𝕍𝕖𝕚𝕟𝕥𝕖

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Sunoo estaba en la habitación que es de Sunghoon y Heeseung

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Sunoo estaba en la habitación que es de Sunghoon y Heeseung. El omega peliazul le había querido ver y el rubio decidió ir a la habitación para que Sunghoon no tuviera que pararse de la cama.

— Mañana vamos a volver a Seul — dijo el rubio haciendo un puchero.

— Oh, ya no tendré que hacer al estar aquí acostado — el peliazul también hizo un puchero.

— Creo que es mejor que estes aquí, a tener que estar en peligro — dice el rubio observando el notorio vientre del contrario.

— De todos modos, no creo que Heeseung me deje siquiera caminar por los pasillos — el peliazul rodó los ojos.

Ambos omegas rieron, pero las risas son interrumpidas con el sonido de la puerta siendo tocada. Ambos omegas voltearon, notando que Niki era quien se encontraba allí.

— Sunoo ¿Me dejarías platicar a solas con mi hermano? — el alfa sonríe y se acerca al rubio.

— Esta bien — susurro el menor.

Niki le dio un beso a su omega y despues este se fue. Cuando la puerta fue cerrada, Niki poso su vista en su hermano mayor. El omega podía notar tristeza y culpabilidad en los ojos del menor.

— ¿Qué querías decirme? — pregunta Sunghoon tranquilamente.

— Lo siento... — susurro el alfa, sorprendido al peliazul.

— ¿C-Cómo ? — tartamudeo el omega.

— Lo siento — dice un poco mas fuerte — Y-Yo... hace unos dias Sunoo intento huir del castillo, por qué le revele algo que debía decirle hace tiempo — el alfa empezó a explicar — E-El huyo y... yo me me asuste tanto. Tenia miedo de perderlo, tal como perdí a mamá, a papá y a ti — el menor empezó a derramar lagrimas.

— ¿A mi? — el omega susurro.

— Y-Yo... nunca quise lastimarte tanto. Tu sabes que siendo malo y agresivo... todo me salía bien, todos me respetaban  — el alfa empezó a sollozar — Al ver que también funcionaba contigo, lo hice. Te empece a agredir y-y me arrepiento tanto — el alfa se sienta en el borde de la cama de su hermano.

— Niki... — susurro el peliazul.

— P-Pero cuando vi, que siendo así perdía a Sunoo, es cuando me di cuenta que no todo lo bueno pasa siendo malo — el menor seguía sollozando — P-Por favor... perdóname — el alfa cerro los ojos.

— Niki... ven aquí — el omega abrió los brazos.

El alfa al ver eso, sonrió y abrazo a su hermano mayor. El menor se escondía en el pecho del omega y este acariciaba el cabello del alfa.

— Se que hiciste mal. Mentiría si te dijera que no me hiciste tanto mal, pero estoy dispuesto a perdonarte — el omega dijo.

Ambos se abrazaron con fuerza, el alfa ahora se escondía en el cuello de su hermano. Cuando inhalo el aroma de su hermano para intentar calmarse, se dio cuenta que ya no solo estaba el aroma a algodón de azúcar, si no que también estaba el aroma de café y menta, que le pertenece a Heeseung.

My King | SunKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora