Siempre Conmigo

Capítulo 17

Anahí se irguió en cuanto lo vio salir del ascensor. Alfonso pensó que estaba pálida y que tenía aspecto de cansada, pero reprimió las palabras de preocupación que acudieron a sus labios y se limitó a decir:

–Anahí.

–No podía esperar a que me llamaras. Necesitaba verte.

–Será mejor que entres –dijo Alfonso, abriendo la puerta.

Al pasar a su lado, aspiró el aroma de Anahí y su cuerpo reaccionó instantáneamente. ¿Por qué no le habría pasado lo mismo la noche anterior? ¿Por qué solo Anahí despertaba sus instintos?

–Toma asiento. Pareces cansada –dijo a la vez que dejaba el maletín en el suelo y se quitaba la chaqueta–. ¿Quieres comer algo?

–No, gracias, ya he cenado.

–¿Llevas mucho tiempo esperando?

–Un rato –dijo Anahí. Alfonso la observó en silencio y ella añadió, angustiada–: ¿De verdad es demasiado tarde para nosotros, Alfonso? ¿De verdad no puedes perdonarme y darnos una segunda oportunidad?

Alfonso se pasó la mano por el cabello y suspiró profundamente. Se había hecho esa misma pregunta cientos de veces. Su corazón le decía que sí era posible, pero su mente le exigía que lo evitara por todos los medios.

Pero lo cierto era que sus sentimientos por Anahí eran profundos, que en cuanto estaba con ella sentía que sus cuerpos y sus mentes se sincronizaban. Aun así, la realidad le cayó como un cubo de agua fría. ¿Podía arriesgarlo todo de nuevo y comenzar una nueva vida con Anahí y con su bebé?

–Alfonso, por favor, di algo.

La voz de Anahí le llegó cargada de dolor e incertidumbre. Una parte de él quería tranquilizarla, decirle que resolverían sus problemas. Pero la otra, más sombría, le recordó su infancia, el retorno del colegio a un hogar lleno de tristeza y sin ninguna calidez; le recordó el vacío que había dejado su hermano y que él no había sido capaz de llenar. Un vacío como el que había dejado la muerte de Parker, demasiado doloroso para poder llenarlo.

El amor causaba dolor, y Alfonso no podía soportar la idea de seguir sufriendo.