Esto no es lo que aparenta ser.

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Las luces iban de un lado al otro, de varios colores, de varias intensidades. Casi parecían llevar una sincronización perfecta con la música que sonaba fuerte por todo el sitio, opacando las voces y los gritos de las personas.

Izuku tomó el vaso que acababa de ser colocada en la mesa que tenía al frente para beberla de un sólo sorbo, sintiendo esa increíble sensación caliente en su garganta, de inmediato regresó a ver al sujeto con el que estaba con una deslumbrante sonrisa. Izuku se encontraba sobre sus piernas, por lo que la distancia entre ellos era prácticamente nula. Le tenía rodeado con uno de sus brazos por los hombros para tener algo de apoyo y así tener la otra mano libre para beber lo que el joven le estaba invitando.

Rio de manera juguetona al sentir aquél aliento sobre su oído, como un intento del cliente de provocarle algo.

—Entonces, ¿me invitas otra? — dijo Izuku, incluso acercó un poco su rostro para que sus labios se rosaran sólo un poquito, como para provocar al sujeto, quien sería apenas unos años mayor que él.

—Hey, con calma precioso, tenemos toda la noche —el chico se inclinó hacia adelante para dirigirse a quien estaba del otro lado de Izuku, prestando atención al show sobre el escenario.— Y ustedes, ¿cuándo van a elegir a alguien?, ¿vinieron solo a ver o qué les sucede?

—¡Vamos! No somos tan ansiosos como tú. Estamos entrando el calor con esto.— Señaló uno de sus amigos que le acompañaban hacia el escenario en el que había algunos de los compañeros y compañeras de Izuku dando un espectáculo, bailando muy sensualmente sin ropa. —Además deja de hablar, agradece que vengamos a un sitio donde también hay carne para ti, sin ofender — el sujeto miró a Izuku y éste simplemente negó con la cabeza. No le importaba realmente cómo se referían a él.

—¡Cállate! Si te he visto coger con hombres también, idiota.

—Un par de veces, pero sigo prefiriendo tener tres orificios disponibles que dos.

—Jode. ¡Eh! ¿Y tu, Bakugo?, deja de hacerte el desentendido hombre, te trajimos para que disfrutes.

—Cierra el pico.

Izuku regresó a ver con quienes estaba discutiendo el chico de cabellos negros que estaba bajo de él. Uno, a su izquierda, con quien había hablado primero, era muy bajito, demasiado como para casi parecer un niño, pero por su rostro, quizá compartían edad. Había más, unos de cabellos dorados con un mechón negro, y a su lado uno rubio aunque el color era un poco más opaco, como si tuviera ceniza en ellos, que estaba tomando un vaso con alguna bebida del sitio pero parecía aburrido aunque estuviese viendo a los chicos del escenario. Parecía que había alguien más por un espacio vacío al lado de este último, probablemente ya estaba disfrutando algo mucho mejor.

Pronto, sintió una mano en su mentón, obligándolo a mirar a quien lo había llamado.

—¿Cuánto?

—Uh, ¿por tocar? —volvió a sonreír Izuku pasando su dedo índice apenas rozando una de las piernas del sujeto, deteniéndose antes de llegar a la entrepierna. No debía distraerse cuando estaba con un cliente, era fundamental mantenerlo interesado.

Notó aquél brillo de lujuria en sus ojos, aunque un poco diferente al que solía ver en quienes le solicitan.

—Por todo.

Izuku sintió su corazón acelerarse. No por emoción, eso lo tenía claro, pero aún así sonrió y le guiñó el ojo a ese sujeto que creía recordar se llamaba Sero.

Le susurró el precio en el oído, provocándolo. Sintió las manos del chico, tanto en su cintura como en su pierna, tensarse un poco. Sí, se le hacía caro.

—Si me invitas otra, puedo hacerte un descuento. —daba igual, podía cobrar un poco menos pero se balanceaba con lo que costaban las bebidas en el sitio. Además, era probable que terminara pagando el precio regular al estar más borracho.

Siempre era así.

Después de un momento de vacilación, Izuku escuchó un "acepto " seguido por otras palabras más que lo hicieron sorprenderse bastante. Pero le iban a pagar, así que simplemente asintió con la cabeza aún con una sonrisa juguetona en su rostro.

—Bien, en ese pasillo... —señaló Izuku — hay una entrada al lado de la barra hay habitaciones subiendo la escalera del fondo. Busca la que tenga un lazo verde en el pomo.—Izuku se levantó, no sin antes acariciar un poco a Sero, y dejar que éste le diera una buena nalgada.

Izuku se dirigió a guardar el dinero antes de ir a la habitación y dejar la señal en la puerta.

Una noche más, un cliente más. 

Esto no es un cuento de hadas. [Decchan/KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora