Aeipathy | KookV

s e i s .

   

   Después de ese día, el cambio en su relación con Jungkook fue notorio para Taehyung. Todavía no eran amigos, él no lo diría, pero sus pequeñas conversaciones al final del día eran un poco más largas, y no sólo se centraban en Hyejoo. Taehyung preguntaría sobre el día de Jungkook, y éste a menudo le preguntaría cómo le iba. Todavía no eran amigos, pero el castaño estaba seguro de que en la dirección en la que iban, no tardarían mucho en serlo.

   Era bueno conocer a Jeon un poco mejor, y ahora Taehyung estaba empezando a ver la prueba de la persona bondadosa y juguetona que era en verdad. No sería la primera vez que el hombre se ofrecía a llevarlo a casa, pero el menor siempre se negaba, sabía que Jungkook llegaba a casa exhausto, así que lo último que quería hacer era molestarlo. Era otoño y hacía frío, pero no era nada que no pudiera soportar.

   Aún así, e incluso si estaba empezando a acostumbrarse a ello, todavía cogía a Taehyung con la guardia baja. Por ejemplo, una noche una semana, después de su pequeña charla de ese día, el pálido hizo una confesión.

   Sólo hablaban del día, el niñero le decía algo sobre Hyejoo. Le encantaba contarle anécdotas divertidas a Jungkook porque siempre se le arrugaban los ojos al sonreír. Honestamente, debía admitir que el amor incondicional del pelinegro por su hija nunca dejaba de enternecerle.

   Y entonces, completamente de la nada, Jungkook suspiró. "Estoy tan, tan contento de que al final te haya contratado a ti", la boca de Taehyung se abrió por un momento, sin saber qué decir, pero entonces el mayor elaboró. "Es sólo que tú y Hyejoo encajáis tan bien. Ella claramente se siente muy cómoda a tu alrededor y siempre está hablando de ti, ¿sabes? Me alegro de que tenga a alguien así en su vida, ya que no puedo pasar tanto tiempo con ella como me gustaría."

   Y por alguna razón, las palabras del morocho hicieron que Taehyung se sintiera tan, tan cálido. Ni siquiera podía expresar con palabras lo feliz que le hacía, sabiendo que no sólo Hyejoo estaba feliz con él, sino que Jungkook se alegraba de lo bien que se llevaban.

   Ganarse el corazón de un niño era más fácil que conseguir la aprobación de sus padres, el castaño lo sabía. Estaba contento de haber tenido un impacto positivo en la vida de Hyejoo, y estaba encantado de que el azabache lo apreciara.

   "No sé qué decir, es muy halagador ", murmuró, con la boca abierta y una amplia sonrisa mientras hablaba. "Esto me hace feliz, también. Ya lo sabes, pero tuve algunos trabajos de mierda antes de éste, y los odié todos. Así que hacer esto, realmente lo disfruto. Y estoy feliz con ello, y también feliz de que me hayas dado esta oportunidad."

   "Entonces es una victoria para todos, ¿no es así?", bromeó, una pequeña sonrisa bailando en sus labios.

   El menor intentó contener una sonrisa, mordiéndose el labio inferior, sin éxito. "Realmente lo es", dijo, apoyándose en el marco de la puerta. "Lo es."

   La conversación continuó después de eso, cambiando a temas más banales, pero todavía estuvo en el fondo de la mente de Taehyung, repitiéndose en su cabeza mientras caminaba hacia su casa. A la mierda con todas las escuelas que lo rechazaron, no cambiaría su palabra por nada del mundo.

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   Una tarde, al ir a recoger a Hyejoo del jardín de infancia, le ocurrió lo más inesperado. Estaba al teléfono, esperando que los niños salieran, cuando alguien se le acercó.

   "Disculpe", una voz llamó. El acanelado levantó los ojos de su celular, mirando a la mujer que estaba parada frente a él. Debía tener unos treinta años, la reconocía vagamente. La había visto aquí antes, recogiendo a una de las compañeras de clase de Hyejoo. "¿Kim Taehyung?"