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-Es por eso que los delfines son la reencarnación del mal -terminaba de hablar mi hermano.

-¿Qué me dices de los chimpancés? -seguía la corriente el omega.

-Considero que están debajo de los delfines.

-¿Qué me dices de las nutrias? Secuestran a las crías para que las hembras les den comida, y abusan de las focas bebés hasta matarlas; incluso se aferran al cadáver hasta por una semana -recalcó.

-Nada me hará cambiar de opinión. En conclusión, Chimpancés tercer lugar, nutrias segundo y delfines primer lugar.

-Como digas ¿Entonces no irías a ver delfines?

-¡No! -exclamó firme.

-¿Ni siquiera si vas conmigo?

Al escuchar el tono coqueto del omega, Narumiya-Kun abrió bien los ojos y sus mejillas se volvieron rojas. Agachando la cabeza, tartamudeo-: Bu-bueno... si ese es el ca-aso...

-Takato-San~ -me atreví a hablar.

Me encontré a mi omega saliendo de la universidad, sin pensarlo, lo invité a tomar algo; después de rogarle aceptó.

Para nuestra sorpresa, la ardilla con la que comparto casa se encontraba en el café al que fuimos. Al principio no le vi problema que nos sentaramos con él, así que luego de confirmar que a Takato-San no le molestaba, nos sentamos con él ¡Ja! Terrible error.

Se supone que Takato-San es mi pareja, ¡No la de Narumiya-Kun!

Estoy siendo totalmente ignorado por mi novio ¡Todo por una ardilla! Se supone que Takato-San debería de estar coqueteando conmigo.

-¿Qué pasa, Chunta? -Al fin me dirigió palabra.

Señalandome, recalqué con tono lamentable-: Estoy aquí~

-Ya lo sé. Es difícil no notarte -mencionó, bebiendo del vaso que tenía en su mano derecha.

-Takato-San~ -lloriquee.

-¿Por qué lloriqueas? Nadie te está haciendo nada.

-Tú indiferencia hacía mí me lastima.

-A propósito, Narumiya-Kun, quería informarte que mi madre aceptó darte instrucción -informó, ignorando mis quejas.

-¿¡En verdad!?

-Felicidades, Narumiya-Kun -felicité-. Esperó que te comportes bajo la tutoria de Hiragi-San.

El omega asintió con su cabeza, con una sonrisa casi inexistente.

-¿Qué pasa Narumiya-Kun? Pensé que te alegrarías más -mencioné.

-Es que... ¡No importa! ¡No es nada! -termino exclamando, con una sonrisa.

-Solo habrá un problema -mencionó el azabache.

-¿Cuál?

-Por algunas circunstancias, mi madre podrá empezar dentro de dos semana -comentó.

-No importa, esperaré.

-¿Todo está bien? -pregunté.

-Creó que no te lo he comentado, mi hermana informó que regresará en una semana -comentó.

-¿En verdad? Que buena noticia.

-Si es buena o mala, no lo sé. Como sea, eso es lo de menos. También en una semana se casá una prima de parte de mi madre.

-¿Estás bien con ello? -pregunte, con cierto temor.

-Claro ¿Por qué preguntas?

-Es que tu aroma dice lo contrario.

Solo mi futuro esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora