Capitulo 5

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Su sonrisa aún permanecía ahí, débil pero estaba ahí. Y siempre la contagiaba con tan solo decir "Te amo"

 Y siempre la contagiaba con tan solo decir "Te amo"

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— No quiero que me dejes solo. —dijo entre sollozos y lágrimas que aún escurrían por su rostro. —No quiero que me abandones recuerda todo lo que tenemos que hacer juntos. No me abandones, quiero tenerte por el resto de mi vida y tenerte hasta que no pueda pronunciar una palabra. —sus sollozos eran aún más fuertes. Mientras el tenía su rostro en el pecho de su pareja. —Por favor, quédate conmigo. —lloro y lloro, sintió las lagrimas de Tsukishima sobre su cabeza. Miro hacia arriba y esa imagen lo destrozo completamente. Pasó sus brazos por ensima de sus hombros y lloro aún más fuerte. Sus llantos eran como si lo quemaran vivo. Podría morir si seguía escuchando a su pecoso llorar.

—Se que es difícil pero tienes que ser fuerte. Por mi. —el rubio habló pero sintió su nudo en la garganta y las lagrimas. —No quiero que me trates diferente solo por esto. Quiero que las cosas sean normales hasta mi ultimo día. —dijo y abrazó a su chico que estaba aún entre sus brazos el cual no dejaba de llorar. —No quiero que llores más. Quiero ser fuerte para ti. Y quiero que tu seas fuerte para mi. Aún no muero. —dijo, sin embargo el pecoso no dejaba de llorar. Sollozaba y no se alejaba del cuerpo de su pareja.

— ¿Por que el tratamiento no funcionó? Y quiero la verdad y no mentiras vacías que con el tiempo se descubrirán. —hablo dejando de sollozar pero sus lagrimas aún brotaban.

— Hace más de dos años... —El pecoso se quedó helado. —Esto ya tiene tiempo. Y no hice nada para detenerlo, mi compañero de cuarto me llevó a hacerme los estudios y me diagnosticaron esto hace más de dos años. —el pecoso abrazo aún más fuerte al rubio, y contuvo sus sollozos para que terminara. —Me dijeron que si no tomaba la quimioterapia con los medicamentos que me aplicaban las molestias bajarían. Y lo hice por dos años enteros hasta que decidí que era tiempo de estar con las persona que más amo. Te amo, y no quiero que dejes que esto te afecte mas. —hablo dejando un beso en su cabeza y Yamaguchi ya no podía explicar cómo se sentía.

—Te amo. —dijo el pecoso. Y sin más, beso a su pareja, ese beso quería que durara para siempre. Que ese beso se llevará sus años y que no se llevará a Tsukishima de su lado.

El día pasó, Tsukishima aún escribía. A diferencia de otros días esta vez tenía a Yamaguchi a su lado, dormido entre sus brazos. El rubio miro a su chico y miro las marcas de sus lagrimas en sus ojos, con su pulgar acaricio sus mejillas, y con sus manos acaricio su cabello. Miro hacia la nada dejando de escribir y suplico en su mente.

Por favor, si yo ya no estoy para cuidarlo, cuídalo tú. Me llevas contigo y lo dejas solo en un hoyo tan profundo del cual el solo no podrá salir. Quiero que siga adelante con sus obra su con su trabajo. Quiero que mi recuerdo quede en su memoria, se que el dolor de una perdida no dura para siempre. Pero te suplico si es que existes en algún lugar, que lo hagas feliz aún que no sea conmigo. Que haga su vida y que se case con alguien que también ame. Que vuelva a amar y que deje el dolor, que mi recuerdo perdure en su memoria, cuerpo y alma. Prometo siempre estar al pendiente de él aún que él no me mire. Te lo suplico Dios, si es que existes y existen los milagros. Hazlo por él, si mi tiempo a llegado quiero que él siga con su vida.
Te lo suplico.

𝐴𝑟𝑡𝑒 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑡𝑖 - 𝑇𝑠𝑢𝑘𝑘𝑖𝑦𝑎𝑚𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora