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CAPÍTULO 3
UN CONSEJO Y UN DESASTRE

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                                    JAMES SE DESPERTÓ CON UNA SONRISA EN LA CARA, algo raro considerando las enormes ojeras que tenía bajo sus ojos. Aún así se había mirado al espejo nada más despertarse y entrar al baño, había sonreído y se había dicho algo así mismo: Nuevo día, nuevas preocupaciones. Esas palabras le bastaron a sí mismo para mostrarse feliz y bromista como todos los días.

En cambio, Abby no tenía el mejor humor del mundo esta mañana, había varias razones por eso, una de ellas, su habitación, debía personalizarla cuanto antes, era una habitación blanca, amplia y a la que se le podría sacar mucho partido, de eso estaba segura. La segunda razón, los susurros, sabía que la guerra se aproximaba, pero los susurros parecían advertirle de algo más próximo. Pero eran susurros, muchos a la vez, y por mucho que lo intentaba no sabía que le decían, no sabía el nombre que estaban pronunciando. A pesar de no haber podido dormir especialmente bien por esto, Abby no tenía ojeras, afortunadamente no las tenía.

Ambos se dirigieron por separado, James juntos a los merodeadores mientras que Abby iba leyendo un libro muggle bastante interesante, en su opinión, Alicia en el país de las maravillas.

Abby estaba tan absorta en su lectura que no se da cuenta cuando sus dos mejores amigos Slytherin se sitúan a su lado con una sonrisa y la dirigen hasta el comedor, la mesa Slytherin.

-Y así es como haces que tu mejor amiga se siente en la mesa Slytherin. -Dice finalmente Clarisse. A los ojos de la mayoría de estudiantes les resultaba raro ver a la Gryffindor sentada con las serpientes, más aún que a los Slytherins no parecia importarles la presencia de la pelirroja en su mesa.

Abby no tenía ideales, tampoco prejuicios hacia los mestizos y/o hijos de muggles. No defendía esas ideas, al igual que sus amigos. La verdad es que Abby Parker pertenecía a una familia sangre pura muy respetada en los Estados Unidos, y realmente eso no le gustaba, por eso había sufrido, por eso le habían quitado uno de sus más preciados tesoros, por eso y por su culpa, habían matado a su familia, porque no los querían a ellos, la querían a ella, por su secreto.

Realmente todo aquel aficionado a la historia de la magia, o simplemente que investigaran un poco podrían saber su secreto, así que agradecía internamente al fantasma del profesor Bins, y sus usuales enseñanzas sobre guerras mágicas y no sobre las diferentes familias, y esperaba que siguiera siendo así y no empezara a dar otros temas. No quería que nadie se enterara y se alejaran de ella, no quería, y hace mucho tiempo llegó a una conclusión.

Le daba miedo.

Sí, Abby Parker, una chica que aparentaba no tenerle miedo ni al mismísimo basilisco de Salazar Slytherin tenía miedo a que descubrieran un secreto, quizás insignificante para algunos, pero solo alguien como Abby sabía a lo que realmente se enfrentaba. Jason y Clary lo habían descubierto a finales de tercer curso y entendieron perfectamente porque Abby lo había ocultado y la apoyaban en todo. Y por eso Abby apreciaba tantísimo a sus amigos, porque estaban dispuestos a todo por ella.

ESTÚPIDA MALDICIÓN -JAMES POTTER Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora