Izuku volvió a su lugar para seguir atendiendo a los clientes con el corazón en la boca.
No por lo que había corrido pues afortunadamente tenía una buena condición física.
Lo que aún lo tenía con el corazón de esa manera, era que había visto el apellido de ese chico en los documentos que tenía dentro de la carpeta. No era porque había estado de curioso como tal, pero cuando un cliente le dijo sobre la carpeta sobre el mostrador, sin pensarlo la abrió para ver de qué se trataba y leyó ese nombre.
Bakugo Katsuki.
De inmediato algo en su mente hizo clic con el chico que acababa de ver.
Sinceramente no quería ir detrás de él, pero seguramente todos aquellos papeles eran importantes, y algo en él no lo dejaría en paz si no los devolvía.
Afortunadamente no había muchos clientes ya, y dado que además de él estaban otros tres compañeros más, sabía que no habría problema si dejaba por un momento su sitio.
Izuku entregó el pedido que le había solicitado esa persona que le indicó lo de la carpeta; lo cobró y luego avisó de que saldría a devolver algo que un cliente había olvidado.
Normalmente lo hacían cuando éste aún estaba por cruzar la puerta o apenas unos pasos afuera; después, guardaban las pertenencias por unos días por si regresaban.
Si no era así, los llevaban a un centro de objetos extraviados para que se hicieran cargo de ello.
Sin embargo, por algún motivo sintió que necesitaba llevarle esa carpeta aunque ya hubiese salido del local.
Esperaba que ese chico Bakugo no caminara muy rápido porque probablemente no lo alcanzaría tan pronto.
Estaba nervioso. Por eso tenía esa sensación. Era el chico que hacía tiempo —quizá medio año haciendo cuentas— le había rechazado en su trabajo. Aunque bueno, había sido obligado por sus amigos en primera instancia.
Lo recordaba porque, —modestia aparte —eso prácticamente no le sucedía.
Y estaba seguro que ese chico también estaba intentando recordarle, por eso lo miraba tan fijamente.
Aunque bueno, después de entregarle los documentos, al parecer no lo había hecho. Agradecía a la gerente por poner en sus gafetes sólo su apellido y por obligarlos a usar mascarilla, aunque se sentía tonto de cierta forma, pues no era como si cambiara tu cara, simplemente veías medio rostro. Quizá un poquito mejor que las gafas que algunos superhéroes de los comics usan para cubrir su identidad, pero se le hacía muy muy parecido.
—Que tenga un buen día —se despidió de otro cliente más.
Definitivamente no le gustaba encontrarse con algún cliente de su otro trabajo, pues muchos eran bastante imprudentes. También quedaba expuesto la naturaleza de su otro empleo, por lo que, que le dijeran cosas relacionadas con ello, lo ponía en una situación muy incómoda. No era algo como decir "trabajo de veterinario" o "trabajo de abogado". Era un "trabajo teniendo sexo con hombres"
Pero qué se podía hacer. Necesitaba el dinero, no tenía sus estudios completamente terminados y si quería vivir con lo indispensable, un trabajo en una cafetería o como un mesero, no le bastaría.
No quería sonar como si fuera una víctima. Había otras cosas qué hacer, tener más trabajos, buscar una manera de estudiar y seguir trabajando, lo sabía. No es que fuese "su única opción", sin embargo...
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Esto no es un cuento de hadas. [Decchan/KatsuDeku]
FanfictionKatsuki e Izuku no creen que sus vidas sean como un cuento de hadas. ¿Cómo podrían serlo con todo lo que tienen que soportar día con día? Ellos son sólo dos personas preocupadas por mantener en pie los pedazos rotos de sus respectivas vidas, sin fu...