Sirius se rió un poco, ya algo mejor tras las palabras de la chica. — Gracias, Parker.— No tienes que darme las gracias, Black, — Abby le sonrió. — Venga deja de llorar que pareces un perro atropellado. — Abby le quitó las lágrimas de los ojos y se levantó.
Sirius miró a Abby, y está le ofreció su mano, el gryffindor la aceptó y se levantó.
Comenzaron a caminar hasta salir del bosque.
— Gracias por venir a por mi. — Sirius le volvió a agradecer.
— Venga Black, pareces un cachorro, no te preocupes por nada, es más, si en hogwarts quieres alejarte un poco de Remus hasta aclararte no dudes en avisarme. — Abby le sonrió y Sirius le devolvió la sonrisa.
Siguieron corriendo hasta que Sirius miró hacia el lado, Abby ya no estaba a su lado.
— ¡Black! — Abby pasó corriendo a su lado mientras reía. — ¡Black corre!
Sirius corrió detrás de ella y después de alejarse dejaron de correr. — ¿Qué...? — El chico no pudo aguantar una carcajeada.
— Toqué el timbre de dos de las casas de ahí atrás.
— Por el santo Merlín Parker. — Empezó a reír y le contagió la risa a Abby.
— Así que la perfecta prefecta tiene su lado bromista, eh.
— ¿Por quien me tomabas, Black? ¿Por Severus?
Y así entre risas continuaron caminando hasta llegar a la puerta de la casa de los Potter.
Ambos se quedaron mirando la puerta abierta.
— ¿Quieres entrar? — Preguntó la chica mirando al pelinegro.
— En realidad no.
— Entonces vámonos. — La pelirroja se encogió de hombros, cogió a Sirius del brazo y empezaron a caminar.
[(...)]
— ¿Has ido alguna vez a algún sitio muggle? — Preguntó Sirius.
— A la farmacia.
— ¿No has ido a ningún otro sitio muggle?
— Bueno... He caminado por algunas calles muggles de América y he entrado al Empire State.
— ¿Empire State?
— Si, es bastante importante para los muggles en América, algún día podríamos ir con los demás, si te parece bien.
— Claro. — Sirius le sonrió.
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ESTÚPIDA MALDICIÓN -JAMES POTTER Y TÚ
Random-Solo es una estúpida maldición. No juegues con ellas, esa "maldición" no debería de llamarse así. -Dice ella mirándole, si algo odiaba era que jugarán con esa palabra, maldición. -No es estúpida, ¡es la maldición Potter! -Dijo él mirándola, no com...