VI

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"JungEun, no puedes llevar un soplete de cocina solo porque no quieres comprar leña o carbón"

"And i took that personally"

No lo intentó más. Llevaba discutiendo con JungEun sobre el mismo tema desde hace media hora y de nada servía. Seguia insistiendo e insistiendo pero por más idiota que fuera la idea, no tomaba en cuenta nada de lo que decia HyeJoo.

Lo dejo hasta allí, quería salir temprano y disfrutar del día que habían planeado en vez de andar discutiendo. Tomó las bolsas con las cosas que había comprado, le dejo comida a Kwan y llamó a SooJin quien ya venía preparada con su casco de gatito y una mochila. 

― ¿No se te olvida nada?

― Solo llevo mi ropa de respaldo por si acaso la tía JungEun me tira un balde de agua encima de nuevo ― HyeJoo no se veía muy contenta de lo acostumbrada que estaba SooJin con eso ― ¡Oh! ¡Y Chuu!

― ¿Quién es Chuu? ― le preguntó mientras la veía subir las escaleras de nuevo.

― Mi pingüino. JaeHee unnie me dijo que la próxima vez que fuera a verla, llevara mi peluche favorito, así podríamos jugar juntas y que además, ella me regalaría uno.

Esperó unos cuantos segundos hasta que bajó de nuevo. Listas, fueron al garaje, HyeJoo tomó su casco decorado con un montón de pegatinas de princesas para salir ya por fin hasta el parque Maebong.

[...]

Cuando llegaron, JungEun ya estaba dentro, había encontrado una mesa cerca de un pequeño parque y desde allí veía como JaeHee hacía castillos de tierra y luego los destruía fingiendo que era Godzilla, con todos sus peluches como ciudadanos que volaban de aquí haya por las patadas de la niña.

Después de que llegó SooJin hicieron una ciudad entera y actuaron como King Kong y Godzilla, destruyendo todo mientras se daban golpes en cámara lenta. O sea, ellas se movían muy lento para que pareciera cámara lenta.

― ¿Sabes que si SooJin llega a pegarle a mi hija la va a dejar deshuesada? ― comentó JungEun acomodando las cosas para el asado que harían.

― Ay deja de estar tan preocupada. SooJin es un pedacito de cielo andante  ― a pesar de ser más fuerte que cualquier otro niño o niña de su edad.

Justo en ese momento se escuchó un chillido por parte de JaeHee. Y es que SooJin había tomado una piedra casi del tamaño de su cabeza para tirarsela.

>> ¡SON SOOJIN BAJA ESO AHORA MISMO! 

― Pero- ¡Mamá! JaeZilla tiene aliento de fuego, armadura, una cola y garras. ¿Qué puedo usar yo para atacar?

Ante la mirada fuerte de su madre, SooJin bajo la piedra resignada para seguir con su trabajo de destruir la cuidad de tierra.

― Uh, ¿te comente? Quisiera comprarle una tortuga a JaeHee.

― ¿Una tortuga?

― Es más fácil de cuidar. No se mueven mucho y si no le das comida por unos días no se va a morir.

A HyeJoo le parecía razonable hasta cierto punto.

― ¿No conoces algún lugar donde las vendan?

― Antes de Kwan, no se me había pasado por la cabeza tener una mascota, así que...

JungEun asintió preparando la parrillera y sacando el maldito soplete.

>> Jesús... si lo trajiste ― expresó HyeJoo con miedo alejándose lo más posible de JungEun.

― ¿Creíste que era mentira? ― lo encendió a medias ― tranquila, soy una maestra con el fuego.

Alguien no saldría ileso de allí.

[...]

Mientras JungEun terminaba de preparar la comida. SooJin se acercó corriendo con un puchero molesto, con el peluche de pingüino apresado en sus bracitos.

― ¡Mamá! dile a JaeHee que un cisne y un pingüino no se pueden juntar.

