Capitulo 7

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Su cálida voz resonaba en mi cabeza, mientas miraba con nostalgia aquel par de lentes que siempre solías usar...

Su cálida voz resonaba en mi cabeza, mientas miraba con nostalgia aquel par de lentes que siempre solías usar

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Los días pasaban, los meses pasaban, y el tiempo nunca se detenía. Yamaguchi miraba como el amor de su vida estaba junto a él enfrente de la chimenea de su casa, el calor del fuego los alimentaba, Tsukishima estaba débil, sus piernas ya no respondían como antes. Su sonrisa estaba ahí, una manta de color verde cubría sus piernas, estaba sentado en el sofá junto a su amado esposo. El pecoso admiro sus anillos, aún no podía creer que estaba casado con él, su imaginación era demasiado buena que esto tal vez era un producto de su imaginación, pero al sentir los labios de su pareja contra los suyos supo que no era un sueño.

Miro un instante a Tsukishima el cual estaba sonriendo mientras tomaba la mano de su esposo. Lo miro por unos segundos y pudo apreciar el brillo en su mirada, pudo ver como su piel se hacía más pálida con el tiempo, pudo ver como la enfermedad se lo llevaba poco a poco, lento pero se lo llevaba. Miro sus manos y el rubio las entrelazo.

— Ya son 10 meses. —Dijo sonriendo y el pecoso asintió. —Me siento feliz de estar contigo otro día más, en especial esta víspera de navidad. El regalo más grande que pude recibir es llegar contigo hasta el momento y mirarte sonreír. — Cerró sus ojos y una lagrima cayó sobre su mejilla. — Se que no tenemos que pensar en eso pero, me siento débil y cada vez más cansado. —Yamaguchi reaccionó un poco y se asustó ante el comentario. — No te alarmes pero lo siento cerca y cada vez más, quiero que estés conmigo hasta que no pueda más. —Dijo y abrazo a su pecoso con el amor que tenía para darle.

— Te amo. —dijo el pecoso con los ojos llenos de lagrimas y sus sollozos se hicieron presentes.

10 meses habían pasado desde que habían llegado al altar los dos juntos, uno de los sueños más grandes de Tsukishima se había hecho realidad. El rubio había terminado su libro pero no hablo de él. Sabia que ese libro quedaría para su pareja y para nadie más.

Sus viejos amigos a veces visitaban la casa donde ellos vivían. Tsukishima insistió en tener una casa para ellos solos, y Yamaguchi acepto encantado. El rubio sabía que su tiempo era limitado y acordó que cuando el dejara de existir en la tierra Yamaguchi regresaría a su departamento.

[❄️✈️💎]

No será necesario que hagas esa clase de cosas. — Dijo Yamaguchi en la puerta de su casa mirando al Rubio.

— Estás ardiendo en fiebre. Deberías estar en cama, ¿No están tus padres? —Preguntó algo preocupado.

— Mis padres salieron a un viaje de negocios. No planeaba enfermarme así que por eso me dejaron. —Dijo y un estornudo salió de su nariz. —Hablo enserio cuando digo que puedo cuidarme solo.

𝐴𝑟𝑡𝑒 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑡𝑖 - 𝑇𝑠𝑢𝑘𝑘𝑖𝑦𝑎𝑚𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora