Sus manos tocaban la arcilla, moldeaba ese rostro tan perfecto a sus ojos. Y su sonrisa siempre permaneció en su rostro por él...
Yamaguchi se encontraba tratando de hacer una nueva obra. Sus colores primarios estaban en su paleta, su lienzo blanco se encontraba en su rostro. Ya habían pasado dos semanas desde que le prometió a Tsukishima llevar una vida normal hasta el último de sus días. Miro el blanco de su lienzo y no pudo pensar en nada. Su pincel en mano no se movía. Las pinturas seguían intactas. El delantal ya manchado anteriormente estaba seco. Y su cabello atado estaba intacto. Hace dos semanas no pintaba, que no hacía esculturas, que no dibujaba, y ni siquiera trataba de hacer algo. Tsukishima estaba recargado en el marco de la puerta. Los ojos del pecoso parecían tristes pero trato de disimular.
— Trata de pensar en algo feliz. —dijo y Yamaguchi lo miro. — Piensa en ese día que nos conocimos, cuando éramos niños y te salve de esos chicos más grandes. —El rubio sonrió y el pecoso igual. —Trata de hacerlo, prometiste hacerlo por mi. —Yamaguchi asintió y tomó un lápiz.
Comenzó a dibujar en el lienzo. Su pintura sería ellos dos, ambos. Yamaguchi Tadashi y Tsukishima Kei. Los dos estarían en la pintura. Dibujo las facciones del rubio, como recordaba que era de niño. Y las propias suyas. Dibujo a dos niños que están felices. Esta obra no la expondría pero se quedaría para siempre con ellos. Después de dibujar comenzó a pintar. Puso muchos colores, colores distintos en la piel. Llamativos por así decirlos, así como lo demás de la obra. Termino y se sintió satisfecho con su trabajo. Miro una vez más el cuadro y sonrió al verse a sí mismo en su pintura. Tsukishima entró al taller y miró a su pecoso sonreír, como si nada hubiera pasado. Llego por detrás de él y lo abrazo. Ese abrazo se sintió único, como si fueran adolescentes una vez más, y como si fuera la primera vez que se abrazaban.
— Es hermoso. —dijo el rubio, dando un beso en la mejilla de su chico.
— Me siento bien de haberlo hecho. —Dijo poniendo sus manos sobre los brazos del rubio. — ¿Que estabas haciendo?
—Mi novela. —Dijo reposando su cabeza en el hombro del chico. —Esa novela sera para ti. —dijo y el pecoso se volteó para verlo al rostro. —Todas mis historias son para ti, y para nadie más. —Dijo y beso al pecoso. Yamaguchi sintió que estaba con su alma gemela. Y si esa mierda de las almas gemelas no existía no sabría decir que era esto. —Tengo algo muy importante que decirte. Es algo que quiero que cumplas por mi. —dijo separándose un poco para tenerlo de frente.
— Recuerdo aquella vez que pasamos navidad juntos y estuvimos debajo del muérdago. Ese vez realmente quería besarte. Y recuerdo cuando ganamos un partido contra Inarizaki y tú fuiste el único que me abrazo. Ahí mismo pude haberte besado por siempre estar a mi lado. Y hay muchos recuerdos que vagan por mi mente al mirarte. Esos recuerdos siempre estarán conmigo. Aún recuerdo cuando estaba en Estados Unidos y antes de venir fui a una exposición de arte y mire tu obra "Luna juntos" , fue hermoso volver a escuchar de ti. Quiero crear más recuerdos junto a ti. Dejare de escribir porque quiero estar más tiempo contigo, quiero hacer algo nuevo como aprender a tocar el piano o volver a jugar Volley. Pero todo esto lo quiero hacer junto a la persona que más amo. —Las palabras de Tsukishima eran sinceras, y el corazón de Yamaguchi comenzó a temblar. —Eres la persona que más amo, y que si no estás conmigo hasta el último de mis días no se que mas podré hacer. Así que lo diré sin pensar y sin poner en duda lo que estoy apunto de hacer. —dijo para arrodillarse y sacar una pequeña caja la cual abrió. — Yamaguchi Tadashi. ¿Podrías ser la persona que esté conmigo por lo que me resta de vida y que me guardes en tu corazón como el amor de tu vida? — Yamaguchi se quedo estático hasta que por fin lo pronunció y las lágrimas se acumularon en sus ojos. — ¿Te casarías conmigo?
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𝐴𝑟𝑡𝑒 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑡𝑖 - 𝑇𝑠𝑢𝑘𝑘𝑖𝑦𝑎𝑚𝑎
FanfictionEl arte es esencial en la vida de Yamaguchi Tadashi, después de terminar la universidad con 23 años de edad, se dedicaría al arte y las esculturas. Tsukishima Kei, estudiado en escritor, tratando de escribir una historia feliz y hermosa. Un final qu...