― ¡Barbie no está de acuerdo contigo! ¡Todo el mundo puede ser lo que quiera ser! ― se acercó la mayor con su peluche de cisne. Intentando acercarlo al pingüino pero SooJin estaba determinada a protegerlo del cisne rarito.

― No te recomiendo que le lleves la contraria a JaeHee. Me hizo lo mismo con un lobo y un pez y casi me deja de llamar mamá.

Le susurró JungEun.

― ¿No es más normal que un pingüino vaya con otro pingüino? ― utilizó la lógica para ver si eso podía llegar a resolver el asunto.

― Aburridooo ― refutó JaeHee.

― ¿Le puedo pegar? ― HyeJoo negó ante la petición de su hija.

― Siéntese a comer más bien ― SooJin y HyeJoo ya estaban allí, pero JaeHee se había quedado en suelo al parecer, contando a sus peluches. Tardó unos segundos hasta que se levantó de golpe viéndolas con una expresión asustada.

― ¡Olivia! ¡Me falta Olivia!

― ¿Quién es Olivia? ― preguntaron JungEun y HyeJoo al mismo tiempo.

― ¡Mi lobo! ¡El que me compró HyeJoo sunbaenim! ― lo recordaba. A ella no le parecía tan bonito pero JaeHee expresó muchas veces cuánto le gustaba ese peluche.

― ¿Dónde lo dejaste? ― le preguntó su madre.

― Por el parque ― antes de que la niña fuera sola. HyeJoo se levantó y la alzó dejándola sentada en la mesa.

― Yo lo busco, tranquila ― HyeJoo fue al pequeño parque buscando con su mirada al peluche. Por los toboganes, las pequeñas casitas, el columpio, pero nada. No fue hasta que se alejó un poco que lo vio tirado cerca de un pequeño bosque.

Agradeció que JaeHee no se le hubiera ocurrido buscarlo sola. Lo tomó pero antes de darse la vuelta para volver a la mesa, el click más el flash de una cámara llamó su atención.

Entre asustada y curiosa, giró su cabeza buscando el origen del sonido. Encontrándose con una chica de cuclillas con una cámara, apuntando a un árbol. Pero no era que le estaba tomando fotos al árbol entero, literalmente, el lente de la cámara estaba pegado a la corteza.

Ante lo raro de la situación, HyeJoo se le quedó viendo más de lo que debía, dándose cuenta que ese cabello rubio, altura y perfil, le era bastante conocido.

― ¿Jung? ― efectivamente era ella. Era raro verla sin su bata y su uniforme pero ahí estaba. 

Con la misma cara que ponía SooJin cuando hacía algo malo.

― ¡HyeJoo! ¿Qué tal estás? ― ahora la llamaba por su nombre.

― Bien... ― respondió extrañada por la reciente confianza ― ¿Qué hace por aquí? 

― ¡Oh! Pues, quería practicar un poco de fotografía y vine al parque Maebong. Iba a invitarla a usted pero me dijo que estaba ocupada y al final, woah, vinimos al mismo lugar ― hablaba rápido, chocando con sus propias palabras y pegándose en algunas partes.

― Oh pues... ― miro hacia la mesa, JungEun y SooJin la esperaban con una sonrisa pero JaeHee estaba impaciente ― ¿Puedes... Quiere venir a comer algo? 

A Jung le iluminaron los ojos y sonrió en grande. HyeJoo, al ver esto, no evitó sonreír también.

― ¿En serio?

― Claro. Pero venga con cuidado ― lo decía por las ramas, las piedras y las raíces que habían por el camino.

Despreocupada, Jung fue casi corriendo hacia HyeJoo, y como lo predijo esto, se dio la cabeza contra la rama de un árbol, un golpe bastante fuerte. Pero esta no se inmutó, o al menos eso hizo parecer.

― Unnie, ¿esta bi-

― ¡Estoy bien! estoy bien...











Veterinaria - HyeSoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora