—Uno descafeinado y el otro con leche sin lactosa.
Izuku susurró para sí de una manera más simple la orden que acababa de tomar, para proseguir a prepararlo él mismo.
Adoraba estar rodeado de ese aroma. Amaba el café. No se cansaría nunca de olerlo, de beberlo.
Aquella cafetería era como un símbolo de esa parte de la ciudad, una con un tamaño moderado pero eso no importaba mucho, pues la mayoría iba de paso, antes de sus trabajos o de sus horarios escolares, para llevarse un buen café y quizá uno que otro delicioso pan casero.
La fila era un poco larga, pero afortunadamente no era como si fuese interminable, además de que obviamente no era el único atendiendo el lugar.
Pero aunque no estuviera a reventar, tenía que ser lo bastante rápido pues sabía que las personas tenían cosas qué hacer, y no quería retrasarlas. Normalmente su rutina era estar en el mostrador, saludar con una muy buena educación y tener lista su pequeña libreta de órdenes si era necesaria —pues a veces le pedían más de tres cosas distintas con diferentes ingredientes—, y tan pronto como terminaba de tomar la orden, cobraba y se iba a prepararlos. Normalmente él atendía los pedidos para llevar, que eran más rápidas en teoría.
—Uno americano. Sólo eso.— escuchó después de rápidamente saludar a su siguiente cliente
—Claro.
Izuku notó casi de inmediato que ese chico se le quedaba viendo de una manera un poco extraña. Sentía su mirada en su nuca, lo hizo sentir un poco nervioso. Se le hacía familiar. ¿De dónde?
Mientras recibía el pago, no podía dejar de repasar en dónde lo había visto. Le sonaba de algo. Le sonaba de esa forma en que sabes que era algo que no debería ocurrir; que sientes nervios, como si esa persona representara algo imponente, que te quiere hacer esconder.
Al darle el cambio, volvió a notar que el otro también lo veía como si quisiera recordarle. El cubrebocas que en esa época del año era muy usado por el frío y las enfermedades respiratorias comunes no ayudaba mucho. Él lo llevaba por reglas del lugar, pero ese chico seguramente lo llevaba por que estaba un poco enfermo.
Sin embargo, al poco tiempo, aquellas dudas se fueron de su mente, pues tenía que concentrarse en su trabajo. Seguramente había sido un cliente de días anteriores en ese establecimiento y el estrés de tener que estar atendiendo a tantas personas le estaba jugando una mala pasada.
Bakugo salió de la cafetería, con esa sensación de haber visto antes a esa persona que le había atendido. Le molestaba mucho que su cerebro no le diera la información completa. "Si me vas a decir que recuerdas a alguien, dime al menos de dónde hijo de puta"
Le dio un sorbo —obviamente bajándose antes el cubrebocas —a su café sintiendo ese calorcito característico de tomar algo caliente cuando es época de frío. Era de las mejores sensaciones para él, aunque normalmente le hacía sentir más somnoliento (al principio, antes de que la cafeína hiciera su trabajo) de lo que le gustaría.
Siguió caminando a paso lento hacia su universidad. Estaba muy cansado pues apenas se acababa de mudar a un pequeño departamento no tan lejos del campus y tenía muchas, muchas cajas aún por abrir y cosas por ordenar. Además aún no contaba con el servicio de internet y también tenía que hacer algunas reparaciones, pero bueno, al menos, ya tenía su propio espacio.
Bakugo se detuvo en una esquina, para esperar a que el semáforo se colocara en verde para los peatones y así poder cruzar.
—¡Joven! ¡Espere! ¡Joven!
Dado que era la única persona en ese sitio, Bakugo regresó a ver hacia atrás pues ¿a quién más podrían estar llamando?
El chico de aquella cafetería venía corriendo detrás de él. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Si había pagado, verdad? Comenzó a dudar de su recuerdo.
—¿Qué sucede? —dijo sin más cuando el empleado estuvo cerca. Éste se detuvo jadeando un poco, así que decidió esperar en lo que recobraba el aliento.
—Olvidó esto en el mostrador.—El chico le tendió una carpeta delgada, donde llevaba unos papeles que correspondían a un proyecto que debía entregar esa mañana. ¡¿Cómo pudo olvidarlos así?!
Bakugo los tomó mientras buscaba en el gafete de empleado el nombre del chico para agradecerle.
—Gracias, eh, Midoriya-san. —Al parecer solamente colocaban el apellido. Era normal, casi nunca usabas el nombre de un desconocido para hablarle al menos que tuvieras confianza con él previamente.
—No hay de qué. Tenga un buen día — Midoriya se inclinó un poco y salió corriendo hacia su lugar de trabajo.
Vaya, por estar pensando si lo recordaba de algún sitio estuvo a punto de perder esos papeles.
Afortunadamente ese chico era bastante amable y al parecer el dueño del sitio también dado que seguramente debió de pedir permiso para salir para entregarlos y no simplemente esperar a que él volviera por ellos posteriormente.
Bueno, otro motivo más —aparte del buen café —para seguir yendo a esa cafetería.
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Holiwi uwu
Todo tranquilo hasta ahora ¿no? :D
He de decir que no me gusta mucho poner el "-san", "-kun" etc pero es que si no lo pongo así tampoco...siento que me falta algo e intentar llevarlo a otra cosa no me gusta igualmente. Por cierto, ¿por qué creen que no se reconocen por un simple cubrebocas? :D
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Esto no es un cuento de hadas. [Decchan/KatsuDeku]
FanficKatsuki e Izuku no creen que sus vidas sean como un cuento de hadas. ¿Cómo podrían serlo con todo lo que tienen que soportar día con día? Ellos son sólo dos personas preocupadas por mantener en pie los pedazos rotos de sus respectivas vidas, sin fu...