𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤

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Capítulo 5: Una charla amena

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Capítulo 5: Una charla amena

Parecía extraño que con solo unas palabras te lastimaran y lo peor no saber por que te provocaba un sentimiento amargo en lo profundo del corazón. Así era como se sentía Uraraka Ochako, estar encerrada en su habitación inundada por esa abismal oscuridad no le ayudaría a nada, por eso mismo desvió su recorrido y salió del edificio. Bajo todos los escalones y al estar en el último, tomo asiento y suspiro llevándose sus manos a sus redondeadas mejillas y recargar sus codos en sus piernas. Esperaba que al menos oír el siseó de las aves y la vista del cielo nocturno la ayudaran a encontrar respuesta.

Era muy irónico que la castaña buscara encontrar el significado de que era lo que le estaba pasando cuando mas que nadie tenía una sospecha y se mentía asimisma; y, por otro lado, el chico de cabellera alborotada continuaba leyendo en páginas artículos informativos. Quien diría que tener una mejor amiga seria todo un trabajo duro.

Iida bajo hasta la cocina por un vaso de leche, leer más de cuatro capítulos de un libro lo habían dejado sediento, mientras servía el liquido al vaso, miro por la amplia ventana y noto como su amiga mas cercana tenía una cara de tristeza. Giro su cabeza hasta donde estaban las demás señoritas en la sala riendo y comentando una película animada.

«¿Se habrán peleado? —pensó preocupado por el estado de animo de su amiga, pero negó al ver como la segunda al mando de la clase lucia tranquila. Yaoyoruzu nunca tendría esa actitud si una de sus amigas estuviera enemistada. —Si no es amistad quizá sea lo otro —dibujo una sonrisa de lado dando un pequeño empujón a sus lentes.»

—“El cielo estaba muy bonito como para que una damisela este triste”.

La voz varonil de uno de sus compañeros de clase fue lo que la hizo girar su cabeza para verlo. No lo iba a negar, estaba sorprendida por lo escuchado y ruborizada.

—¿I-Iida-kun? —Preguntó nerviosa mientras le seguía con la mirada. Su amigo tomo asiento a lado de ella.

—Eso es lo que le dice el señor Walter a la señorita Darcy. —Explicó con una sonrisa. La castaña soltó aliviada un suspiro. No quería más líos. —¿Malteada? —Le ofreció un vaso tapado con una pajita de colores rojos.

La castaña gustosa aceptó y al sorber aquel líquido dibujo una sonrisa al notar que era una malteada de chocolate.

—Gracias, está muy buena —desvió su mirada hasta volver a mirar el cielo nocturno.

—Al menos te subió el ánimo un poco —dijo su amigo asintiendo. —¿Por qué estás aquí, Uraraka-kun? Por un momento creí que habías discutido con tus amigas —su mirada regresó a los cristales de la ventana donde ahora las féminas estaban acompañadas por Aoyama —lucias triste.

—¿Triste? ¿Lo estaba? —Se preguntó asombrada mientras se señalaba.

—Si, y ¿cómo no vas a saber que lo sientes es tristeza? Tampoco es como si estuvieras enamorada para— se interrumpió el delegado al ver cómo estrepitosamente su amiga se levantó de golpe.

Dulces Sentimientos [Izuocha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora