Capítulo 10

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Sin embargo, aunque el monstruo nos había visto no hizo nada y se metió en una cueva. Era listo, y quería que jugásemos en su terreno. Los 5 estábamos asustados, aunque los hermanos lo controlaban mucho más.

-Está bien –dijo Dean- Vamos a acabar con esto de una vez!

Sacó la pistola y Sam imitó su movimiento.

-Tú quédate aquí protegiéndoles –me ordenó Sam.

-No –saltó Haley- Si mi hermano está ahí dentro, entraré.

-Es muy peligroso –advirtió Dean.

-Prefiero entrar antes que no hacer nada –respondió ella seria.

Al final, entramos los 5 para no dejar a nadie solo. Eso sí, nos separamos en dos grupos. Sam iba con Haley y su amigo y Dean y yo íbamos solos.

Él y yo estábamos completamente solos, ambos con armas pero ante el wendigo era poca defensa, muy poca. Fuimos avanzando por los túneles prácticamente a oscuras, y uno al lado del otro vigilando en cada rincón. Hasta que, sin saber cómo, nos capturó.

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Noté como unas manos me tocaban la cara, intentando despertarme. Alguien decía mi nombre repetidas veces. Cuándo conseguí abrir los ojos vi que la chica y su amigo estaban en frente de mí. Entonces, me di cuenta de que estaba colgado, con las manos atadas y Dean estaba igual que yo a mi lado.

Sam cortó la cuerda que le sostenía y después la mía. Por suerte, ambos estábamos bien.  Nos apoyamos contra la pared de piedra, para pensar en nuestro siguiente paso cuando de repente Haley se levantó y se dirigió a un chico.

-Tommy –repitió varias veces.

Era su hermano, así que le soltamos y al cabo de unos segundos se despertó algo confuso. Ahora que estábamos todos bien, decidimos que era hora de volver a casa. 

Íbamos avanzando por el pasillo, Sam, yo y Dean delante y los otros 3 detrás nuestro. Entonces, oímos unos rugidos.

-Alguien vuelve a su cueva –dijo Dean.

-No podremos con él –dijo Haley.

-¿Piensas lo mismo que yo? –preguntó el hermano mayor al menor.

-Creo que sí.

De repente Dean se dio la vuelta y nos miró a todos.

-Está bien, escuchadme, quedaos con Sam y con ella –hizo una breve pausa- Os sacarán de aquí.

-¿Qué vas a hacer tú? –le preguntó ella.

Dean se limitó a guiñarle un ojo y avanzar, pero antes de que continuase yo le cogí del brazo.

-No vas a ir solo –murmuré.

-Tú no vienes conmigo –dijo serio.

-¿Me lo vas a impedir? –dije respondiéndole igual de seria que él.

Tardó unos segundos en contestar.

-Está bien –asintió- Pero no te separes de mí.

Sam pareció estar de acuerdo en eso, así que nos despedimos y el hermano mayor y yo avanzamos.

-¡Es la hora del rancho, maldito cabr**! –gritó, y eso me provocó una pequeña sonrisa- ¡Sí, vamos amigo! ¡Estoy muy sabroso!

Le miré rápidamente y me sonrió de lado. ¿Por qué? Automáticamente pensamos en el beso de anoche, o al menos yo.

Fuimos interrumpidos porque oímos unos rugidos al final de uno de los túneles. Rápidamente corrimos hasta allí y nos encontramos al wendigo, que estaba esperándonos. Yo le apunté y cuando intenté disparar se puso a mi lado sin darme cuenta y me lanzó contra la pared con toda su fuerza.

Battlefield [Dean Winchester y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora