3

1K 92 112
                                    

Me aleje del omega y vi al hombre que estaba parado en la puerta viendome con una mirada más fria que el hielo, no escuche cuando la abrió.

-Hola papá -saludo el omega con tranquilidad-.

-Takato-Kun -saludó- ¿Y tu hermana?

-Tuvo que hacer unas cosas, no tardará en regresar -respondió el omega incubriendo a su melliza-.

-¿Tú que? -él mayor se dirigió a mi con un tono íntimidante-.

-Buenas noches, soy Azumaya Junta -salude sonriendo, intentando disimular mis nervios-.

-¿Te pregunté? -sentía el pesor de sus palabras- creó que no entendiste, solo pregunté ¿¡que haces con mi hijo!?

-Bueno... yo...

-Papá, él es amigo de Takeshi-Kun, me lo encontre en el camino y se ofreció a acompañarme -explicó Takato-San al ver que a mí no me salían las palabras-.

-¿Se puede saber el por que?.

-Me acompaño porque ya es muy tarde, es simple cortesía.

-Simple cortesía, como no -mascullo el jefe-.

-Bien, creó que yo me voy, pase buena noche -dije haciendo una reverencia-.

Cuando estaba a punto de girar sobre mis talones, sentí como la mano de Takato-San tomo la mía.

-Gracias de nuevo, disculpame por todas las molestias que te hice pasar hoy -agradeció liberando su dulce aroma y mostrandome su bella sonrisa-.

-Je... je... no te preocupes -contesté completamente embobado, después de eso, soltó mi mano y se apresuró a entrar a su casa-.

No se que cara tenía, pero cuando ví como su padre me estaba viendo decidí dejar de sonreír como idiota.

-Cuidado, Kuchisake-onna puede fijarse en tí y cortar tu boca para mantener esa sonrisa, si no es que alguien más lo hace -dijo con un aura maligna para luego cerrar la puerta-.

El único Kuchisake-onna aquí es él, da más miedo que cualquier espíritu.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Habían pasado dos semanas desde ese día, la razón por la que seguia convenciendo a mi amigo de hacer el trabajo en su casa, era la de siempre.

Mis únicas intenciones eran ver a mi omega y hablar un poco con él, al menos cruzar un par de palabras.

-¡Ah!... ¡Ah!.. ¡Mmmmm!...

¿Como era que esto había escalado tan rápido?. Con el simple hecho de recordar su rostro o su voz, no podía evitar...

-¡Mmmmm!... Taka-takato-sahhh... ¡Ahhhh!...

Era increíble como se había apoderado de mí, al punto de masturbarme con tan solo pensar en él.

¿Eso era normal?

-¡Carajo! ¡Carajo! -murmuraba mientras me limpiaba rápidamente- Con esta ya son tres, a este paso terminare secandome.

Esto me estaba enloqueciendo, haciendo que me preguntará ¿Él se sentirá igual que yo?

Seguramente ya debe saber que soy su alpha, pero ¿Y si no? ¿Y si lo sabe pero lo ignora por que no le agrado?

-¡Quiero llorar! -dije sumergiendo mi rostro en una de mis almohadas-.

Escuche como tocaron a mi puerta, reaccione de forma rápida, escondi el papel, acomode mi ropa e intente disimular.

Solo mi futuro esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora