𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙩𝙧𝙚𝙨

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Capítulo 3: Un consejo o quizá no

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Capítulo 3: Un consejo o quizá no


—¿Noche de películas? —Preguntó la castaña con una sonrisa nerviosa. Se encontraba recargada en el marco de su puerta, no dejaba que su amiga viera su habitación ya que estaba hecha un desorden.

—¡Si! —Chilló dando un brinco a su vez que aplaudía. La enorme sonrisa de su amiga de tez rosa pastel deslumbraba, después toca la puerta color perla y se acercó más a su amiga de mofletes carmesí. —¿Vendrás verdad que sí, linda?

La castaña comenzó a balbucear y se llevó su dedo índice a la comisura de sus labios pensativa. El día de hoy es viernes y es día que la chica hace todos sus pendientes que dejo atrasados durante la semana, para que así sus dos días libres los disfrute haciendo lo que más ama: Nada. Solo quería estar relajada, viendo sus programas favoritos o leyendo manga.

—¡A-bu-rri-do! —Dijo con voz grave en cada sílaba de la palabra y fingía un bostezo. —No puedes decir que no, chica. Serán películas de Disney, ¿Quién se niega a verlas? Y veremos las clásicas. —Después ladeó su rostro y sonrió con malicia, —Yaomomo nos está prestando su cuenta de Disney Plus, ¿aún dirás que no?

La castaña suspiró derrotada. No se quería aprovechar de la situación, pero las películas no las podía ver en alta calidad y menos cuando a cada cierto minuto su internet fallaba y no podía disfrutarlas.

—Oh, está bien —le dijo haciendo rodar sus ojos mientras detenía a su amiga para que dejara de dar saltos. —Iré, pero solo veré una, tengo tareas que hacer. —La sonrisa de Mina se esfumó al escuchar eso y se cruzó de brazos alzando una ceja, estaba molesta, pero no tanto, solo quería que su amiga se divierta como ella lo hace. Ante esto la de rostro redondo rió —quiero ver la película de Mulán —y cerró la puerta no dejando que la de ojos ámbar dijera algo.

—¡No es justo, esa película no es romántica!

Escuchó la queja de su escandalosa amiga y sonrió divertida al imaginar su rostro, era como si un bebé hiciera berrinche, apostaba que ahora mismo ella estaba inflando sus mejillas y tenía sus manos a la cadera.

—Lo sé, chica.

Le respondió mientras tomaba asiento a su escritorio de roble para comenzar hacer su tarea. De su mochila sacó dos libretas, una estaba llena de pos-its de colores y le pareció extraño, ella no suele hacer anotaciones así, pero alguien más sí.

«Oh no.»

Pensó con horror al saber de quién era esa libreta. Con titubeo la abrió y había una nota, era la mitad de lo que es una hoja del cuaderno. Paso saliva, y sus manos le temblaban, comenzó a leer la nota:

<<Espero que mis apuntes te ayuden a subir tus calificaciones. Con esto no quiero decir que seas mala, eres de las mejores, pero puedes lograr más. Demos lo mejor de nosotros, Uraraka-san.

Dulces Sentimientos [Izuocha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora