12.- Akiho

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Julio 27

ーSeñorita Shinomotoー mencionó Kaito al entrar a la cocina y encontrar a la hermosa jovencita tomando un té con una rebanada de pan tostado, él ya estaba vestido con su traje negro de mayordomo ー¿Qué hace despierta tan temprano? ¿Por qué no me habló para que le preparara el desayuno?
ーNo pude seguir durmiendo, estoy muy emocionada de salir con mi mejor amiga y no quise molestarte...
ー¿Finalmente accedió a un paseo con usted?
ーSíー dijo con una gran sonrisa ーParece como si sus problemas ya se hubieran solucionado y eso me alegra demasiadoー sorbió un poco su té.
ー¿Y a dónde tienen planeado ir?
ーA la nueva pista de patinaje en el centro comercial Pienezza...
ー¿No cree que haya demasiada gente? Lo mejor será llegar con mucha antelación para no pasar más de medio día haciendo fila.
ーTienes toda la razón...
ーIré a prepararme para llevarlaー el joven de cabellos oscuros hizo una reverencia.
ーPero, no has desayunado. Por favor siéntate conmigoー se levantó de su lugar para prepara un desayuno más.
ーNo es necesario señorita Akiho, puedo servirlo yo mismo.
ーMe gustaría hacerlo por tiー las manos de Kaito rozaron suavemente las de ella al intentar quitarle aquella taza donde iba a prepararle el té ーLo sientoー dijo apenado soltándola de inmediato.
ーNo, fue mi culpaー contestó sonrojada, sentía el calor en sus mejillas y un gran nudo en el pecho.
ーBuenos díasー dijo el señor Akihiko entrando a la cocina para tomar el desayuno también, iba tarde al trabajo pero no le importaba.
ーBuenos días, señor Shinomotoー dijo Kaito haciendo una reverencia.
ーBuenos días, padre.
ーHazme el desayunoー ordenó al joven mayordomo.
ーEnseguidaー Kaito comenzó de inmediato a preparar el ostentoso desayuno que le encantaba al señor Shinomoto.

Tardó aproximadamente 15 minutos en tenerlo listo, pero para este tiempo el padre de Akiho ya había salido incluso de la casa refunfuñando por el hambre, era impaciente e impuntual, pésima combinación.
ーDisculpa a mi padreー mencionó Akiho apenada.
ーNo hay nada qué disculpar, debí ser más rápido, él llevaba prisa.
ー¡Te quedó delicioso!ー dijo ella probando un poco, no quería que el esfuerzo de aquel muchacho se desperdiciara ーMira, prueba..ー le acercó la cuchara con un poco de la comida, de ninguna manera dejaría que esa delicada señorita lo atendiera, por lo que tomó la cuchara con su propia mano para probar ーTermina de desayunar y cámbiate de ropa para ir a la pista de hielo, no quiero que vayas con ese uniformeー no dejó que siquiera respondiera, salió de la cocina y subió a su habitación para arreglarse.

Tomó un baño, cepilló su cabello, se maquilló solo un poco y finalmente se vistió de acuerdo a la ocasión, pantaloncillos cortos de color negro, una camisa color rosa pastel y tenis tipo converse. Bajó a la sala donde estaba su mayordomo con un pantalón negro y una sudadera azul ーTe ves muy bienー alagó ella.
ー...ー no supo qué contestar.
ーSi ya no tienes nada por hacer, podemos irnos ahora.
ーClaro.

Kaito caminó para abrirle la puerta de la casa a Akiho, después hizo lo mismo en el auto, le abrió la puerta en los asientos de atrás, seguido a esto él subió al auto para conducirlo. Llegando a la plaza era poco más de las 11 de la mañana, aún era buena hora y el estacionamiento lentamente se iba llenando. Alcanzaron un buen lugar dónde aparcar, de hecho estaba bastante cerca de la puerta por lo que con unos cuantos pasos ya estaban dentro. Desde ahí, se podía observar que el lugar estaba ligeramente lleno y la fila para entrar a la pista de patinaje todavía no era tan larga, pero conforme pasaban los minutos esta iba incrementándose descomunalmente.
ーTodavía faltan 30 minutos para que Meiling llegueー suspiró Akiho mirando el reloj en su muñeca izquierda.
ーTal vez hoy haga una excepción y llegue antes de lo acordado.
ーLo dudoー soltó una risita.
ー¿Por qué no le sugirió que podíamos pasar por ella?
ーLo hice, pero dijo que no era necesario porque quería traer a algunos amigos extranjeros... me siento nerviosa.
ーNo se preocupe, estaré cerca de usted en todo momento por si llega a sentirse incomoda.
ーTe lo agradezcoー respondió con una gran sonrisa.
ーNo tiene que hacerlo, es mi trabajo.

Viviendo en Hong KongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora