Escucho su corazón partirse en dos.
Mirio: - ¿N-no? - las lagrimas amenazaban con salir.
Tamaki: - no puedo esperar - rio suavemente.
Togata no sabía como reaccionar, por lo que quedo en shock. De repente, sintió como sus mejillas estaban mojadas, estaba llorando, pero no por tristeza si no de felicidad.
Amajiki, rápidamente, se acercó a Togata y empezó a secar sus lágrimas con sus manos.
Tamaki: - n-no, l-lo s-siento y-yo no quería hacerte llorar, s-solo e-era una broma - sus ojos se empezaron a cristalizar.
Esta chiquito, hay que cuidarlo (づ ̄ ³ ̄)づ
Mirio: - tranquilo - sonrió - no estoy llorando por tristeza, estoy feliz - le dió un tierno beso en los labios.
El peliazul tardo en reaccionar pero luego correspondió. Ambos se hundieron en un tierno y lento beso. Está vez ninguno de los dos estaba borracho o enfermo, ambos estaban consientes de lo que estaban haciendo.
Al finalizar el beso, juntaron sus frentes y sonrieron.
Kirishima: - ¿¡Que está pasando aquí!? ¡En mi propia casa Pablo Lorenzo!
Ok no xd
Kirishima: - ¿¡Quien está llorando!? ¿¡Hicieron llorar a mi bebé!? (refiriéndose a Tamaki).
Togata y Amajiki rieron.
Mirio: - no, el que lloro fui yo y...
Tamaki: - lo perdone.
Kirishima: - ¿¡Encerio!? - sonrió y empezó a saltar por todo el lugar - ¡Blasty! ¡Lo perdono! - corrió hacia donde está el rubio - ¡Tengo que llamar a Midoriya! - se escuchó un grito lejano.
Mirio: - ahora que me perdonas ¿Quieres salir conmigo?
Tamaki: - si - sonrió, tomo las mejillas del rubio entre sus manos y ambos se volvieron a hundir en un beso.
Kazuma: - ¡Papá! - entro el pequeño y ambos chicos se separaron rápidamente - ¿Ya se arreglaron?
Tamaki: - si... Se podría decir que si - se sonrojo.
Mirio: - si, ahora somos par- espera, nunca te lo pregunté ¡Los trajes! En la tarde te traeré algo de ro-
Kirishima: - nada de traeré. Tamaki, tú te irás temprano hoy. Bakugo, Kazuma y yo estaremos en el café el tiempo que queda.
Kazuma: - oye.
Kirishima: - cállate - miro al peliazul menor - vete - miro al peliazual mayor.
El peliazul rio y asintio, si se negaba, su amigo lo iba a sacar a patadas.
Mirio: - bien, entonces, te llevaré la ropa a tu casa y luego en la noche a las 9:00 te iré a buscar ¡Tu solo espera!
Togata salió corriendo del café. Se dirigió al centro comercial y empezó a ver las vidrieras de algunas tiendas de ropa. Su estómago rugió.
Mirio: - tendría que haber comido algo - se dirigió a un café cercano y desayuno algo.
Luego de comer. Volvio a su búsqueda. Fue viendo tienda por tienda, hasta que una llamo su atención. Por fuera se podía ver dos trajes, uno de color negro y otro de un color azul muy oscuro.