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Corrimos lo más rápido que pudimos para evitar mojarnos, pero fue en vano y llegamos empapados a la puerta del apartamento.

-¿Estás bien? -pregunté, al detenernos.

-Que frío -dijo, mientras temblaba.

Azumaya Junta ¿Por qué te quedas parado frente al apartamento y le preguntas como está, en vez de dejarlo entrar? ¡Baka*!

Después de regañarme internamente, exclamé avergonzado-: ¡Perdona! Enseguida entrenamos.

Sin más, abrí la puerta dejando entrar al omega de primero. Este entró a la velocidad de la luz, solté una risita por lo bajo y también entre.

-Puedes dejar tus zapatos ahí -indiqué, cerrando la puerta.

El omega se quitó sus zapatos dejandolos en el genkan* al igual que yo.

-¿Te sientes bien? -pregunté, al notar que él aún no había dejado de temblar.

-No te preocupes, soy un poco friolento, eso es todo -comentó aún temblando.

¿Un poco? Eso no parece ser "un poco".

-Ven, te traeré unas tollas y...

La voz de otro omega me interrumpió.

Narumiya-Kun apareció de la nada con una tolla entre sus manos y con una sonrisa.

-¡Jun-Kun! ¿Cuántas veces te he dicho que no te mojes cuándo llueve? ¡Ten! Debes estar mojado te traje una...

Narumiya-Kun se quedó con la palabra en la boca al ver al otro omega que temblaba. Tardó unos quince segundos en procesar la información.

-¡Saijo-Kun! -exclamó sorprendido-. ¿Qu-qué hace aquí? Junta-Kun, cuando te dije que quería que me trajeras a Saijo-Kun, no lo dije literalmente.

-¿Qué yo qué? -pregunto el omega confundido.

Con intención de persuadir el tema, tome la toalla que Narumiya-Kun tenía en las manos, y hablando atropelladamente dijo-: ¡Gracias Narumiya-Kun! ¡Muy amable!

Sin titubear, coloque la toalla sobre la cabeza de Takato-San y la empecé a frotar contra su cabello.

-¡Takato-San debe secar su cabeza! -exclamé.

-Chunta yo puedo solo, déjame -se quejaba el omega.

-¡Traeré más toallas! -exclamó la ardilla, desapareciendo del lugar.

Deje de secar el cabello de Takato-San y acomode la toalla en sus hombres.

-¿Estás mejor? -pregunté.

El omega con mejillas rojas se limitó a asentir con la cabeza; mientras desviaba su mirada.

Aproveché que estaba distraído para tomar su mano. Dio un pequeño saltito por el toque inesperado

-No vamos a quedarnos aquí toda la noche ¿Verdad? -excuse.

El omega asintió mirando hacía abajo, y lo guíe hacía la sala.

-¡Aquí está! -exclamó Narumiya-Kun, apareciendo con dos toallas.

Me dio una a mí y la otra se la dio a Takato-San.

-Gracias -dijo el guitarrista.

-Saijo-Kun ¿Se quedara a dormir está noche? -pregunto el pequeño con ojos brillosos.

-No. Solo me quedaré mientras pasa la lluvia -aclaró.

-Takato-San ya es tarde -recalque-. ¿No sería mejor que te quedaras?

Solo mi futuro esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora