Episodio 4: ¡Piensa! Parte 1

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S: (¡Definitivamente, no han inventado nada mejor para desahogarme que el saco de boxeo! Eric tenía razón. Me siento mucho mejor desde que he retomado el deporte. Bueno... ¡solo han pasado quince días, pero ya me siento mucho más en forma! ¡En fin, ya he pegado bastante hoy! Tampoco puedo pasarme la vida en el gimnasio.)

Kim: ¡Hola, Sucrette! ¡Vaya, cuando te pones a ello, no lo haces a medias! Tengo la impresión de que últimamente vienes todos los días. ¡Es genial!

S: ¡Hola, Kim! Sí... lo necesito de veras en este momento.

Kim: Ten cuidado con el exceso de carga. ¡No olvides estirar después de cada sesión!

S: ¡Te lo prometo, entrenadora! De todas formas, no es el momento para lesionarme. El Cosy Bear me necesita más que nunca.

Kim: Ah, ¿has encontrado una solución?

S: No, desafortunadamente, ninguna... y el tiempo apremia.

Kim: ¡Conociéndote, estoy segura de que encontrarás una solución en un santiamén!

S: Sí, pero no sé a quién podría pedirle dinero prestado...

Kim: ¡En cualquier caso, da gusto ver que mantienes el ánimo! ¡Pareces estar mucho mejor que hace dos semanas!

S: ¡Es gracias al deporte!

Kim: ¡Amén! Por cierto, hablando de deporte, ese Iron Man no va a prepararse solo.

S: ¡Ánimo... y hasta pronto! (Me alegra que se me vea mejor, pero la verdad, es que no he avanzado. El ejercicio no me va a dar dinero... Venga, es hora de volver. En fin, después de una ducha y una ropa más apropiada...)

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S: (Me dirigía al Cosy Bear, cuando he percibido una silueta conocida. Me ha rozado sin verme. Parecía muy perdido en sus pensamientos.) ¡Tierra llamando a Morgan!

Morgan: ¡Oh, hola Sucrette! Lo siento, tenía... la cabeza en otro lado.

S: Ya lo veo, ya. Es increíble que no te hayas chocado con nadie. Sobre todo, a esa velocidad.

Morgan: Sí, yo... estaba pensando. Pero me alegra encontrarme contigo. Precisamente, estaba en el Cosy Bear. Esperaba verte allí, pero la camarera me ha dicho que no sabía cuando volverías.

S: ¿Ah, sí? Sin embargo, no era muy difícil adivinarlo. El caso es que he retomado el deporte. Así que intento ir al gimnasio una hora cada día... o casi.

Morgan: ¡Eso está bien! Imagino que debe ayudarte bastante. Ya que... me ha parecido entender que las cosas no estaban siendo fáciles para ti en este momento...

S: Es cierto. ¿Pero quién te ha dicho que...?

Morgan: Precisamente, la camarera.

S: ¿Qué? ¿Qué te ha dicho?

Morgan: A mí no. Estaba al teléfono. Decía que no estaba segura de poder mantener su trabajo. Decía que el café atravesaba dificultades. Espero que estuviese exagerando...

S: Pues... incluso si se supone que no debe realizar llamadas personales durante las horas de trabajo...

Morgan: No, pero todo estaba bien... No querría que tuviese problemas por mi culpa.

S: Oh, no te preocupes por eso. ¡A Nina hay que meterla en cintura de vez en cuando! No dudará en responderme si cree que soy injusta. Cuento con ella para eso. Y bueno, eso es justo el problema: estaba tranquilo. Es caso es que no está equivocada. Tengo algunos problemas financieros, y el Cosy Bear está en el punto de mira si no encuentro una solución.

Corazón de Melón en el Amor. Ruta RayanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora