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CAPÍTULO 4
TRABAJO DE POCIONES

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ABBY SE ENCONTRABA EN SU HABITACIÓN, especialmente en su baño, llevaba todo el día intentando dejar su pelo perfecto, Abby se preocupaba mucho por mantener su pelo siempre perfectamente arreglado y limpio, y por culpa de James Potter había tenido que hacerse un gran tratamiento y, además había necesitado ayuda.

-Jason, quítale la humedad del pelo. -Ordenó Clary mientras peinaba el pelo de su mejor amiga, Jason la obedeció sin rechistar ya que sabía que Clary sabía mucho más sobre ese tema.

-¿Se ha ido ya el pringue? -Preguntó Abby mientras se intentaba mirar al espejo, pero el cuerpo de Clary justo delante del mismo lo impedía.

-Si, solo queda secarlo y peinarlo para que vuelva a estar como siempre. -Respondió Jason. -Aún no me explico como no le gritaste.

-Me mordí la lengua para no hacerlo. -Explica la pelirroja.

Jason termina de quitar la humedad de todo el pelo de la chica mientras que Clary la peina.

-Perfecto, ahora lo que queda de humedad deja que se seque al aire para que quede ligeramente ondulado, como siempre. -Dice su amiga, Abby asintió y los tres amigos salieron del baño volviéndose a encontrar con la blanca habitación de la leona.

-Hay que hacer algo con esto ya. -Dice Jason mirando la sosa habitación.

-Concuerdo con Jason. -Dice Clary.

-Sí, tenía las cosas preparadas, ¿queréis ayudarme? -Dice Abby sonriendo a sus dos amigos serpientes.

-Esta bien, no me apetecía Justo ahora montarme en una escoba con este y salir por la ventana de la habitación de mi mejor amiga. -Dice Clary haciendo reír a los otros dos presentes.

-Genial, -Abby, con un movimiento de varita se puso un peto vaquero de pantalón largo blanco con una camiseta roja básica por debajo mientras sonreía. -Antea de que digáis nada, obvio me iba a cambiar, ¿por quien me tomáis? Siempre diva nunca indiva. -Las palabras de la leona hizo que esta vez fueran las dos serpientes quien rieran.

Después de esas palabras se pusieron manos a la obra, Abby ya había pensado como decorar su habitación, el techo iba a ser negro y las paredes rojas, con un rodillo cada uno en mano se pusieron a pintar las paredes y el techo tranquilamente mientras charlaban y hacía chistes, aunque obviamente Abby tenía mucho cuidado con su pelo, es más, hasta había hecho un hechizo para que este no se manchara.

ESTÚPIDA MALDICIÓN -JAMES POTTER Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora