No sé si tengo los ojos abiertos o cerrados, ya que solo puedo ver una adsoluta oscuridad frente a mí. El ambiente frío y solitario me llenan de tristeza, ocasionando que un par de lágrimas caigan por mis mejillas. Sollosos en el inexistente suelo, dónde logro ver tan solo mis manos pálidas.
De la nada, una sombra blanquecina aparece por debajo de mí y se estornude un poco más halla, asta que en su terminación se alza una figura uniforme, que no para de moverse como si de un humo este año se hablará.
Mis ojos no paran de derramar lágrimas y mí cuerpo no se detiene de temblar. Tengo miedo, quiero salir de aquí, pero no sé dónde. Quiero ir a casa, pero no sé dónde es. Quiero alejarme de este lugar oscuro y frío, pero se siente tan familiar. Quiero ser libre, pero tengo miedo de moverme.
No quiero estar sola en la oscuridad.
- no lo estás.
Una calma y dulce voz se oye a lo lejos. Alzó la vista a la sombra blanca que se estiende bajó mío, pero está no párese inmutarse. Solo se mueve en busca de una forma sólida, una que no logra hallar.
- tu... Hablaste? - me atrevo a preguntar a la nada. La nobe de humo se retirarse estraña, apareciendo un par de resplandores de una tonalidad azul aparecieron frente a mí.
- no tengas miedo, no quiero dañarte.
Solo logro ver cómo aquellas esferas resplandecientes se hallan fijas en mí, trasmitiendo me calma, como si en realidad, el asustado fuera el.
- dónde estoy? - pregunté observando mí alrededor, esa mismísima nada que nos envolvían como si no hubiera nada más.
- es tu mente, ahora mismo, estás en un trance o en un sueño, como quieras interpretarlo - informo de forma clamda.
- sueño? Diría que es más una pesadilla - Odcerbe la uniforme figura - pero por qué estoy aquí?
- hoy es 13 de agosto, día por el cual estás pasando por tu décima octavo ciclo lunar, por lo cual es momento de despertar - lo que yo llegue a entender que eran sus ojos se hallaban fijos en mí.
- despertar? De que hablas? - cierta desesperación empezaba a instalarse en mí pecho, provocándome un gran nudo en mí pecho.
- durante casi 8 años tu trasformación fue retenida, devido a lo poderoso de tu lobo - contesto.
- retener? Poderoso? No lo entiendo - hablé cabizbaja - hacía unos segundos creía que nunca podría ser como mí padre o mí hermano, y ahora, resulta que tengo un lobo poderoso - cuestione - me cuesta entender.
- durante años, la que mayormente se a encadenado a la idea de ser libre fuiste tu - apenas hizo mención de aquello, cadenas de un color brillante aparecieron en mis muñecas, tobillos y cuello. La desesperación incremento cuando sentí su gran peso en mí cuerpo - te cerraste a la idea de algún día poder ser alguien capas de seguir tu sola, de poder ser alguien importante - sus ojos se volvieron rojos en un momento - te encadenarse al miedo...
- para... - pedí apretando mis manos contra aquel suelo negro.
- atada a la tristeza...
- Detente... - roge.
- atada a tus incontables defectos, aquellos que te vuelven inútil ante los ojos de los demás, que te vuelven patética - su voz había dejado de ser dulce, ahora era una despectiva y soberbia, como si estuviera por encima de mí.
Sentía dolor, odio y... Pena, pena de mí misma, dolor de pensar que siempre me trate así, odio de saber que me lo creí tan fácilmente. Todo aquello que me decía esa uniforme figura blanquecina, no eran más que todas las mentiras que yo misma me había dicho a mí misma, aquel mantra que por años me había repetido.
Pero... por qué se sentía diferente? Había pasado mucho tiempo desde que me había sentido así, en que no creía ni una sola de las mentiras de aquel inconciente. Pero... Por qué?
~ siempre fuiste la valiente de la familia, eso nunca lo olvides ~ la voz de mí hermano Exel resonó en mí mente.
~ aún me sorprende que puedas hacer este tipo de cosas con tanta facilidad, es sorprendente ~ recordé aquella vez en que Hide se había quedado viendo mis dibujos mientras lo retrataba.
~ nunca entendí como lograba que su padre se calme así de sencillo, llevo años sirviéndole y aún no lo logró ~ confesó un día Trebor, la mano derecha de mí padre, un día que el hombre estaba más que cableado por unos asuntos importantes.
~ hay días en que quiciera haber sido algo más para tu madre, quizás, así hubiera tenido el gran privilegio de verte crecer ~ aquel día de lluvia los cálidos brazos de mí padre fueron el refugio perfecto mientras los truenos resonaba a lo lejos.
Sus voces gritaban en mi cabeza todo lo que admiraban o creían de mí, lagos y dulzura que no podía hacerme sentir más aceptada conmigo misma de lo que estuve en mí vida.
- pero en el fondo sabes que es mentira - la voz de aquella figura me hizo despertar - solo lo hacen por qué no quieren herirte, no por que en realidad lo seas...
- Cállate!! - un rugido, un grito furioso que retumbó en el lugar. Cómo pude me alcé del suelo y lo mire fijamente.
Quizás tenía razón, quizás era lo que cría creer, que la gente solo era amable conmigo por amabilidad o pena, para no hacerme sentir mal. Pero con el tiempo, había aprendió que aquello era la verdadera mentira.
Ya no era una niña, ya no era la pequeña que lloraba en los brazos de alguien asustada o que bajaba la cabeza por miedo o recignacion. No, ya no era esa pequeña, y ya no lo seria más.
- quizás tengas razón, o quizás no - lo mire fijamente - pero eso lo decidiré yo, a mí tiempo y cuando crea que haga es tiempo - sonreí.
La figura frente a mí se acercó lentamente asta allarse a sentimientos de mí rostro. No sentí miedo, mucho menos desconfianza, al contrario, me sentía bien teniéndolo cerca, como si estuviera completa.
- tranquilo, estaré bien - estire mí mano donde el humo - más si tú estás conmigo, okami - sonreí cuando mí pálida mano acaricio un cálido y suave pelaje.
Una luz me cegó por un instante, asiendo desvanecer todo aquel cuarto oscuro.
Cuando pude abrir mis ojos, el paisaje que admiraba era más que bello, uno que nunca habría visto en mí vida.
Una galaxia se extendía en todo el cielo nocturno, planetas y estrellas brillaban a más no poder en un ridmo que era casi cósmico. Una lleva espesa con una gran variedad de flores y plantas formaban mí cama, llenando mí nariz de fantásticas fragancias.
Mí cuerpo se hallaba relajado, sin ninguna cadena que me apresara al frío o a la soledad. Aquella figura uniforme se había desaparecido tan fácil como el aire y una calida melodia había remplazado su voz.
Desde el espesor de aquel prado florido Dende me hallaba recostada, una creatura blanca de pelaje se asomaba inquieta con un par de ojos brillantes. Con cuidado me acerque, recibiendo su mortal ataque.
Cálidas lamidas envolvieron mí rostro, en un acto afectivo de aquel pequeño canino de pelaje blanco como la nieve. Un pequeño lobesno de color blanco, no más grande que mí torso, se hallaba sobre mí pecho repartiendo un afecto similar al que da un perro a su dueño luego de un día sin verlo.
- oye, para... - pedí entre risas. Asombrosamente el animal me obedeció y se sentó frente a mí, mirándome fijamente. Me quedé atenta a su mirada, aquella brillante como dos joyas, o quizás como las estrellas más brillantes del firmamento, ojos que se me hacían muy conocidos - okami
El animal aulló ante mis palabras, y a medida que movía la cola mostrando su alegría, corria a mí alrededor, dejándome las dos pares de alas negras como la noche, brillantes como el cristal y majetuasas como las de un mismísimo ángel, las cuales alteraba de vez en cuando en su alegría.
Quizas aquel lobo no era lo que cualquiera llamaría normal, pero yo tampoco lo era, y quizás por eso era así.
Me deje llevar, corriendo tras aquel animal majestuoso, revolcándose entre la yerba y las flores, riendo a carcajadas, sintiendo lo que nunca antes había sentido en mucho tiempo.
Sintiendome libre, como un ave en el cielo, como un lobo corriendo en el bosque, como una estrella fugaz cayendo a la tierra o quizás, como siempre fui y nunca me atreví a ser.
![](https://img.wattpad.com/cover/274383904-288-k229176.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Ella Me Pertenece
WerewolfSer uno de los seres más temibles, obcecionarte con la hija oculta de uno de los Lindez de la TinKada superiora