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Las tardes en su hogar se pasaban durmiendo, para ahorrarse todas esas horas HyeJoo y SooJin preferían acostarse en su cama y dejar que todo pasara.

Pero, después del almuerzo, esa no fue su rutina.

Kwan estaba muchísimo mejor desde la última consulta hace cinco días. Caminaba con tranquilidad y a veces intentaba correr, pero se veía bien, como si tuviera su pata trasera aún. La doctora Jung tenía razón.

Esa tarde decidieron salir un rato con Kwan al jardín del frente. Tomaron un muñeco viejo de SooJin y lo utilizaron para jugar con él. Las primeras veces se lo quedaba y HyeJoo tenía que ir a buscarlo llevándose más de una mordida, pero después de un rato, empezó a entregarlo por cuenta propia.

Unas cuantas horas más tarde, HyeJoo estaba sentada en las escaleras que daban a la entrada viendo como SooJin corría de un lado a otro tratando de quitarle el muñeco nuevamente, pero incluso sin una pata, el perro era más rápido que ella.

Ah, va a ser igual que yo con los deportes. Pensó cuando vio que SooJin se recostó en el pasto sin poder seguir con su persecución.

Unos segundos después, sintió su teléfono vibrar en su bolsillo, sacándolo para ver el mensaje; tenía dos de hecho.

Uno de JungEun y otro de Jung. Fue primero por JungEun.

"HyeJoo creo deje mi teléfono en mi casa"

Se la pensó muy bien antes de responder.

"Aja, ¿y como me estas escribiendo?"

"Aah, pero si te la creiste por un momento"

"¿Era solo eso?"

"Una amiga mía me mandó un sticker de troleador cara y quería utilizarlo pero ya que, a lo que iba es que si mañana quieres ir a pasear por Maebong"

No tenía nada que hacer mañana. Pero sabía que si iban al parque Maebong caminarían y ni ella ni SooJin eran muy entusiastas del montañismo, del ejercicio como tal. Su única razón para ir era su sobria y la misma JungEun.

Le gustaba pasar el rato con ellas dos. Y a su hija también. Quería mucho a su hermano mayor pero era un poco incómodo cuando estaban ellos tres juntos. Era una buena oportunidad para pasar un día con su amiga más cercana y su sobrina.

Arreglaron lo que harían mañana y que iban a llevar y después de un largo rato conversando a base de imágenes, por fin se dispuso a responderle a Jung.

"Hi✌😋"

"Hola"

Estaba conectada pero no respondió hasta veinte minutos después.

"¿Tiene algo que hacer mañana?"

Justamente sí. Pero pensó que era raro que preguntara.

"Si, ¿por?"

Y nuevamente la dejo en visto.

HyeJoo se encogió de hombros sin darle muchas vueltas, ya había aceptado y era consciente que Jung era alguien DEMASIADO particular y no debía pensar mucho cuando se trataba de ella.

A veces recibía sus llamadas, pero cuando respondía, todo era silencio hasta que HyeJoo colgaba el teléfono. Ya le había pasado tres veces esta semana.

Cosa que podía llegar a asustar, pero se dijo así misma que mientras atendiera de manera correcta a Kwan, podía soportar alguna que otra cosa.

La tranquilidad de la tarde le dio permiso de recordar un poco del pasado. Cuando era una adolescente sin mucha vida social y nada relevante, malhumorada y callada. Había cambiado mucho desde entonces, claro que seguía siendo poco habladora y un tanto terca, pero no era algo que tenía pensado cambiar.

Igual Jung. Recordaba todo sobre ella. Algo raro pero si, lo hacía. Su personalidad, su apariencia, su primer día con ella, su primera charla, todo. Era egocéntrica a más no poder, pero atractiva y muy buena conversando, amable cuando le convenía e irritable, extremadamente irritable.

Lo más gracioso es que nunca nadie cuestionó esto, en cambio, había tenido un séquito de pendejos detrás de ella durante la secundaria.

Aunque, no podía evitar pensar: ¿Dónde había quedado esa Jung JinSol?

La gente cambia HyeJoo. Pero ¿Tanto? ¿Tanto puede llegar a cambiar alguien?

Puedes llegar a redimirte. Cargar con el peso de tus actos y quitar esos aspectos de tu personalidad que no te gustan. Pero HyeJoo había conocido a varias personas asi en el pasado, y hoy presente, seguían siendo casi las mismas.

Jung era la niña de oro. La muñeca de papi. Había sido una consentida de pies a cabeza. No niega que en todos estos años puede haber cambiado pero no creía posible el hecho que ni una pizca de su anterior personalidad se viera reflejada ahora.

Puso una mano sobre su frente frustrada. De nuevo, le estaba dando muchas vueltas.

Tal vez, para otras personas era normal ver a esa Jung. Pero para HyeJoo, que había conocido con anterioridad a una chica completamente diferente, no le cerraba para nada.

Supongamos que por cosas del destino HyeJoo supiera del suceso que hizo cambiar a JinSol.

Hilos e hilos tendrían que ser juntados, actos y acciones deberían ejecutarse y menos cicatrices deberían verse para que Jung siga siendo la veterinaria de su perro.






Veterinaria - HyeSoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora