Taehyung se inclinó hacia delante y rozó sus labios con los de Jungkook. El toque fue mínimo, pero aun así fue suficiente para enviar electricidad por su espina dorsal. Pudo sentir el aliento del mayor contra sus belfos, sentir cómo su pecho subía y bajaba bajo sus palmas. Y supo que tenían la cena esperando y la estufa aún encendida, así que no hubo tiempo para eso.
"Hm, tu camisa es tan suave", murmuró entonces. Hubo un momento de silencio antes de que el pelinegro sonriera, riendo en voz baja, y la boca del castaño se rompió en una sonrisa.
"Mi camisa es... ¿de verdad?", preguntó, apartándose un poco para poder mirar a Taehyung sin quedarse bizco. "Eres un terrible provocador, ¿lo sabías?"
La cena estuvo lista poco después, y decir que el ojimiel estuvo impresionado sería quedarse corto. No supo cómo Jungkook se las había arreglado para hacer tanto, y de tanta calidad, él solo, sobre todo porque no era que hubiera tenido mucho tiempo. Taehyung no vio venir todo eso. Pero bueno, algo que había aprendido de ese hombre era que era una especie de superhéroe.
Se trasladaron al sofá con otra copa de vino, y Kim apoyó sus piernas en el regazo del azabache mientras éste dibujaba sin pensar patrones en sus pantalones. Hablaron de todo y de nada, de Hyejoo, de Yoongi y de Namjoon pensando el uno en el otro; hablaron de sí mismos, de quiénes eran y de lo que eran el uno para el otro.
El más bajo debía admitir que todavía se mareaba cada vez que decía "nosotros" o "nos". Era una locura pensar que ahora tenían una relación, que eran novios. Pero con lo cómodo que se sentía con Jeon, lo a gusto que estaba, las pequeñas situaciones como la que estaban en ese momento... con todo eso, ¿cómo no iban a acabar así?
Taehyung se aseguró de no beber demasiado, y aunque el pálido no hubiera dicho nada explícitamente, creyó que estaba haciendo lo mismo. Rechazó el ofrecimiento de tomar otro vaso cuando se terminó el suyo, y no pasó mucho tiempo hasta que el propio Jungkook guardó también el suyo propio.
Siguieron en la misma posición, el menor sentado con las piernas sobre el regazo del azabache y de cara a él, pero esa vez más cerca. Y aunque no fuera la mejor posición, podía inclinarse hacia adelante y besarlo.
Las manos del pelinegro estuvieron en su muslo, y el acanelado las cogió con las suyas y entrelazó sus dedos. No dijo nada mientras apoyaba su mejilla en el respaldo del sofá, los ojos mirando intensamente a Jungkook mientras jugaba con sus dedos.
"¿Qué?", preguntó el hombre entonces, inquisitivo. Taehyung se mordió el labio inferior, pero su boca siguió estirándose en una sonrisa mientras sacudía la cabeza. "¿Qué pasa, cariño?"
Se derritió un poco ante el nombre cariñoso, el corazón se saltó un... ¿sólo uno? Se sentía como más que un latido. ¿Cómo era que ese hombre tenía tal efecto sobre él?
"Nada", murmuró, pero pudo ver en la cara del mayor que no le creía. "Sólo estaba pensando que estás muy guapo esta noche."
Éste bufó. "Ven aquí", dijo entonces. Su voz era aún silenciosa, aunque ahora estuvieran solos. Por alguna razón hizo que los dedos de los pies del niñero se enroscaran.
"¿Venir a dónde?", Taehyung preguntó, aunque supo bien lo que Jungkook quiso decir aquí. Sólo quería oírlo decir.
"Ven a sentarte en mi regazo", arrastró lentamente, y ahí estaba. El castañito juraba que realmente no sabía lo que era, pero había algo en Jeon que lo hacía tan, tan débil.
Así que se movió casi inmediatamente, quitando sus piernas del regazo musculoso sólo para poder arrastrarse sobre él. Las manos de Jungkook se aferraron a sus caderas en cuanto el contrario se sentó en su regazo. Ninguno de los dos dijo nada, pero no hubo necesidad de hacerlo; con la forma en la que el níveo lo miraba, no necesitó decir nada.
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Aeipathy | KookV
FanfictionDespués de interminables meses de haber buscado un trabajo, Taehyung finalmente encontró algo que parecía hecho para él. Pero al conocer a Jungkook y a su hija, lo que sólo se suponía que era un trabajo, se acabó convirtiendo en mucho más; incluso e...