera un poco más. Y será mejor que no vuelva a verte por aquí, ¿oíste?

—Sí, señor.

Mark se marchó y lo volvió a dejar solo, mientras veía como las nubes pasaban. El único amigo que tenía era Bambam y no había podido ir a visitarlo porque se encontraba en Tailandia cuidando a su madre.

—Buenas tardes, Yugyeom —lo saludó Jinyoung—. Mark hyung me pidió que viniera a checar tu estado, él tenía una cirugía y algunas otras cosas, lamento ser yo quien deba verte.

—No... no me molesta... perdón por molestarte. Estoy seguro que tiene más pacientes que realmente necesitan su atención.

—No es para tanto —se rió, mientras pasaba la luz por los ojos de Yugyeom—. Veo que te has mejorado bastante. Estarás de alta muy pronto, así que espero que puedas esperar —le acarició el cabello con cariño y se marchó.

Yugyeom se sentía tan atraído hacia Jinyoung que en cuanto pudo irse del hospital, comenzó a enviarle flores y rosas todos los días. No había día en que no le enviara una pequeña nota con distintos tipos de ramos.

Al principio no dejaba su nombre escrito, pero después de un tiempo, pensó que lo ideal sería pedirle una cita. Seis meses después, al fin había aceptado a su invitación.

—No pensé que volveríamos a vernos, Yugyeom —Jinyoung lucía incómodo de alguna manera, pero Yugyeom no notó su comportamiento por estar imaginando una vida con el mayor.

—Bueno, yo realmente quería volver a verte, pero me dijeron que debía volver al hospital. No sabes cuánto tiempo estuve enviándote las flores antes de que me decidiera a poner mi nombre.

All your faultDonde viven las historias. Descúbrelo ahora