10.- Friends

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—Hola Sakura, extrañaba verte...
—¿Por qué no me avisaste que venías? Pude haber ido a recibirte al aeropuerto— exclamó Sakura aún sorprendida por la repentina llegada de su prima y mejor amiga.
—Quería que fuera una sorpresa.
—Y vaya que lo fue...
—Daidouji, es un gusto verte— dijo Shaoran.
—Lo mismo digo, disculpa por llegar a tu casa sin avisar
—Descuida, no hay problema— todos se llevaban tan bien como en los no tan viejos tiempos.

Sakura rápidamente se acordó de que Meiling también estaba en la habitación y que probablemente no estaría entendiendo nada de lo que estaban hablando, dio un par de pasos hasta ella y la tomó de la mano para acercarla a la conversación —Meiling, ella es mi prima y mejor amiga de la infancia Tomoyo Daidouji— dijo en chino-mandarín —Es muy buena en canto y diseñando ropa, le fascina la fotografía y grabar videos de lo que sea que parezca divertido, estoy segura de que van a llevarse muy bien.
Nice to meet you, Daidouji— dijo Meiling en un intento de comunicarse con aquella jovencita, quería ser amable y cortés.
—Tomoyo, ella es Meiling, la prima de Shaoran— dijo esta vez Sakura pero ahora en japonés.
Nice to meet you too— respondió muy sonriente con una pequeña reverencia.
—Ven, vamos a desayunar todos juntos— dijo Sakura sin soltar a Meiling de la mano pero sosteniendo a Tomoyo con la otra y las jaló hacia el jardín trasero, Shaoran que solo miraba cómo se alejaban se dirigió a la cocina para tomar otro plato y un poco más de fruta para brindarle a la recién llegada.

Solo fueron segundos los que se tardó en reunirse con ellas, segundos en los que se había desarrollado un verdadero desastre al tratarse de comunicar entre las 3, Meiling no entendía japonés, Tomoyo no entendía chino y aunque ingeniosamente acordaron comunicarse entre ellas en inglés, Sakura no podía evitar apenarse por no ser tan buena hablándolo como ellas.
¿También están de vacaciones de verano en Japón?— preguntó Meiling.
Sí, aunque procuré hacer casi toda mi tarea en pocos días, aún tengo que entregar algunas investigaciones y reportes pendientes.
—Si necesitas ayuda, no dudes en pedirla.
—Qué amable. Gracias.
—Sakura, creo que es hora de que estemos en camino a tu curso— dijo Shaoran tras ver el reloj, casi era medio día.
—Sí— volteó a mirar a su amiga que estaba todavía tomando un poco de té —Tomoyo ¿te gustaría acompañarme?
—¿Crees que sea posible?
—No veo porqué no.
—De acuerdo.

Los 4 jóvenes se levantaron y entre todos ayudaron a limpiar y ordenar todo lo que había sobre la mesa, Meiling comenzó a lavar los cubiertos y platos utilizados, Tomoyo quiso ayudarle pero desafortunadamente iban un poco tarde así que subió al vehículo junto con Shaoran y Sakura, ambas iban en la parte trasera mientras que él iba enfrente manejando.
—¿Ya tienes pensado en dónde te hospedarás?— preguntó Shaoran.
—Todavía no, ¿hay algún hotel cerca de tu casa?
—El más cercano está a varias cuadras de distancia y si piensas quedarte más de una semana entonces te sugiero que mejor te quedes con nosotros, de lo contrario los gastos serán demasiado elevados.
—¡Sí, sería grandioso que te quedaras con nosotros!— dijo Sakura sumamente emocionada.
—No quisiera importunarlos...
—No se diga más, hablaré con mi madre para ver qué opina.

Antes de que Tomoyo pudiera poner objeción, el auto se detuvo ya que acababan de llegar a la escuela, Sakura bajó rápidamente seguida por Tomoyo —Estaré esperándolas aquí— dijo Shaoran a través de la ventanilla.
—Me gustaría ir a tomar un café con ella después de la escuela, ¿podemos vernos en la casa?— comentó Sakura acercándose al vehículo para hablar con Shaoran.
—Claro, vayan pero prométeme que se cuidarán, ¿sí?
—Lo prometo.
—Yo también lo prometo— añadió Tomoyo acercándose para dejar más tranquilo a Shaoran.
—Si cambian de opinión o si necesitan que vaya por ustedes no duden en llamarme— finalizó dándole a la castaña un suave beso en la mano. 
—Te amo...— susurró ella.
—Y yo a ti— susurró de igual manera.
—Nos vemos más tarde— se despidió Tomoyo agitando su mano, Shaoran puso en marcha el auto y se alejó de lugar.

Viviendo en Hong KongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora