Capítulo 5: Quédate conmigo

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Narra Gerard


Me desperté en medio de la oscuridad, la cabeza me daba vueltas, sólo recordaba los ojos avellana de Frankie mirándome, después la sensación de sus labios entre los míos, realmente estaba enamorado de aquel enano, pero sentía que yo no era digno de él, y es que no soy más que un alcohólico que se ha dejado manejar por Bert desde que llegué a esta ciudad.

Pero por qué lo hacía, por qué seguía permitiendo que Bert hiciera conmigo lo que quisiera, tal vez sólo quería sentir un poco de afecto, tal vez sólo quería sentirme querido, no quería estar solo de nuevo y Bert me había ofrecido su amistad y algo más, o tal vez porque él me suministraba todo aquello que me ayudaba a sentirme "mejor", con él tenía acceso a todo el alcohol que quisiera y a otras cosas más que me hacían sentir tan bien, que me hacían olvidarme de la realidad aunque fuese por un momento.

Sin embargo, a pesar de que dejaba que Bert hiciera lo que quisiera conmigo a su antojo, sabía que mi corazón pertenecía a alguien más, a esos ojos avellana que miraba tan avergonzado después de cada borrachera en que terminaba abrazándolo y diciéndole que lo quería, cosa que no me atrevería a hacer en mis cinco sentidos, pues siempre he sido tímido, pero el alcohol me ayudaba a desinhibirse.

Al día siguiente en la escuela llevaba mis gafas oscuras, no quería que nadie me viera en aquel estado, mucho menos Frank, a quien ni siquiera quería mirar a los ojos luego de lo que ocurrió, después de que quien sabe cuántas cosas le habré dicho, de las cuales ya ni siquiera me acordaba.

Y entonces, cuando me despedía de Mikey al entrar a la escuela, ahí lo vi, iba junto con su amigo Ray, el chico de pelo afro, parecía que no se habían percatado de mi presencia, así que decidí acelerar el paso para llegar al salón antes de que me miraran, sin embargo pronto escuché una voz atrás de mí.

- Hola Gee, cómo amaneciste -era Frank, quien me miraba con una gran sonrisa en su rostro – Ahorita te alcanzo- le dijo Frank a Ray, mientras se colocaba a mi costado

- Y bien, ¿cómo estás Gee?

- Bi-bien ¿y tú?

- También Gee, contento de verte en tus cinco sentidos

Eso provocó que se me subiera el color a las mejillas

- Me gusta cuando te sonrojas y cuando estás lúcido

- Sobre eso Frank, discúlpame por lo de ayer, no recuerdo bien qué hice, no quise incomodarte

- No te preocupes Gee, no pasa nada, pero creo que deberías dejar de tomar de esa manera -sólo asentí y no dije nada más. Nos dirigimos en silencio al salón de clases.

Cuando llegó la hora del receso salí junto con Frank y Ray rumbo al comedor, ahí ya nos esperaba Mikey, nos sentamos, platicábamos, me sentía realmente bien, sin embargo en ese momento sentí una mano en mi hombro, era Bert.

- Hola Gee, no quieres venir para divertirte un poco, para sentirte como ayer por la tarde en tu casa ¿recuerdas? - Cuando estaba por ponerme en pie y aceptar la "invitación" de Bert, Frank me tomó del brazo y me dijo -No vayas Gee – Yo simplemente no sabía qué hacer, tampoco es que quisiera mucho beber en esos momentos, pero no quería que Bert se molestara conmigo, o peor aún, con mis amigos, sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Frank intervino.

- No Bert, Gerard está muy bien con nosotros y no irá contigo – Esas palabras hicieron enfadar a Bert

- Qué dijiste enano, quién te crees que eres

- Soy amigo de Gerard, y tú eres una mala influencia para él

- Qué dices enano imbécil, te voy a partir la cara

- No, espera Bert, ya voy – le dije, mirando con tristeza a Frank – lo siento

- Pero Gee, no tienes por qué ir con él, yo no le tengo miedo a este idiota

Bert le propinó un puñetazo a Frank, pero éste no se quedó quieto y le devolvió el golpe, rompiéndole el labio a Bert. Un tumulto se comenzaba a formar en torno a nosotros y al parecer ya algunos maestros iban al lugar, por lo que Bert se levantó -pero esta me la pagas maldito enano- y se fue de ahí.

Frank tenía el ojo morado, sin embargo lo cubrió con su flequillo para pasar desapercibido y que los maestros no se dieran cuenta.

- Perdóname por meterte en este lío Frankie, no debiste hacer eso por mí

- Gee, te voy a ayudar a que salgas de todo esto. Ya te dije, Bert no es buena influencia para ti y no dejaré que te pierdas en el vicio por su culpa, yo te voy a cuidar

Tomó mi mano y sentí un impulso eléctrico recorrer todo mi cuerpo, sin embargo la solté pronto cuando vi que aún había una multitud alrededor de nosotros, y peor aún, mi hermano estaba ahí mirándonos algo sorprendido. Me levanté y me fui corriendo de ahí.

- Perdóname Mikey, pero tu hermano es muy raro -dijo Ray-

- Voy a ver qué le sucede -mencionó Frank-

Me fui rumbo a los baños y ahí me oculté, vaya, ahora sí que necesitaba alcohol, todo aquello había sido demasiado para mí, no soportaba todas esas miradas sobre mí. En ese momento oí mi nombre, era Frank que había entrado a buscarme.

- Gee, ¿estás aquí? ¿Por qué saliste corriendo así?

Salí para encontrarme con Frank, cuando vi que no había nadie alrededor simplemente me eché a sus brazos como un niño chiquito y no sé por qué comencé a llorar como un tonto

- ¿Qué te pasa Gee?

- Nada, sólo no me sueltes por favor -le dije-

- No te dejaré Gee, pero dime por qué saliste corriendo así

- No lo sé, me agarraste la mano y sentí... sentí todas esas miradas sobre nosotros. Sabes, aunque no lo parezca soy muy tímido, por eso tomo, para no sentirme así, tan... insignificante

- No digas eso Gee, tú no eres insignificante, no para mí

Entonces tomó mi rostro entre sus manos y se acercó a mí, podía sentir su respiración, podía sentir mil mariposas revoloteando en mi estómago, y entonces pasó, me besó, nuestros labios se encontraron de nuevo, pude sentir su sabor, su lengua encontrando a la mía. Juro que lo que sentí en ese momento no se comparaba con lo que me hacía sentir el alcohol ni ninguna otra droga, Frankie era una nueva adicción para mí.  

The only hope for me is you (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora